Se dice que hace falta un pueblo para criar a un niño, y hará falta una comunidad entera para atraer y entrenar a talentos jóvenes y diversos en nuestra industria.
La escasez de nuevos talentos siempre fue una preocupación, pero nunca como ahora. Encontramos entre los recién llegados a nuestro terreno demasiada gente joven atraída por otras carreras que ven como más creativas y con alta tasa de remuneración; gente que está dejando a las agencias por un trabajo que parece prometer mayor potencial de crecimiento individual.
Una reciente investigación de Arnold Worldwide detectó que la industria publicitaria ya no es más un imán de talentos, porque la joven fuerza laboral no advierte cómo puede aplicar su capacidad tecnológica y emprendedora en este negocio. Deutsch L.A., al estudiar la “Agency Talent Rotisserie”, concluyó en que “para conservar a la gente, las agencias necesitan más formas de que sus empleados puedan saciar su avidez empresarial”.
Un desafío mayor reposa en la naturaleza evolutiva de nuestra juventud, acicateada por la avanzada tecnología. Los jóvenes, que nunca vivieron en un mundo sin tecnología digital, ven que ellos tienen más y más elecciones entre las industrias vinculadas con lo tecnológico, junto a mayores expectativas de un balance confortable entre el trabajo y la vida.
¿Y qué pasa si ellos no puede ser promovidos a CEOs en un período de algunos meses? Simplemente arrancarán con su propia compañía o saltarán a puestos de trabajo que podrían cumplir más rápidamente con sus deseos de tener todo y tenerlo ahora.
El producto creativo y la conexión con la cultura pop han sido durante mucho tiempo los aspectos más atractivos que rodeaban a trabajar en la industria publicitaria. En los últimos diez años, no obstante, la corona creativa descansa sobre las cabezas de aquellos que trabajan en Apple, Google, Pinterest y otras firmas tecnológicas. La creciente competencia por recursos nos fuerza a buscar más intensamente y ser más innovadores para encontrar los talentos que necesitamos, no sólo para sostener nuestros negocios sino para hacerlos crecer en medio del constante cambio tecnológico.
La tradicional temporada veraniega en las facultades está en plena marcha, y sigue habiendo un gran terreno de aprendizaje para los jóvenes que vayan a guiarnos al futuro. Sea que estén en programas de agencias in-house, o acoplados con grupos como las 4As, el Marcus Graham Project o clubs locales de publicidad, las pasantías exitosas requieren un mutuo compromiso de parte del estudiante y la agencia.
Algunos de las incursiones más excitantes se están realizando con el training y el desarrollo en las escuelas primarias y secundarias. Desde las compañías de holding hasta las asociaciones de la industria y eventos como Advertising Week, vemos una renovada ayuda a los jóvenes, a veces de maneras novedosas, como la contratación de los “Lucky 13” por Campbell Mithun.
Me gustaría citar un ejemplo reciente de notable experiencia educacional que excedió, por lejos, la suma de sus partes. Este junio se produjo la primera graduación de la High School for Innovation in Advertising and Media (IAM). Ubicada en el distrito de Canarsie, en Brooklyn, IAM es la única acreditada high school en el país que ofrece clases de publicidad y marketing como parte de su curricula central.
La graduación del IAM del 26 de junio se produjo gracias a una convergencia única de negocios, educación, gobierno e individuos apasionados. Numerosas entidades contribuyeron a la realización del IAM: asociaciones de la industria, incluyendo el Advertising Club of Nueva York, que contribuyó con 60.000 dólares en becas a cuatro seniors de la graduación; la TED Conference; la iniciativa “Let’s Move”, de Michelle Obama, para combatir la obesidad infantil; compañías de holding y agencias; Advertising Week; individuos como el ex titular de Euro RSCG Ron Berger y Michael Roth, de Interpublic, y agencias del gobierno como el Departamento de Educación de Nueva York.
La historia exitosa del IAM continuará formando, inspirando y desarrollándose. Los jóvenes graduados pronto serán parte integral de nuestra industria; cada año más graduados del IAM seguirán esos pasos. Cuantos más y más alumnos del IAM ingresen al terreno que han elegido, se encargarán de alentar y guiar a otros de la misma forma en que ellos fueron alentados y guiados.
La educación es una vital fuerza para nuestra industria, y expandir las oportunidades educacionales es un rol que nosotros debemos abordar orgullosamente. No sólo es personalmente satisfactorio guiar y alimentar a nuestros jóvenes; también ganamos un valor inmediato y de largo plazo para nuestra industria.
A medida que el mundo se vuelve más desafiante, competitivo y complejo, necesitamos recordar que la gente joven que alcancemos no sean intimidados. Ellos saben que esta evolución significa mayores posibilidades personales. Tienen mucho que aprender de nosotros, pero también están más que ansiosos de contribuir con sus pensamientos, energías e intrepidez creativos. Asegurémonos con nuestros programas de educación que muchos de ellos hagan sus contribuciones a nuestra industria.