─¿Cómo descubrió su vocación por la dirección?
─El primer recuerdo consciente que tengo con el mundo audiovisual es haber ido a ver Las horas al cine y de repente ver una escena en la que una habitación se llenaba de agua. Me acuerdo de que salí del cine totalmente fascinada con lo que me había hecho sentir esa escena y con un millón de preguntas sobre cómo era posible hacer una cosa así. Todavía era una adolescente en el colegio secundario, sin ninguna noción sobre a qué me iba a dedicar.  Sin embargo, siempre fui una persona creativa. De chiquita me gustaba mucho escribir, escribía canciones, poemas, cuentos y, al mismo tiempo, me la pasaba rompiendo objetos (controles de TV, teclados de computadoras, por ejemplo) porque quería entender cómo funcionaban las cosas y terminaba armándome mis propios juguetes. Cuando llegó el momento de anotarme en la carrera de cine, mi inclinación natural fue seguir la rama de guión, pero ya en el primer año esa nena que rompía y armaba cosas se hizo presente y me empecé a interesar no sólo en las ideas, sino en cómo hacerlas realidad, como potenciar desde las imágenes, cómo provocar sensaciones. En definitiva cómo llenar una habitación con agua.

─¿Cuándo y por qué (si hubo algún detonante) decidió dejar lo que estaba haciendo para dedicarse de lleno a la dirección audiovisual?
─Mientras estudiaba cine tenía un trabajo freelance y ya en el último año de la carrera, cuando me sentí preparada, empecé a buscar trabajo de “lo mío”. Fui runner en una peli de Patagonik y en ese tiempo (creo que fueron dos meses) me llamaban de mi otro laburo y ahí fue el clic: si quería dedicarme a lo que me apasionaba, tenía que cortar con lo otro. Fue difícil al principio, hasta entender que no se puede estar en dos lugares a la vez.

─Empezó con fashion films, filmó videoclips con reconocidos artistas, ¿qué herramientas siente que adquirió con esa experiencia y qué le atrae del mundo publicitario?
─La verdad es que estoy muy feliz en cuanto a cómo se fueron dando las cosas. Me gusta mucho la idea de recorrer caminos, aprender de los distintos mercados, clientes y necesidades. Tuve la suerte de que mi carrera como directora empezara con los fashion films en el momento en que justamente arrancaron los fashion films en la Argentina, con lo cual era un momento totalmente exploratorio. Trabajando en equipo mano a mano con los clientes y las agencias, aprendiendo a comunicar este nuevo tipo de contenidos, entendiendo el rol de las redes sociales y pensando en que es lo que la gente quiere ver más allá de un lindo video mostrando las prendas de ropa. Me llamaba la atención estar trabajando, por ejemplo, en el BAF Week y que no hubiera un contenido audiovisual sobre lo que pasaba tras bastidores durante esa semana de desfiles; así surgieron videos como los BAFWeekRocks, que terminaron teniendo varias ediciones y la gente esperaba verlos al final de cada edición. Me llevé un aprendizaje enorme del mundo de la moda y creo que moda y música se entrelazan constantemente. Los videoclips se dieron de forma natural: cuando filmo un videoclip intento que la música y las imágenes converjan en una sensación. Me gusta involucrar a los artistas, escucharlos, conocer las historias de las canciones. Creo que la mayor herramienta es potenciar la creatividad, la canción ya nos dice algo, el desafio está en ponerle creatividad, imágenes a esa letra, a esa melodía. Y lo lindo (a mi modo de ver) es cuando el propio artista se sorprende con tu propuesta, quizás el videoclip final no tiene nada que ver con lo que la canción dice, pero la sensación que te provoca va como anillo al dedo. En cuanto al mundo publicitario, siento que tiene un poco de cada ingrediente y que es como una onda expansiva que no tiene techo y eso me encanta. Para mí es clave estar en una productora con buena gente como La Doble, con experiencia y con patas firmes en mercados como México y España.

─¿Cómo se define en calidad de directora?
─Creo que lo primero que diría es que me gusta trabajar en equipo, que mi equipo tenga el mismo compromiso que yo con cada cosa que hago y que estoy abierta a las propuestas en pos de hacer crecer a los proyectos. Para mí es muy importante la comunicación, soy de escuchar para poder proponer y potenciar. Debo decir que también soy bastante obsesiva y metódica: le doy la vuelta a cada imagen hasta que me siento 100% conforme con lo que voy a presentar.

─¿Qué cosas, en el ámbito profesional, aprendió durante la pandemia?
─Durante la pandemia tuve la suerte de tener mucho trabajo. Creo que todo este camino que vine haciendo me llevó a ser una directora no tan convencional. Mi cabeza pensaba en cómo poder filmar desde casa, pero no sólo desde mi casa, sino cómo hacer para que los demás grabarann desde sus casas, para no acotar los contenidos a lo que yo sola tuviera a mano. Fueron tiempos de zooms larguísimos explicando cómo grabar desde casa, mandando objetos en taxis, grabando en varios días lo que podría haber sido un solo día de rodaje, etcétera. Lo que aprendí es que no hay una barrera geográfica real para hacer cosas lindas.

─¿En qué proyectos está trabajando actualmente?
─Vengo bastante a full filmando comerciales en México, que me encanta. Y durante la pandemia arranqué y terminé de escribir una serie que ahora está en proceso de reescritura. Me cuesta quedarme quieta y tengo la filosofía de que el movimiento genera movimiento.