Inspiradores Brasil

INSPIRADORES #23

Erh Ray: “Una buena idea perdura en cualquier plataforma, pantalla o papel”

El fundador, CEO y CCO de BETC Havas asegura que no quiere que su agencia sea la más grande sino la mejor, y que en esa transformación trabaja a diario.

Erh Ray: “Una buena idea perdura en cualquier plataforma, pantalla o papel”
Ray: “Soñar te mantiene despierto, y creo que eso es fundamental”.

Con una trayectoria de treinta años en la industria publicitaria brasileña, Erh Ray comenzó su carrera como director de arte en Brasil e ingresó a DM9DDB en 1994. A raíz del trabajo realizado en la agencia fue convocado para trabajar en la sede neoyorquina de la red, donde desarrolló campañas para marcas como Bentley, McDonald´s, Compaq y Philips.

En 2000, regresó a Brasil como director creativo de DM9DDB.

Dos años más tarde, fundaría BorghiErh, que luego se fusionó con la red global Lowe + Partners, dando origen a BorghiErh/Lowe, de la cual Erh Ray fuera codirector ejecutivo.

Hace diez años estuvo a cargo de la fundación de unidad brasileña de BETC, de la mano de Gal Barradas.


¿Cuándo descubrió que la publicidad o la creatividad podía convertirse en una salida laboral? ¿Cómo consiguió su primer empleo?

Seguramente hay un poco de influencia de mi padre, ya que él era director de fotografía de cine en Hong Kong. Aunque vinimos a Brasil como inmigrantes, este cuidado con la mirada, con la estética, siempre estuvo muy presente en mi familia y en mí. Al mismo tiempo, yo quería estudiar arquitectura y creo que eso también me ayudó a querer ver otras cosas con relación a la estética, lo que finalmente resultó en dirección de arte en publicidad.

Mi primer trabajo fue en la agencia Ogilvy, en la antigua Standard, Ogilvy & Mather, en Porto Alegre, sur de Brasil. Y fue a través de una pasantía, gracias a que mi profesor vio que yo tenía ese cuidado, ese ojo para la fotografía. Hice prácticas en el área de producción fotográfica, donde me di cuenta de que, si bien era muy lindo ver y producir esos trabajos, lo que yo quería era crear los layouts. Fue entonces cuando empecé a hacer dirección de arte.


¿Qué recuerda de su infancia? ¿A qué jugaba?

Puedo decir que mi infancia no fue una infancia normal como la de cualquier niño, porque dado que llegué a Brasil como inmigrante, la relación entre familia, trabajo (y empecé a trabajar desde muy joven) era muy fuerte. Soy hijo de comerciantes, mi padre vino a Brasil tratando de negociar el cine, trabajar con el cine asiático (y estoy hablando de hace 40 años, cuando el cine asiático todavía no tenía tanto éxito como hoy). Pero no logró, digámoslo así, tener éxito en su carrera de comercialización de películas. Y esto lo obligó a sobrevivir en Brasil como inmigrante y comerciante. Terminó abriendo un restaurante chino, y mi infancia la pasé como un niño que ayudaba en la casa y en el trabajo de sus padres.

Con respecto al colegio, imagínense llegar al primer año de primaria escuela sin saber hablar el idioma portugués. Tuve que alfabetizarme a la fuerza. Y mis momentos de ocio, que serían los fines de semana -como cualquier familia brasileña con tiempo libre y de descanso- eran los momentos en los que más trabajábamos, porque en los restaurantes el fin de semana es donde hay mayor movimiento.


¿De qué manera sus nociones sobre moda, diseño, arquitectura y decoración se conjugan con la creatividad publicitaria en su trabajo?

Aprendí dirección de arte en las revistas; de moda, diseño, arquitectura, decoración. Era una época en la que no había internet, no había importación de referencias, de libros en Brasil. Entonces, todo lo que se importaba eran las revistas que se vendían en los aeropuertos internacionales, e investigué mucho todo lo relacionado con la imagen a través de ellas.

Estoy seguro de que esta fue una de las mayores influencias que tuve en la dirección de arte. Me encantaba ver imágenes y revistas de moda, arquitectura y design, porque había ideas y elementos visuales muy fuertes. La moda enseñó mucho a la dirección de arte sobre cómo sintetizar una imagen fuerte e impactante y eso también me ayudó mucho. Estoy seguro de que mi trabajo tiene una gran influencia de la moda.


¿De qué manera las nuevas plataformas y pantallas fueron cambiando la profesión?

Desde mi punto de vista, creo que nada ha cambiado. Sólo cambió la forma de transmitir, la forma de presentar. Evidentemente, las pantallas requieren conocimientos y un acabado técnico completamente diferente al de los medios impresos o el out of home. Por ser imágenes animadas, para que puedan tener mayor atractivo, las pantallas requieren mayor cuidado con la dirección de escena, la dirección de arte, el movimiento, la luz o el brillo. Entonces, estas nuevas plataformas “piden” mucho más cuidado en la producción en términos de tiempos de lectura, de visualización, la mirada acerca de cómo esa persona consumirá estas ideas. Pero, al fin y al cabo, en nuestra profesión, una buena idea perdura en cualquier escenario. En un mal papel, en una pantalla rota o con una mala imagen. Una buena idea perdura en cualquier plataforma, pantalla o papel.


¿Qué cosas lo inspiran?

Las cosas que más me inspiran están en los detalles, en los acabados, en el cuidado al producirlas, en la estética. La moda me inspira, los viajes me inspiran, las personas me inspiran, las culturas me inspiran. Para un director de arte como yo, creo que la estética desde la cultura, la arquitectura, la música, la cultura pop, acaban por necesidad, como una gran fuente de inspiración.


¿Dónde se imagina de acá a 10 años?

Diez años pasan muy rápido. Este año BETC Havas cumple diez años. Y BETC nació de una start up. Por mucho que tuviera socios franceses del grupo Havas y de BETC, nosotros construimos una agencia desde cero, donde la gente ni siquiera sabía el nombre, de dónde venían, la cultura de esta agencia, cómo funcionaba, cómo creaba.

Recuerdo que cuando lanzamos BETC teníamos una ambición, de que en cinco años se convierta en una de las veinte agencias más grandes del país. Y creo que lo logramos. En diez años, somos hoy la agencia más grande de Brasil. Pero no quiero ser la más grande, quiero ser la mejor, y para ser la mejor, mi enfoque para los próximos diez años será cómo transformar mi empresa (y a mí mismo) y ser mejor cada día que pasa.

Más allá de la edad, al convivir con los jóvenes, con la realidad y, sobre todo, con las novedades que se avecinan, esta transformación de nuestra industria se está dando a una velocidad que, diez años de hoy son cien de hace muchos años. La inteligencia artificial acelerará todo este proceso y quiero creer que en estos próximos diez años seguiré con la misma determinación, dedicación y hambre de querer estar presente en nuestra industria de la comunicación.


¿Le queda alguna cuenta pendiente o sueño por cumplir?

Hice varios sueños realidad. Pero cada vez que se hace realidad un sueño, es necesario soñar más. Soñar te mantiene despierto, y creo que eso es fundamental.

Reel

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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