En estos días, los políticos (y las carreras políticas) viven y mueren en las redes sociales, por lo que es totalmente apropiado que el tan acosado gobernador Ricardo A. Rosselló de Puerto Rico decidiera anunciar su renuncia con un poco de ayuda de Facebook Live el miércoles por la noche.

La salida de Rosselló (su último día en el trabajo será el 2 de agosto) se produjo después de una semana de protestas públicas, desencadenadas por charlas internas filtradas entre el gobernador y sus asesores, que se difundieron a través del legado y las redes sociales por igual. Los chats, hilarantemente, tuvieron lugar en Telegram, la plataforma de mensajería que exageró su nivel de privacidad publicando en su sitio web líneas como estas: “Telegram mantiene sus mensajes a salvo de ataques de piratas informáticos” y “Los mensajes de Telegram están fuertemente cifrados y pueden autodestruirse”.

No está claro cómo se filtraron los mensajes, pero resulta que Rosselló no necesitó mucha ayuda con su propia autodestrucción. Las transcripciones del chat revelaron una cultura vil en su administración que vino de arriba hacia abajo. Entre los objetivos de la maldad de Rosselló & Co. se encuentran la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz. En el chat, Christian Sobrino Vega ─quien era el principal funcionario fiscal de Puerto Rico en ese momento, y el representante de Rosselló en la junta federal responsable de manejar la crisis financiera de Puerto Rico─ expresaró su frustración con Yulín Cruz.

“Estoy salivando para dispararle”, escribió el funcionario. “Me estarías haciendo un gran favor”, respondió el gobernador, de acuerdo con los chats filtrados.

En cambio, él mismo se hizo el favor. Pero salió con un quejido, no con un disparo.

(Video: CNN en español).

Tomando Facebook Live justo antes de la medianoche del jueves (los medios locales compartieron la transmisión a través de sus cuentas personales), Rosselló pronunció un discurso autocomplaciente y de autoservicio en el que enterró los miembros.

“Cientos de manifestantes en las afueras de La Fortaleza, la residencia oficial del gobernador, se quedaron repentinamente en silencio el miércoles por la noche cuando el mensaje de Rosselló comenzó a transmitirse después de horas de retraso, con grupos agrupados alrededor de teléfonos celulares para escuchar. La multitud, gritando, se puso inquieta cuando se prolongó la declaración de catorce minutos, pero estalló en un estruendoso aplauso en el momento en que anunció que renunciaría. Las banderas puertorriqueñas se dispararon al aire y empezaron los tambores, a los cantos de ¡Oé! ¡Oé! ¡Oé!”, escribieron Patricia Mazzei y Frances Robles para el New York Times.

Los rating televisivos con el video de la renuncia aún no han llegado, pero Ad Age mantuvo un ojo en los niveles de audiencia del Facebook Live-cast, y en su apogeo la transmisión tuvo alrededor de sesenta y cinco mil espectadores simultáneos.

Un tiempo atrás, las renuncias políticas de alto perfil eran un gran problema: los eventos de tiendas de campaña, en jerga televisiva. El discurso de renuncia del presidente Richard Nixon el 8 de agosto de 1974, por ejemplo, atrajo a una audiencia televisiva estimada, a las 9 p.m., de ciento diez millones de espectadores. Sin embargo, ese número no llegó a la audiencia del 20 de julio de 1969 para el aterrizaje lunar, que algunos observadores de la industria predijeron que Nixon vencería.

Como señaló el Times en ese momento: “El discurso en sí fue anticlimático y es posible que hayamos sobreestimado un poco el interés en el evento en sí. En Nueva York, por ejemplo, unos cuatrocientos cincuenta mil espectadores eligieron el juego de béisbol entre los Mets y los Pittsburgh Pirates en WOR (canal de televisión) en lugar de la histórica renuncia del presidente”.

En realidad, Rosselló tuvo suerte de obtener hasta sesenta y cinco mil espectadores simultáneos en Facebook Live. Los puertorriqueños y otras partes interesadas terminaron viéndolo en su propio horario; hasta el viernes, la versión archivada de la transmisión en vivo tiene mil setecientas millones de visitas. En 2019, por supuesto, los discursos de renuncia presentados por políticos deshonrados son completamente comunes. Prácticamente se podría hacer una maratón con ellos, pero ¿por qué molestarse?
 Realmente, la mejor idea es simplemente publicar su propio video, el de usted junto a los conciudadanos aplaudiendo en las calles.