Marketing México

HABLAN LAS LEADING WOMEN MÉXICO 2025

Rosalina Tornel, Juana Anaya, Montserrat Villafañe y Andrea Santos: escuchar distintas voces y cuestionar lo establecido

La chief growth officer de Grupo Lala, la lending vicepresidenta de American Express, la CEO de DDB México y la directora de marketing de América Latina Norte en Arcos Dorados serán distinguidas este viernes 3, junto a otras doce mujeres del país, en el hotel Four Seasons de la ciudad de México. En diálogo con Adlatina hablaron del amor por su actividad, de aprendizaje y enseñanza y del uso de la inteligencia artificial en su profesión.

Rosalina Tornel, Juana Anaya, Montserrat Villafañe y Andrea Santos: escuchar distintas voces y cuestionar lo establecido
Tornel, Anaya, Villafañe y Santos: mujeres líderes.

Rosalina Tornel
CHIEF GROWTH OFFICER DE GRUPO LALA

¿Qué la llevó a enamorarse de la actividad que ejerce?
La realidad es que entré a marketing escéptica de que fuera el área para mí: soy ingeniera industrial y comencé mi carrera en el área comercial. Sin embargo, muy rápido me enamoró la posibilidad que el marketing te da de conectar con personas y generar un impacto positivo en su vida a través de las marcas, que a mí me gusta ver como una plataforma para generar no sólo crecimiento en el negocio, sino, por ejemplo, en el caso de Grupo Lala, nutrir a millones de personas. Hoy, mi posición como CGO me ofrece la posibilidad de, de una forma estratégica, creativa y emocional, entender lo que la gente necesita y valora; y después integrar la parte de D&I con ese conocimiento del consumidor, poder crear soluciones funcionales, sustentadas por la ciencia, para esas necesidades reales y no sólo eso, sino poder integrar en todo nuestro modelo de negocio el pilar de sostenibilidad y convertirlo en parte del ADN de la compañía. Esto a mí me encanta y me hace enamorarme todos los días de lo que hago y retarme a mejorar la vida de millones de personas a través de la nutrición. Aunque esto no viene sólo de esta nueva posición: a lo largo de los años, me ha movido el reto de construir marcas que no sólo sean relevantes comercialmente, sino cultural y socialmente y esto lo he logrado de la mano de mis equipos a través de un análisis profundo de tendencias, innovación constante y campañas que conectan. Creo firmemente que cuando el marketing y la estrategia de crecimiento se unen al propósito, son una poderosa herramienta de transformación.

¿Qué enseñanzas y aprendizajes ha experimentado, en ambos sentidos ―hacia ellos y desde ellos―, entre usted y su equipo de trabajo?
Trabajar con mis distintos equipos ha sido una de las mayores fuentes de aprendizaje en mi carrera. Desde mi rol puedo aportarles dirección, visión estratégica y la claridad de hacia dónde queremos crecer como compañía. Pero son ellos quienes me recuerdan todos los días que la verdadera innovación surge de escuchar distintas voces y de cuestionar lo establecido. He aprendido a confiar más en la diversidad de pensamiento, a dejar espacio para que las ideas evolucionen y a reconocer que muchas veces las mejores soluciones no vienen de arriba, sino de la colaboración continua y multidisciplinaria. A su vez, trato de transmitirles que el crecimiento, además de cumplir con metas, es también desarrollarse como profesionales y como personas. Esa reciprocidad es de donde yo aprendo de su creatividad y sensibilidad, y ellos de mi experiencia y visión de negocio: es lo que convierte al equipo en motor de transformación para la compañía.

¿Qué expectativas le genera la posibilidad de utilizar programas de inteligencia artificial en su actividad? ¿Qué encuentra a favor y qué en contra?
La inteligencia artificial representa una oportunidad transformadora para nuestra industria. Me entusiasma su capacidad de convertir grandes volúmenes de datos en información accionable, entendiendo lo que el consumidor dice, lo que realmente hace y siente, anticipar cambios en estilos de vida, identificar patrones de compra y diseñar productos que respondan a esas necesidades reales. También puede ayudarnos a optimizar procesos en toda la cadena de valor, desde la logística hasta la innovación, reduciendo tiempos y costos y haciéndonos más ágiles para competir en mercados cada vez más dinámicos. Sin embargo, también veo retos importantes: la IA no reemplaza el criterio humano ni el propósito y la innovación con propósito sigue requiriendo sensibilidad, ética y cercanía con las comunidades. Por eso, en cada decisión me aseguro de que lo que activamos tenga sentido para la persona detrás del dato. Creo que el camino está en el equilibrio: aprovechar la IA como un aliado, pero siempre bajo la guía de nuestros valores y con un propósito claro de nutrir a las familias mexicanas.

