Frente a la aceleración de la transformación tecnológica que postuló la pandemia, no son pocas las empresas y startups que se cuestionaron: ¿estoy construyendo el mejor producto posible? ¿Cómo puedo llevar adelante mi idea? ¿Cómo mejorar la experiencia de usuario? Adlatina entrevistó a los fundadores de la agencia digital Revolt para que explicaran cómo un partner creativo de diseño y desarrollo tecnológico puede mejorar los resultados de negocio o redefinir la estrategia de un producto a partir de una propuesta de valor.
La pandemia de covid-19 aceleró la transformación tecnológica como nunca antes. Y esto no sólo impactó en los negocios, sino también en el comportamiento del consumidor. Fueron muchas las compañías que debieron adaptar sus estructuras de la mano de la innovación tecnológica. Y debieron hacerlo en tiempo récord.
Las empresas adaptaron grandes estructuras al trabajo remoto y, para hacer frente a esta transformación, salieron a buscar partners tecnológicos en diferentes regiones del mundo: India, Europa del Este y Latinoamérica. Por otro lado, emergieron cada vez más startups que debieron apoyarse en un socio tech para desarrollar una idea transformadora que pudiera conectar con las audiencias de manera virtual.
De acuerdo con el informe Technology and Innovation Report 2021 elaborado por las Naciones Unidas, para 2025 la inversión en innovación tecnológica alcanzará los 3,2 billones de dólares, una cifra que representa una llamativa escalada desde los 350 mil millones que se habían invertido en 2018. ¿Cómo afectó este desarrollo y esta inversión a una región como América Latina? ¿Qué buscan las compañías a la hora de elegir un partner tecnológico?
Revolt es una agencia argentina que brinda servicios de tecnología y diseño de principio a fin. Su foco es pensar y desarrollar productos digitales centrados en la experiencia del usuario para hacer real y exitosa una idea. “Para crear experiencias de marca unificadas que cambien las industrias y fomenten relaciones significativas con los usuarios ―explican―. Nos encargamos de acompañar al cliente en todo el proceso estratégico, para materializar la idea en el producto final. Pensamos, diseñamos y programamos todo tipo de desarrollo digital”.
Con presencia en América Latina, Europa y Estados Unidos, Revolt surgió en 2019 en respuesta a la atomización del mercado, con un ADN basado en una “revuelta o insurrección” dentro de la propia revolución digital. Su propósito es “llevar adelante desarrollos de excelencia trabajando como partners de sus clientes, para competir frente a otros players que brindan soluciones tecnológicas como commodity, en desmedro de una propuesta de valor o diseño diferencial real”, describen.
Actualmente trabajan en el diseño y desarrollo de experiencia de usuario, y el diseño y desarrollo de diferentes plataformas y apps para Clarín y Grand DT en la Argentina, y para Hirelogic, Gravywork o Kingsley Gate Partners en los Estados Unidos, entre otros clientes. Además de funcionar como partners para grandes compañías, brindan soporte para early stage startups o startups que quieren crecer o mejorar sus productos ya lanzados al mercado.
El gen de la empresa nació a fines de 2019 por iniciativa de Franco Monsalvo (ex Globant y Global Logic, hoy chief technology officer de la compañía) y Federico Nicolás Braga (ex Ogilvy y Grey Ecuador, actual chief marketing officer). “Siempre habíamos intentado armar una agencia de producto que fuera, en iguales partes, creativa y técnica ―detalla Braga―. En nuestra experiencia, veíamos que las software factories intentaban ser creativas sin lograrlo, y que a las agencias creativas les resultaba un camino muy áspero involucrarse en desarrollo”. Así, lo que en principio fue un trabajo en colaboración con la agencia creativa que integraban Matías Fernández Beltrami (hoy chief creative officer) y Ezequiel Corigliano (chief operating officer), pronto decantó en una fusión y, junto a la incorporación de Rodrigo García (hoy chief strategy officer) como quinto socio, se terminó de delinear Revolt, esta compañía que busca “unir lo mejor de varios mundos, como UX, estrategia, research, diseño y desarrollo”.
Durante 2021 el equipo creció exponencialmente y hoy son 35 profesionales que se definen como “100% creativos, divididos en 40% diseño y 60% desarrolladores”. Al respecto, Braga señala que “parte de nuestro posicionamiento y diferencial es el valor creativo y la propuesta de valor agregado en los perfiles de la agencia. La cultura creativa es transversal a toda la compañía. Cuando el diferencial respecto de las empresas de software más tecnológicas es el valor agregado de la creatividad y la mirada estratégica para entender qué necesita el cliente, ahí aparecemos nosotros”.
Adlatina: ¿Qué diferencias encuentran entre las startups latinoamericanas y las de otras regiones?
