Samsung Electronics retiró del mercado su Galaxy Note 7 debido a fallas en su batería y anunció un programa global de reemplazos, días antes de que su archirrival Apple se dispone a revelar sus últimos iPhones.

Las ventas del dispositivo de gran pantalla serán frenadas en diez países, dijo Koh Dong Jin, jefe de la división mobile de Samsung. Agregó que ya hay alrededor de 2,5 millones de unidades en las manos de los usuarios y los carriers, y se disculpó por el tema de la batería, que ha sido relacionada con explosiones del teléfono en el momento de ser cargado.

El recall es un golpe para la reputación de Samsung y le quita a la compañía el impulso que había construido en smartphones al capitalizar una quietud en la demanda de iPhones entre la aparición de nuevos modelos. La demanda por el Note 7, que debutó con lucidos reviews de prensa, y la difusión del mayor beneficio para la compañía en dos años, había llevado a sus acciones a una cotización record, mientras los analistas elevaban sus targets de cotización.

“El inesperado recall seguramente irritará a los compradores, y el último incidente es preocupante”, dijo Lee Seung Woo, analista del IBK Securities en Seúl.

Lee advierte que los despachos del Note 7 se reducirían este año a 12 millones de unidades, contra los 14 millones de estimaciones previas. El experto estima que el número total de teléfonos afectados por el problema de las baterías puede rondar el millón de unidades, de las cuales unas 600 mil se vendieron fuera de Estados Unidos.

El último movimiento llegó a sólo días después de que Samsung retrasara la provisión a los carriers, citando una necesidad de nuevos tests. Informes de la prensa de Corea del Sur mostraron a usuarios con sus calcinados teléfonos luego de los incendios. Hasta el 1º de septiembre hubo 35 casos reportados mundialmente con el problema, dijo la compañía en una declaración. Samsung explicó que le tomaría dos semanas preparar los dispositivos de reemplazo.

Las ventas de Note 7 comenzaron hace dos semanas. Aunque el recall es una marca negativa para la empresa, la suya es una relativamente rápida respuesta a un serio defecto del producto. Cuando la antena de los iPhone 4 probó ser responsable de pérdidas de llamadas, Apple respondió dándoles a los usuarios una caja gratis de amortiguadores para mitigar el problema tres semanas después de que el aparato saliera a la venta, un episodio que ahora se recuerda como “Antennagate”.

“Samsung eligió defender su reputación y su marca Galaxy por encima de los costos, que usualmente producen una situación difícil”, dijo Kang Ho Park, analista de Daishin Securities Co.

Por su parte, Apple ha invitado a periodistas a un evento por realizarse en San Francisco el 7 de septiembre, donde la compañía presentará las versiones de la próxima generación del iPhone y Apple Watch.