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Juana Anaya
LENDING VICEPRESIDENTA DE AMERICAN EXPRESS

¿Qué la llevó a enamorarse de la actividad que ejerce?
Lo que más me ha enamorado de mi trabajo es el constante aprendizaje y la posibilidad de reinventarme todos los días. He tenido la fortuna de estar en distintas áreas y estrategias, y eso ha hecho que mi trabajo nunca sea monótono. Siempre hay algo nuevo que crear, proponer o mejorar. Me inspira poder innovar y diseñar experiencias que realmente impacten a nuestros tarjetahabientes. También hay un componente muy personal que me llena profundamente: la autorrealización. Me encanta lo que hago, y eso me hace sentir bien conmigo misma. Estoy convencida de que cuando una persona se siente plena profesionalmente, también tiene más para aportar en lo personal. Eso se refleja no sólo con mi equipo, sino también con mis hijas. Yo crecí con una mamá que amaba lo que hacía y eso me marcó. No pienso en lo que se perdió, sino en lo que me enseñó. Y hoy, yo también quiero ser ese ejemplo.

¿Qué enseñanzas y aprendizajes ha experimentado, en ambos sentidos, hacia ellos y desde ellos, entre usted y su equipo de trabajo?
Una de las cosas que más valoro de mi rol actual es poder trabajar con equipos multidisciplinarios. En un proyecto reciente, colaboramos con áreas de tecnología, legal, compliance, service, testing, equipos de distintos países y husos horarios. Fue un desafío enorme porque el producto tocaba todos los frentes con el cliente, pero al mismo tiempo fue una de las experiencias más enriquecedoras que he tenido. Aprendí mucho sobre empatía: cómo ponerme en los zapatos de cada área para transmitir por qué esto también era importante para ellos. Y también cómo contagiar energía para que todos se sintieran parte. No sólo lanzamos un producto espectacular: también logramos un nivel de colaboración que nunca había experimentado. Me quedo con mucho aprendizaje del proceso, no sólo del resultado. Tuvimos que cambiar la estructura del proyecto tres veces porque el contexto nos lo pedía. Eso nos enseñó a ser resilientes, a escuchar y a adaptarnos. Al final, nos quedó una gran satisfacción colectiva y, sobre todo, la claridad de que esto no termina ahí, de que siempre hay una evolución por delante.

¿Qué expectativas le genera la posibilidad de utilizar programas de inteligencia artificial en su actividad? ¿Qué encuentra a favor y qué en contra?
Para mí, la IA representa una gran oportunidad y responsabilidad. Nos puede llevar a hacer las cosas mejor, más rápido y con más precisión; pero también nos pone a prueba. Pienso que un riesgo es que nos puede llevar a quedarnos en una zona de confort. Y justo ahí es donde entra nuestro rol: asegurarnos de que la tecnología complemente, pero no sustituya lo que realmente hace la diferencia, que es la conexión con las personas. En American Express llevamos años usando la IA de forma responsable, sobre todo para anticiparnos a lo que nuestros clientes necesitan, incluso antes de que lo pidan. Gracias a herramientas como Amex Chat, el seguimiento en tiempo real de transacciones o activaciones con un clic, hemos transformado la experiencia digital: hoy resolvemos más, en menos tiempo, y con más personalización. Incluso lanzamos un modelo de asesoría de viajes con IA generativa que está mejorando la calidad de nuestras recomendaciones. Algo que tenemos muy claro es que la innovación solo tiene sentido si mejora la vida de quienes confían en nosotros.

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Montserrat Villafañe
CEO DE DDB MÉXICO

¿Qué la llevó a enamorarse de la actividad que ejerce?
Lo que me enamoró de la publicidad fue, en primer lugar, lo dinámico del día a día. Todos los días hay nuevos retos que hacen que el trabajo nunca sea monótono. Me apasiona poder aprender constantemente de distintas categorías, industrias y contextos. Además, el ambiente relajado y colaborativo de las agencias fomenta la creatividad, la autenticidad y el trabajo en equipo, lo que convierte cada proyecto en una muy linda experiencia. Pero más allá de eso, lo que realmente me conecta con esta profesión es su capacidad de generar impacto: contar historias que emocionan, construir marcas que trascienden y conectar con las personas.

