Por Carolina Coppoli
Chief digital officer
McCann Worldgroup América Latina y Caribe

Por fin llegué al mundo de la empatía. Luego de años en el ámbito de la data, donde tengo parte de mi corazón y he desarrollado más de la mitad de mi carrera, aprendiendo del CRM y de la business intelligence y evangelizando con estos conceptos y herramientas, hoy doy un paso más.

Gracias a la mano de la psicología y a metodologías de diseño que me enseñaron que la combinación de data y creatividad es más que ambas partes por separado, he arribado a McCann Worldgroup como líder digital para América Latina y el Caribe. Pero estoy aquí principalmente porque el futuro se encuentra en el rol que cumplen las agencias. Cuando hablamos de lo que está por venir, creo que una de las claves es la relevancia ―estar cerca de la gente―, y empresas como esta conviven con la cotidianidad de las personas.

Y su tarea también implica, por supuesto, la empatía. Como diseñadores creativos, debemos entender, desde lo particular de cada individuo, su dolor para poder descifrar y llevar esas claves o esa solución a un espacio universal, y que sea adoptada por la sociedad.

Como cuando trabajamos en crear un personaje para el cine o una escena para el teatro: debe ser bien singular y contar una problemática nítida para que como espectadores podamos entenderlos, abrazarlos e identificarnos con ellos.

Por eso estoy muy contenta de estar acá y de trabajar para acercarnos a los usuarios y acompañar la transformación que las nuevas tecnologías requieren, teniendo como eje el lema de McCann: Ayudar a las marcas a jugar un rol significativo en la vida de la gente.

Para mí, volver al mundo de la creación y de la comunicación es muy importante en este momento, porque la relevancia se construye con creación de experiencias y de vínculos. Mi foco estará en facilitar y generar el desarrollo colaborativo del expertise digital de los equipos, en acercar disciplinas como data y creatividad y en ser capaz de reaccionar con la inmediatez que las marcas requieren.

Los avances a nivel tecnológico ayudan ―y mucho― para procesar grandes cantidades de información y para encontrar correlaciones sobre comportamientos que nunca hubiéramos imaginado. Pero eso es sólo una foto; puede ser interesante, pero cuenta poco de la realidad si no vemos el contexto.

Necesitamos equipos con perfiles diferentes que entiendan el idioma de otras disciplinas. Que sean puentes, que faciliten, que garanticen un enfoque en las personas y que sean relevantes para cualquier idea o solución de negocio en las que trabajemos.