La mayoría de las ONG en América Latina descuida sus aspectos comunicacionales. Estos fueron los resultados de una encuesta realizada entre 50 organizaciones sociales de cinco naciones latinoamericanas que se llevó a cabo entre mayo y noviembre de 2003, iniciada por el programa de Medios de Comunicación y Democracia en América Latina de
De las organizaciones entrevistadas 36 (72 por ciento) aseguraron que las Relaciones Públicas sí juegan un papel importante dentro de su organización. Esta afirmación contrasta con sus respectivas realidades: 38 organizaciones (76 por ciento) no han formulado una estrategia de RR.PP, tres de cuatro (74 por ciento) no tienen un profesional de Relaciones Públicas en sus filas y solamente cuatro de 50 ONG (8 por ciento) dispone de un presupuesto para Relaciones Públicas. La gran mayoría de las organizaciones (78 por ciento) de la muestra nunca ha recibido asesoría en Relaciones Públicas y solo una de cada tres ONG tiene un sitio web propio.
De ello se desprende que públicamente los intereses y el trabajo de las ONG no es tomado en cuenta. Esto quiere decir que, por el lado de la gente, y en consecuencia, también por los medios, no se ejerce presión civil de ningún tipo sobre las instituciones, autoridades o políticos responsables. Además, esta ausencia de notoriedad dificulta el acceso a los auspiciantes. El objetivo por el cual lucha
En lo que se refiere a las Relaciones Públicas, Prensa y Publicidad la discrepancia entre lo que se dice, se hace y lo que se pretende hacer, es enorme en las ONG de América Latina. Pero los contrastes no paran allí. Durante la investigación se vislumbró una brecha asombrosa en América Latina. Existe un gran número de ONG que realiza un trabajo importantísimo dentro del sector social de su país. Los dirigentes y empleados de estas organizaciones se han vuelto especialistas en muchas materias, desde los derechos humanos y el medio ambiente hasta temas de género y de lucha en contra de la corrupción. Durante décadas, las ONG latinoamericanas han acumulado experiencias, conocimientos y sabiduría. Ahora están sentadas sobre este tesoro, esta mina de oro, sin saber cómo explotarla. Y muchos de los que lo intentan, que por cierto son pocos, fracasan porque no son profesionales de comunicación sino expertos en agricultura, en leyes o en descentralización. Ellos nunca aprendieron cómo redactar una nota de prensa, organizar una conferencia, desarrollar una campaña publicitaria o preparar material informativo. Y esto también porque sus jefes ignoran o subestiman la tarea de comunicarse con el público.
El contraste descrito es enorme y las razones de su existencia son múltiples: falta de personal capacitado, falta de fondos y falta de tiempo. Estas son sólo las excusas más frecuentes que generalmente se suelen usar. La correcta comunicación que se considera una parte vital de una organización en los países desarrollados, son calificadas en muchas ONG de América Latina como algo exótico, algo que se toma en cuenta de vez en cuando, si sobra un poco de dinero o si no hay nada más que hacer. Las entidades financieras internacionales ignoran también las necesidades de comunicar de las ONG, hecho que se refleja en los presupuestos para proyectos que casi nunca incluyen un componente dedicado a la difusión. A este panorama desencantador se agregan factores externos como la falta de literatura didáctica, de capacitaciones adecuadas o asesores especializados.
Las pocas ONG que se dedican con más seriedad difundir profesionalmente sus actividades se han dado cuenta de que un trabajo planificado y estructurado trae sus recompensas. El público se empieza a interesar por el trabajo de
Las ONG son parte del desarrollo social, económico y democrático de sus países. Estas ONG asesoran, desarrollan nuevos conceptos e influyen en la discusión pública. Las ONG necesitan del apoyo del ciudadano. No pueden alcanzar sus metas yendo en contra de la sociedad o pasándola por alto, sino por el contrario, realizando un trabajo conjunto con la ciudadanía. Los requisitos para estas labores son el trabajo sólido, el entendimiento y el análisis fundamentado con los problemas específicos del respectivo país. Sin embargo el accionar de muchas ONG no se explica por sí sola. Tampoco la confianza en éstas se genera de manera automática y sin comunicación.
¿No habrá llegado el momento en que pongan la misma energía y profesionalismo que ponen para desarrollar sus tareas sociales en comunicarse adecuadamente?