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COLUMNA ESPECIALIZADA

¿Por qué la empatía es el activo más rentable en la era de la inteligencia artificial?, se pregunta Martín Tanzariello

El marketing and communications manager de Ipsos Argentina revela que la conexión emocional genuina, y no sólo la optimización tecnológica, es lo que impulsa la preferencia de marca en el nuevo paradigma digital.

¿Por qué la empatía es el activo más rentable en la era de la inteligencia artificial?, se pregunta Martín Tanzariello
Martín Tanzariello trabaja en Ipsos Argentina desde hace catorce años. Empezó como qualitative director y, ahora, es el gerente de marketing y comunicaciones desde hace un año.

Martín Tanzariello
Marketing and communications manager en Ipsos Argentina


En un mundo en el que la inteligencia artificial (IA) redefine las interacciones a una velocidad acelerada, las marcas se enfrentan a un desafío. La tentación de automatizar y escalar es inmensa, pero uno de los más recientes Ipsos POV “From Pixels to People” nos muestra que el futuro no pertenece a las marcas que solamente adoptan la IA, sino a aquellas que las conectan a un objetivo: amplificar la comprensión de las personas.

Hoy alrededor del mundo, el consumidor vive en una dualidad con respecto a la IA: un 52% se siente entusiasmado por los productos que usan IA, pero un 53% admite que esta tecnología le genera nerviosismo. Esta contradicción muchas veces convive en la misma persona y se convierte en desconfianza cuando perciben que la IA beneficia más a las empresas que a ellos. De hecho, un 79% de las personas a nivel global exige que las compañías sean transparentes sobre su uso. Para las marcas, la recomendación es clara: la IA debe ser una herramienta para el consumidor, no sobre el consumidor.

El verdadero retorno de la inversión ya no se encuentra sólo en la eficiencia de los algoritmos, sino en la profundidad de la conexión. El metaanálisis realizado por Ipsos con más de 1.700 anuncios es concluyente: las ideas creativas basadas en una empatía real —aquellas que entienden la identidad, emociones y valores del público— tienen un 79% más de probabilidades de impulsar la elección de marca. Esta conexión se traduce directamente en retorno. En otras palabras, los consumidores gastan hasta siete veces más en las marcas por las que sienten una fuerte cercanía emocional. En un mercado de productos y servicios donde cada vez más el desafío es la diferenciación, la empatía se ha convertido en la habilidad competitiva necesaria.

En este sentido, contamos con un campo de batalla definido: los chatbots y asistentes de voz. Ya no basta con optimizar los motores de búsqueda (SEO). Hoy es crucial la optimización para motores generativos (GEO); es decir, la práctica de asegurar que la narrativa de nuestras marcas se represente con precisión en las respuestas sintetizadas por la IA. Millones de consumidores preguntan a la IA cuál es el mejor producto y lo comparan con la competencia. De ahí la importancia de tener visibilidad de esas respuestas y conectarlas con estrategias digitales específicas.

El primer paso es realizar una auditoría de optimización para motores generativos (GEO). Comprender cómo se retrata su marca, sus competidores y su categoría hoy en las principales plataformas de IA. Este diagnóstico es la base para corregir imprecisiones, identificar oportunidades y empezar a construir una ventaja competitiva en la era del consumidor digital.

La IA abre la posibilidad de la sinergia entre lo mejor de ambas inteligencias: la escala y la precisión de la inteligencia artificial (IA) con la profundidad y la conexión de la inteligencia humana.

La clave para las marcas es integrar la tecnología para escuchar más atentamente y entender más profundamente, usando esos insights para forjar vínculos únicos, auténticos y perdurables con las personas.

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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