Simon Clift, el extravertido chief marketing officer de Unilever, deja la compañía y planea retirarse “en un par de meses” para dedicar más tiempo a su familia, en Brasil.

Clift, que cumplirá 52 años en mes próximo, fue el ejecutivo responsable del éxito de Axe, al asumir el riesgo de contratar a la en ese entonces no testeada agencia Bartle Bogle Hegarty para la cuenta. Ese éxito, entre otras cosas, lo impulsó hasta encabezar las operaciones del rubro cuidado personal del segundo anunciante del mundo, antes de convertirlo en CMO full time dos años atrás.

Pero su figura parece estar en franco contraste con el CEO de Unilever Paul Polman, un veterano de Procter & Gamble y Nestle que, a diferencia de Clift, es un devoto creyente del pre-testing.

Aunque hubo ciertas informaciones que hablaban de alguna fricción entre ambos –de hecho, a quienes los conocen les resulta difícil pensar en que podrían trabajar coordinadamente-, Polman y Clift siempre hablaron bien uno del otro públicamente. En una entrevista con Ad Age en abril pasado, Clift dijo de Polman: “Pienso que es la primera vez en que un verdadero hombre de marketing conduce a Unilever. Algunos comentaristas de afuera predecían que la llegada de Polman iba a producir un enorme shock cultural para la compañía, y eso no ha pasado. Sospecho que Procter & Gamble y Unilever están hechas de una materia similar”.

En un e-mail dirigido a Advertising Age, Clift señaló que el movimiento, que espera hacer en abril, sólo se debe a razones personales. “He estado en estas oficinas, en más o menos el mismo trabajo (presidente de marketing, después CMO) durante nueve años, y ahora quiero pasar más tiempo en Brasil por razones familiares y para hacer algo diferente (¡en ese orden!)”.

En otro e-mail, el CEO Polman dijo que “Simon ha hecho un gran servicio a Unilever y dejó su marca en muchas áreas. Bajo su conducción hemos tenido con Axe o Dove algunas de las más grandes innovaciones de la última década, y además encabezó el movimiento hacia los medios alternativos. Ahora ha decidido retirarse y disponer de más tiempo para su familia en Brasil. He disfrutado el último año con Simon y pude ver claramente por qué Unilever está siendo reconocida como una empresa innovadora en esta industria”.

El vuelco

La salida anunciada de Clift llega después de mucho trabajo para completar los reviews globales. Tanto los de relaciones públicas como los de digital y media han sido completados durante el año pasado; la última fue terminada oficialmente anteayer.

Unilever está segunda en inversión publicitaria global, después de P&G, con 5.700 millones de dólares de erogación. De hecho, la compañía ha estado presionando hacia adelante con incrementos el año pasado y planea aumentarlo más este año, aun cuando muchos competidores –entre ellos, Procter- estén bajando o recortando la inversión.

Clift tiene una fuerte afinidad por Brasil por haber conducido las marcas de cuidado personal en ese país, y también por el hecho de tener un hijo brasileño adoptado y una casa en la ciudad colonial de Parati, a dos horas de Río de Janeiro.

Además de impulsar una creatividad afilada, Clift es tal vez mejor conocido por sus afirmaciones coloridas y desprejuiciadas. En una entrevista con Ad Age en 2007, dijo que Unilever y sus agencias fueron alguna vez como “una especie de matrimonio que tenía un gran sexo, pero no uno con el otro”.

También bromeo en una entrevista el año pasado en torno a la poca consideración que tienen en Europa de las relaciones públicas cuando se discutía el reciente nombramiento del roster global de PR de Unilever: “Mi madre piensa que yo toco el piano en un burdel. Ella estaría muy defraudada si oyera que trabajo en relaciones públicas”.

A pesar de que Polman ha contrariado algunas predicciones al mantener a la mayoría de los ejecutivos top que estaban en Unilever cuando él llegó como un outsider, lo cierto es que la salida de Clift llega poco después de la salida del CFO Jim Lawrence, y en medio de cambios y podas sustanciales en las filas directivas que arrancaron el año pasado.

En una conference call de la semana pasada, Polman puntualizó que la compañía había reducido en 1.000 personas el staff de su oficina de Londres durante el año pasado. En Estados Unidos varios de los managers que condujeron la exitosa campaña con Dove y Axe durante la década anterior han dejado la empresa o fueron trasladados a nuevas posiciones durante 2009.