Maximiliano Anselmo y Sebastián Wilhelm -directores generales creativos de Santo- presentaron en el día de ayer el seminario “Publicidad y valores: mi valor vale más que el tuyo”, en el auditorio del Centro Cultural Borges donde desde el lunes está desarrollándose el FIAP.
Más de 200 estudiantes presenciaron lo que fue una clase abierta de publicidad en la que se pasaron varios comerciales, a partir de los cuales Anselmo y Wilhelm reflexionaron acerca de la libertad, la vergüenza y la belleza en el medio publicitario.
En el comienzo de la charla, Anselmo emuló las primeras horas del día de un creativo y confesó a la audiencia: “Te despertás temprano, lees Clarín, entrás en adlatina.com y ya estás pensando en esa idea que no te dejó dormir de noche”.
Lo primero a lo que se refirieron Anselmo y Wilhelm fue a los “pecados publicitarios”, que según ellos suceden cuando los creativos dicen sólo cosas para que a la gente le gusten.
Uno de los temas más importantes que se tocó en este seminario fue la relación que existe entre el arte y la publicidad. Wilhelm expresó que la publicidad puede ser un arte “si logramos poner algo de cada uno en el comercial que realizamos”.
Anselmo consideró que la magia llega a un comercial cuando el creativo logra hacerse cargo de la libertad que en general esconde. “Se reprime la parte libre de uno, que es lo mejor que uno puede tener”, se expresó Anselmo, mientras miraba con complicidad al auditorio.
Finalmente, Wilhelm reconoció que los valores no llegan a la gente si no entretienen y consideró que, cuando hay belleza, ni siquiera el valor es cuestionado. Concluyó que “la publicidad tiene que ser persuasiva y original; y si termina inculcando un valor, muchísimo mejor”.