Desde que el gigante de la comida rápida con sede en Chicago cerró sus casi 850 locales en Rusia la semana pasada en medio de la guerra en Ucrania, han circulado los temores de que las partes rusas podrían tratar de infringir la marca de McDonald’s.
La cosa no ha demorado mucho.
En los últimos días se presentó una solicitud ante el gobierno ruso para registrar el logotipo de una cadena de restaurantes que lleva la marca de los Arcos Dorados de McDonald’s, junto con las palabras “Tío Vanya”.
Los expertos en marcas comerciales empezaron a hablar la semana pasada de la posibilidad de que Rusia reabra los McDonald’s cerrados. El Ministerio de Desarrollo Económico de Rusia había dicho a principios de este mes que estaba estudiando la posibilidad de levantar las restricciones a las marcas de las empresas que habían dejado de hacer negocios en ese país. También legalizó esencialmente el robo de patentes de partes afiliadas a países “no amigos”.
La debacle amenaza con 30 años de construcción de marca en Rusia para McDonald’s.
En teoría, los restaurantes reabiertos podrían vender hamburguesas con la marca Big Macs, pero no sería la misma comida. Los expertos dicen que eso podría confundir a los consumidores, y esa confusión podría continuar cuando McDonald’s vuelva a abrir sus locales o a tomar el control de los mismos.
El abogado de marcas Josh Gerben tuiteó sobre la solicitud de Uncle Vanya. Señaló que las palabras “Uncle Vanya” vienen acompañadas po el logotipo de McDonald’s en la solicitud.
Desde 1990
McDonald’s abrió su primer local en la entonces Unión Soviética en la plaza Pushkin de Moscú en enero de 1990. Decenas de miles de personas hicieron cola durante horas para probar por primera vez el sabor de Occidente. Como tal, muchos dicen que los Arcos Dorados se han convertido en una especie de representación de los Estados Unidos y la globalización.
Algunos habían anticipado que McDonald’s podría ser víctima del sentimiento antiamericano incluso antes de que el Presidente ruso Vladimir Putin invadiera Ucrania hace más de dos semanas. La compañía, con sede en Chicago, cerró sus 108 locales en Ucrania poco tiempo después del inicio de la guerra, pero mantuvo sus locales en Rusia, incluso en medio de la creciente presión.
Las ventas de esos establecimientos en ambos países representan alrededor del 9% de los ingresos totales de la empresa, por lo que su cierre supuso un golpe para los ingresos de la compañía. McDonald’s sigue pagando los salarios de sus trabajadores en Ucrania y de sus 62.000 empleados rusos. Los ejecutivos han dicho desde entonces que la empresa perderá 50 millones de dólares cada mes que los locales rusos estén cerrados.
Los expertos se preguntan cuánto tiempo tardará McDonald’s en recuperar la confianza de los consumidores rusos una vez que vuelva a abrir sus establecimientos en el país, de los cuales el 84% de los cuales son propiedad de la empresa. Si Rusia levanta las restricciones a las marcas, la cuestión se complicará aún más.