¿Qué enseñanzas y aprendizajes ha experimentado, en ambos sentidos ―hacia ellos y desde ellos―, entre usted y su equipo de trabajo?
Para que un equipo funcione bien, debe estar bien informado, y eso es algo que procuro constantemente: compartir todo lo que esté en mis manos. Creo profundamente en la transparencia como base de la colaboración. Por mi parte, aprendo de mi equipo todos los días. Escuchar distintos puntos de vista es esencial para que todos se sientan parte del proceso. Los perfiles más senior cumplen un rol de consultores estratégicos, mientras que las nuevas generaciones aportan ideas frescas y perspectivas innovadoras que me ayudan a mantenerme actualizada. Esa dinámica de intercambio constante es lo que fortalece nuestro trabajo.

¿Qué expectativas le genera la posibilidad de utilizar programas de inteligencia artificial en su actividad? ¿Qué encuentra a favor y qué en contra?
La inteligencia artificial nos abre un universo de posibilidades infinitas. Estoy convencida de que, en pocos años, va a llegar a transformar de manera inesperada el mundo de la comunicación, al igual que muchas otras industrias. Nos corresponde abrazarla y aprovechar su potencial para crecer, complementarnos y ser mejores. Actualmente, la IA nos permite automatizar tareas repetitivas, agilizar procesos y mejorar nuestro desempeño frente a los clientes, especialmente en la materialización de ideas creativas que de otra forma sería difícil visualizar. Sin embargo, también identifico ciertos riesgos que deben ser atendidos con responsabilidad: el manejo ético de la privacidad de los datos, la posible dependencia tecnológica y, sobre todo, el riesgo de perder relevancia cultural y autenticidad si se utiliza de forma indiscriminada. En definitiva, la clave está en integrar la IA como una herramienta que potencie lo humano, sin reemplazarlo.

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Andrea Santos
DIRECTORA DE MARKETING DE AMÉRICA LATINA NORTE EN ARCOS DORADOS

¿Qué la llevó a enamorarse de la actividad que ejerce?
Tenía alrededor de seis años cuando me invitaron a una sesión de grupo para evaluar productos. Era una actividad sencilla, pero algo dentro de mí cambió por completo. Me fascinó tanto la experiencia que quería regresar cada semana… hasta que casi me vetaron. En ese momento, sin saberlo, descubrí una pasión. Una curiosidad que, con el tiempo, se transformó en propósito. Conforme fui creciendo, entendí que lo que me atraía no era sólo la dinámica de las sesiones, sino el poder que tiene una marca para conectar con las personas, contar historias y crear experiencias que trascienden. Me emocionaba imaginar cómo una marca podía cobrar vida, tocar emociones, transformar percepciones y dejar huella. Fue así cómo todo se conectó. Desde esa primera sesión, supe que este mundo del marketing era parte de mi propósito de vida.

¿Qué enseñanzas y aprendizajes ha experimentado, en ambos sentidos ―hacia ellos y desde ellos―, entre usted y su equipo de trabajo?
Liderar equipos ha sido toda un experiencia enriquecedora y transformadora. He aprendido que detrás de cada estrategia y cada campaña hay personas con ideas, emociones y sueños. De mis equipos he aprendido la importancia de escuchar activamente, porque ahí es donde las ideas fluyen, las personas se sienten valoradas al ser escuchadas y la diversidad de pensamiento te da una perspectiva única. Y si algo creo que he podido aportarles es mi pasión, y que esa pasión no se negocia: cuando haces algo con propósito, se nota, se contagia y se convierte en cultura. Y que ser líder es servir, no es estar al frente, sino estar al lado, impulsando, guiando y celebrando cada logro del equipo.

¿Qué expectativas le genera la posibilidad de utilizar programas de inteligencia artificial en su actividad? ¿Qué encuentra a favor y qué en contra?
Creo que la IA es una herramienta sumamente poderosa que puede potenciar tanto la creatividad como la eficiencia en tareas diarias o repetitivas. Mi enfoque está en integrarla estratégicamente para automatizar procesos como testings, análisis predictivos e hiperpersonalización, con el objetivo de ofrecer experiencias más relevantes a nuestros consumidores. Eso sí, estoy convencida de que debe usarse de forma responsable y transparente, sin perder de vista que el toque humano —esa sensibilidad e intuición únicas— no puede ser reemplazado. Al final, como muchas cosas en la vida, se trata de encontrar el balance correcto entre la tecnología y el factor humano, entendiendo que la IA es una aliada, no un sustituto.

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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