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COLUMNA EXCLUSIVA DE OMAR F. ROMERO, CSO DE GEOMETRY LATAM

Cuando se muera el canario

Uno de esos guiones que no logré vender hace 20 años aún me da vueltas en la cabeza, pues representaba la incansable labor de quien crea, buscando en las profundidades como un minero. La retomo en esta oportunidad para referirme a la búsqueda de rumbos estratégicos de comunicación y negocio, cuando estos se basan profundamente en comportamientos y se ponen en riesgo con un lenguaje complejo pseudo-intelectual.

Cuando se muera el canario
"Me preocupa la siguiente generación de mineros, veo muchas botas Dr. Martins impecables y guantes blancos con temor a explorar y untarse, temor a opinar para no ser juzgados", dice Romero.

Pocos se atreven a ir a fondo en la búsqueda de respuestas, hay piedrecitas brillando en los primeros resultados de la búsqueda que los cortoplacistas toman a manos llenas; hay rieles que pueden llevarte al interior de la mina, métodos para conocer más de hombres, mujeres, viejos, niños, tuertos, estreñidos, amantes de la limpieza, poderosos y olvidados, cada proyecto demanda diferentes esfuerzos.

El método tiene un límite, he visto más de una decena de talentosos mineros del comportamiento salir con una pepita valiosa, una punta le llaman, y en cuanto abren su boca todo se desvanece.

En cuanto el ñoño (nerd) habla todo se desvanece. Trata de decir algo inteligente sin realmente sentirse parte de ello, hablando de ratones quizá, de una raza alienígena y no de vecinos, desde esa asepsia de genio inmamable. Ya eso sonó ñoño, ese es el riesgo, es fácil perder la atención de un niño por elaborar demasiado frente a él, sonar rimbombante gracias a supuestos hallazgos para mover el comercio.

 

Salgamos de la mina un momento

·         Entender a las personas requiere tiempo metiéndose dentro de su realidad.

 

·         Hay quienes buscan retribución inmediata y se contentan con obviedades.

 

·         Hay métodos para acercarse a esas verdades, pero quienes se aferran de forma rígida a ello vuelven con material estéril, análisis de datos fríos y sin empatía.

 

El canario enjaulado

Es más valioso ir hacia lo profundo de la mina con un canario que los tesoros que se están buscando; un pájaro que se muera cuando la cosa se ponga muy nerda, en ese momento hay que correr, llega la parálisis de análisis y la falta de entendimiento.

Para quienes no están familiarizados con la metáfora del ave es prudente aclarar que, siglos atrás, los mineros utilizaban un canario en una jaula, si estiraba la pata alertaba de gases tóxicos, dándole ventaja a quienes corrían para salir de ahí vivos a contar la historia, todavía hoy, perico y muerto son dos palabras que hacen huir a cualquiera.

Ahí adentro, donde el drama y la culpa de disfrutarlo se encuentran, nace la risa, el recurso para encontrar la respuesta más valiosa (sin que ello determine que tu ejecución tiene que tener ese tono). ¿Por qué?

Permítame elaborar, a riesgo de sonar pretencioso, pero recuerde, si suena mamerto y el canario se muere, deje este texto inmediatamente y póngase a salvo:

Desde los primeros humoristas locales que me permitieron entender la malicia solapada de los adultos, hasta el célebre George Carlin, filósofo disfrazado de comediante, sin olvidar el buen humor que mi familia sembró en mi infancia, me llené de una tabla periódica de respuestas para desafiar esa enfermiza referenciación intelectual (Autor, publicación, año), desafiar ese miedo a controvertir (Autor, publicación, año), desafiar tanta selfie y pose esperando un ‘masaje al ego’.

Ya más liviano gracias al buen humor, en una sesión de trabajo se puede avanzar con más humildad, escuchar a otros mineros, compartir el esfuerzo de la extracción y evitar sentir un sentido de propiedad sobre cada pepita extraída.

Para mí como estratega es la risa la que revela lo que tenemos, nuestras vergüenzas y puntos comunes, sin buen humor no se abre la puerta de la empatía.

 

Saquemos 3 pepitas de esta mina:

·         Drama y culpa, alguien carga con ello, revela el interior de una cultura, la intimidad de un hogar y un cuarto de baño, ese choque es una fuente inagotable para humoristas y antropólogos, la diferencia está en que el primero utiliza el humor, el segundo lo evita, pero exploran la misma mina

 

·         Si un supuesto hallazgo de comportamiento extraído no desafía nada de lo que conocemos, aburre

 

·         El canario yace pálido en el piso de su jaula, salgamos de aquí

 

·         Esa intuición por explorar dentro de los dramas de la gente es escasa como

piedra preciosa

 

Desde hace años, he recomendado a colegas escuchar oradores, humoristas, e improvisadores, a hacer un taller de impro incluso para dinamizar esa atrofia muscular, gestual y argumental (yo me hice dos, incluso invité a mi hijo adolescente); anexarle así elementos a su tabla periódica de comportamientos. De qué otra forma aprovechar la "big data" si no se contrasta con la "small data", esos hallazgos cualitativos que revelan dramas bajo la piel endurecida por las rutinas.

 

Una bocanada de aire fresco

Me preocupa la siguiente generación de mineros, veo muchas botas Dr. Martins impecables y guantes blancos con temor a explorar y untarse, temor a opinar para no ser juzgados; como si tras el boom social digital del 2008, en el momento que todos nos empezamos a observar y juzgar, se hubiesen entumecido algunos venerables ancianos de 15 a 25 años, algunos sencillamente no quieren poner en juego nada, no se arriesgan a opinar ni controvertir.

Puedo estar equivocado, solo soy otro minero, con realidad hasta bajo las uñas, tomo las pepitas brillantes que traen a la superficie, las pulo y trato de simplificar para otros el entendimiento del comportamiento humano, sin tecnicismos ni referencias, normas APA ni excesos de citas, porque en ese preciso momento, cuando te pones tan erudito, la gente solo anhela que caigan rocas encima de la mina.

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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