Kellogg Co., fabricante de Corn Flakes y Rice Krispies, recortará un 7% de su fuerza laboral global –equivalente a 2.000 puestos de trabajo- como parte de un plan de ahorro de costos que durará cuatro años, en medio de un persistente retroceso en la venta de ítems para el desayuno y snacks.
El programa, conocido como “Project K”, resultará en 1.200 a 1.400 millones de dólares antes de impuestos, según se supo. Kellogg tiene un total de 31.000 empleados, según archivos regulatorios.
Kellogg y competidores tales como JM Smucker Co., Kraft Foods Group y ConAgra han luchado para lograr que las familias estadounidenses llenen sus carros de supermercado mientras el desempleo y la incertidumbre económica las volvió más cautelosas que nunca en materia de gastos. Mientras las promociones en locales fracasaron en avivar el crecimiento de las ventas, Kellogg ha recurrido al recorte de costos para aumentar la rentabilidad.
“No tiene sentido descontar si no se manejan volúmenes”, dijo Brian Yarbrough, analista de Edward Jones & Co, de St. Louis. “Así es como se tienen que atrincherar, buscar ahorros de costos, observar formas de ser más productivos, ya sea a través de la cadena de proveedores o en la fabricación”.
Yarbrough, que recomienda comprar Kellogg, dijo que el escaso aumento del empleo y la incertidumbre en la economía Norteamérica han conspirado para retraer a los consumidores. El desafío para los fabricantes es imaginar cómo volver a vender, apuntó.
“Decisiones difíciles”
“Estamos tomando las necesarias difíciles decisiones para alcanzar oportunidades de reducción de costos que nos permita aumentar la inversión en nuestros mercados principales, y en oportunidades para el crecimiento futuro”, dijo el chief executive officer John Bryant en una declaración.
El tema está golpeando a Kellogg en forma particularmente dura en la mesa del desayuno. Las ventas del rubro de alimentos matutinos han bajado a raíz de la creciente competencia de opciones crecientes como el yogur griego y las barras de cereales. Las ventas netas cambiaron poco en el tercer trimestre, afectadas también por los snacks, informó Kellogg.
En más del 90% de los hogares norteamericanos se compran cereales, según data de General Mills. Sin embargo, el volumen de la categoría ha declinado durante tres años, según la misma fuente. General Mills y Kellogg han dicho que se focalizarán más en la innovación para llevar nuevos productos “más sanos e interesantes” al mercado.
El plan de reducción de costos incluye un crecimiento acelerado en los mercados emergentes, la consolidación de instalaciones y un énfasis global en marcas regionales, según la declaración. Los ahorros en dinero cash se proyectan entre 425 y 475 millones de dólares, según la compañía.
Las ventas netas en Norteamérica cayeron un 1,3% en el trimestre hasta llegar a 2.400 millones, mientras el negocio de los snacks en Estados Unidos también declinó un 2,5%. Las ventas netas en América latina subieron un 3,4%, mientras las europeas avanzaron un 6,4%.