Después de diez años, la relación que vinculaba al futbolista inglés David Beckham con el gigante Pepsi llegó a su fin. Pese a que ambas partes afirmaron que la decisión se dio “de común acuerdo”, ya circulan por la Web algunas versiones que vinculan la finalización del contrato con el no tan buen desempeño del deportista durante los dos últimos años en la liga estadounidense (Beckham juega en el equipo Los Angeles Galaxy).

De hecho, un rumor cercano a este había sonado tiempo atrás cuando el futbolista terminó su contrato con otra de las marcas vinculadas al deporte, Gillette. Se dijo, por entonces, que su relación con el mencionado equipo no aportaba tanta relevancia al fútbol internacional y que resultaba, por ende, menos atractivo para la marca.

Sin embargo, hubo también quienes dijeron que la razón radicaba en que el futbolista demandaba más control sobre su imagen del que el anunciante podía aceptar.

Lejos de mostrarse preocupado, Beckham declaró al periódico británico The Sun estar satisfecho con la experiencia vivida junto a Pepsi: “He hecho de gladiador, vaquero y surfista, y he trabajado con Beyonce y Jennifer López, al igual que con algunos de los nombres más grandes del fútbol mundial”.

Por lo pronto, el deportista mantiene en vigencia otros dos contratos publicitarios con Adidas y Motorola (este último caduca en junio de este año). Y lo cierto es que, tal como apunta el medio estadounidense Advertising Age, se trata de una figura con uno de los budgets más costosos. Eso, en tiempos de crisis, no rima con la necesidad de los anunciantes de “afinar el lápiz”.