“Hace tres años, cuando Enrique Yuste se retiraba de las agencias, me pedía constantemente que le escribiera una reseña en LinkedIn para despedirse de su gran pasión, la publicidad. Recuerdo que me excusaba para no escribir ese texto, porque siempre mantuve la esperanza de volver a trabajar con él; por eso me era imposible concederle ese favor”.

“Jamás imaginé que en tan poco tiempo tendría que escribir una reseña, pero ahora para despedirme y contarles a todos lo importante que fue Enrique para una generación de creativos que jamás lo olvidará”.

“Corría el año 2011 cuando lo conocí, en un contexto difícil: sacar adelante Prolam. Era un caos insostenible, todos nuestros clientes se querían ir, pero justo en ese momento Young & Rubicam llamó a Enrique para revertir la situación de la agencia, algo que ya había hecho en otros mercados”.

“Enrique se reunió en ese momento con muchos creativos, hasta que decidió trabajar con nosotros. Me acuerdo como si fuese ayer: era domingo cuando nos invitó a comer y nos dijo que quería armar la mejor agencia de Chile. Nosotros no podíamos creerlo, que alguien como Enrique confiara en nosotros, que éramos tan jóvenes y con la fama de siempre estar peleando con todos”.

“Con el paso del tiempo siempre decíamos que tuvo que ser un argentino el que cambiara la realidad de esa agencia, porque probablemente otro gerente jamás hubiese confiado en nosotros”.

“A la mañana siguiente nos llamó a su oficina y nos dijo —en su tono argentino que se fue chilenizando con el tiempo— una frase que nunca olvidaremos: ‘Chicos, para que seamos la mejor agencia de Chile, hay que hacer algo muy simple: armar un dream team. Tienen todo mi apoyo, quiero que los mejores creativos de Chile trabajen aquí’”.

“Porque así era Enrique Yuste: para él, lo más importante dentro de una agencia era el equipo, creía firmemente en la mística y eso no se aprende en un posgrado. Esos eran los años de agencia que había heredado de su familia y que había ejercido en distintas partes del mundo”.

“Pero no sólo eso; además, una de las grandes virtudes que tenía Yuste es que siempre dejaba brillar a las personas. En una carrera de tantos egos, Enrique siempre estaba dispuesto a que su equipo tuviera protagonismo, algo muy particular en una industria como esta”.

“Por eso en estas horas he recibido mensajes de todas partes diciendo que Enrique les cambió la vida a muchos de los que trabajaron con él”.

“Algo muy simple, pero que a veces olvidamos los que tenemos el privilegio de liderar, es cuán importantes podemos ser para nuestros equipos y cómo pequeñas decisiones que tomamos pueden afectar la carrera y la vida de las personas. Eso, Enrique Yuste lo tenía muy claro”.

“Querido amigo Enrique, cambiaste la vida de muchos creativos que tuvimos el honor de compartir contigo y que ahora no sólo están liderando agencias en Chile, sino que están desplegados por el mundo”.

“Porque esa generación de Prolam, La Grasa como le llamamos, fue la época más fecunda de creatividad en Chile. Llegó a ser la sexta agencia latina de la década en Cannes. Algo que tú fundaste e inspiraste”.

“Enrique, siempre cuesta decirle adiós a un amigo, pero más difícil es decirle adiós a alguien como tú. En lo personal voy a extrañar los fernet, las anécdotas y todos esos consejos que me diste”.

“Pero te recordaremos siempre como esa persona optimista y alegre que vino a Chile a cambiar nuestras vidas para siempre”.

“Hasta siempre, amigo”.

Álvaro Becker
Director general creativo y socio en Grupo BBDO & Proximity Chile