Franco Monsalvo: La mayor diferencia es la madurez de los mercados. En los Estados Unidos, el concepto de startup existe desde los años 70. Hay un modelo y una madurez en los founders respecto del proceso de cómo crear. En la Argentina o en Latinoamérica esto arrancó hace muy poco, con los primeros unicornios. El volumen de dinero también es muy diferente. En los Estados Unidos, los founders de startups en general ya tienen la experiencia de haber fundado otras, tienen el soporte de los VC (venture capital), entienden cómo hacer outsourcing y cómo trabajar con equipos digitales. Latinoamérica es un mercado más inmaduro, con startups muchas veces gerenciadas por gente que no tiene experiencia o estudios orientados a negocios, y en donde el manejo de los fondos suele ser bastante más discrecional. Creo que la diferencia es un tema de madurez y estoy seguro de que irá mejorando cada vez más, puesto que la región se volvió una meca para los inversores extranjeros.
A: ¿Qué ventajas competitivas hay para Latinoamérica respecto de India o Europa del Este en términos de outsourcing tecnológico?
FM: En Latinoamérica, el desarrollo se paga más caro que en India, pero somos muy competitivos a nivel creativo. La ventaja es que Latinoamérica es culturalmente muy diferente, y muchos founders latinos que están empezando a generar startups en los Estados Unidos se vuelcan a buscar recursos creativos acá. Eso está generando un cambio cultural. También sucede que startups o compañías radicadas en los Estados Unidos buscan un partner creativo allá y luego un partner de desarrollo en Latam. Es otro modelo viable de trabajo en el que participamos desde Revolt. Y también competimos como región con Ucrania como puerta de entrada a Europa del Este, pero por el conflicto de la guerra hoy esto se ha visto impactado: tristemente, nos favorece.
A: ¿Qué diferencias hay en el aporte de un partner tecnológico en las distintas instancias de desarrollo de un producto o una idea?
Rodrigo García: Dependiendo del estadío de madurez del producto, varía bastante el tipo de servicio que podemos brindar. Si hablamos de un producto que es meramente una idea, el tipo de acompañamiento que podemos dar se basa mucho más en la definición de cómo debería ser ese producto: cuál es el tipo de solución más conveniente, cómo impactar en los usuarios o clientes, qué tipo de diferenciación debería tener con respecto a otros productos del mercado. Ahora, para un producto con un estadío de madurez más avanzado, ya lanzado hace tiempo en el mercado, el trabajo pasa por entender cuáles elementos de ese producto están performando bien y cuáles no, dónde se está aplicando bien el diferencial, cómo está viviendo ese producto en el ecosistema de soluciones de esa compañía. Todo esto está atravesado por la construcción de soluciones orientadas al diseño y al desarrollo. Lo que cambia es el enfoque y el proceso.
A: ¿Para quiénes son las soluciones de Revolt, en primera instancia?
Matías Fernández Beltrami: Por un lado, nuestro target son grandes empresas con un contexto cultural no tan ágil, con estructuras pesadas o burocráticas, que necesitan implementar cambios internamente y ser disruptivos con una velocidad mayor a la que se mueven sus procesos. Y, por el otro, startups que necesitan un acompañamiento más exhaustivo de una agencia como la nuestra, que puede trabajar en un proceso end to end desde la parte estratégica, del diseño, la interacción y el desarrollo del producto. En todo esto, nuestra mirada de outsiders es útil: si sos un laboratorio, por ejemplo, podés ser quien más conoce del mundo health, pero necesitás la mirada del experto en tech para llevar adelante tu estrategia de producto de manera exitosa.
A: ¿Qué tipo de relación construye un partner tecnológico con sus clientes?
Ezequiel Corigliano: En Latinoamérica, las relaciones comerciales son mucho más emocionales que en otros mercados. En los Estados Unidos, por ejemplo, están mucho más sujetas a resultados, son más racionales y lógicas. Acá se construyen balanceando la relación interpersonal con el cliente, se dan relaciones comerciales con mucha cercanía.
FM: Muchas veces, los clientes nos invitan a participar de reuniones de liderazgo en las que los ayudamos a aportar nuestra mirada respecto de su negocio. Y a veces eso implica recomendar trabajar con otras empresas y no con nosotros: siempre es mejor recomendar lo que resulta más valioso para el negocio, en términos de quién es el mejor socio para una necesidad puntual. No queremos hacer cualquier cosa, sino aportar soluciones en nuestra área de expertise. Eso es parte de nuestra cultura y de nuestro diferencial: elegir con quiénes trabajamos y recomendar la mejor solución para el objetivo de negocio del cliente.
RG: Hay que entender cuál es la imagen que tiene el cliente de una empresa de outsourcing de desarrollo. Hay clientes que se acercan buscando desarrollo y se llevan un partner de negocio. Que entienden que tu feedback viene desde un lugar de facilitador y de potenciador de sus objetivos de negocio.
A: ¿Ese sería el diferencial de Revolt?
FM: En comparación con el servicio que puede ofrecer una software factory, nuestro trabajo es bastante custom, ese es nuestro diferencial. Cualquiera puede construir un sitio web, una app mobile o una plataforma, pero la forma en la que llegás a ese producto y cómo ese producto tiene éxito o no es nuestro diferencial. Es reunir lo mejor de los dos mundos, el creativo y el tecnológico, en un solo lugar. Es encontrar el objetivo y construir el producto que se adapte a ese objetivo. Se trata de balancear creatividad, desarrollo tecnológico y estrategia: entender que lo que estás construyendo tiene que ser útil y cumplir un objetivo. Es la combinación entre lo estético, lo funcional y lo tecnológico.