(Ad Age) – Parecía una alianza difícil. En los techos de algunos taxis amarillos, un tablero digital dice: “Su aviso aquí. Contáctese con ooh@uber.com”.
Así es: la misma app de viajes que ayudó a dar vuelta al mercado de los taxis amarillos en la última década, está ahora en negocios con los taxis. La compañía con sede en San Francisco alcanzó un acuerdo durante la primavera con el grupo mayor de viajes de Nueva York, lo que le permitirá a Uber manejar la publicidad de las pantallas digitales en los techos de hasta 3.500 autos.
Uber no está sola en el interés por ese mercado. La compañía rival Lyft dice estar manejando más de 1.000 displays digitales de taxis en Nueva York luego de la adquisición que hizo el año pasado de la start-up Halo. Además, Firefly, otra start-up de San Francisco entre cuyos inversores está Google, reforzó su presencia en NY con una adquisición a principios de año y afirma tener los derechos sobre los tableros de 4.000 autos.
Las compañías están apostando a un pedido de parte de un mercado de publicidad out-of-home que atraerá 7.200 millones de dólares para marcas hacia fin de este año, según los pronósticos de la compañía Magna. El mercado para tal publicidad de vía pública –que puede ser apuntado geográficamente y actualizado en tiempo real- soportó un golpe cuando el Covid-19 mantuvo a la gente en sus casas, y por eso las empresas están apostando en una recuperación continua, con más transeúntes caminando por las calles y más taxis en movimiento.
“La potencial audiencia está de regreso. La gente está destinando más tiempo que nunca antes a los viajes, porque estuvo encerrada durante un largo período, y eso hace al medio muy valioso en este momento”, dijo Jonathan Gudai, CEO de Adomni, una compañía online out-of-home que se asoció con Uber para las ventas.
Las empresas, particularmente Firefly y Uber, han focalizado sus movimientos publicitarios en los vehículos orientados por apps en otros mercados. La publicidad en aplicaciones de viajes está prohibida en Nueva York, de manera que deben llegar a ciertos acuerdos para decorar a los taxis amarillos de otra forma.
