Sony
Fue fundada en Tokio el 7 de mayo de 1946, a sólo un año de Hiroshima. Ese día, en el tercer piso de un edificio calcinado por la guerra, se reunió un pequeño grupo de jóvenes optimistas para fundar una empresa de alta tecnología. Uno de ellos se llamaba Akio Morita, un prometedor ingeniero de apenas veinticinco años. Hoy, 57 años más tarde, la pequeña compañía se ha transformado en una de las corporaciones internacionales más poderosas del mundo.
Pasaron muchas cosas en el medio. Comenzando por aquella brillante idea de Morita, cuando en 1950 él y su equipo crearon el primer grabador de cinta magnética. Algo realmente grande: treinta y cinco kilos y forma de cajón.
Obviamente, Morita y su equipo también crearon la primera cinta magnetofónica, para lo cual se valieron de largas tiras de celofán de un cuarto de pulgada cortadas a mano con hojas de afeitar y recubiertas con diferentes materiales.
En la década siguiente, entre otras pequeñas ideas por el estilo, aquellos inquietos chicos de Sony crearon el primer televisor a transistores. Y apenas unos años más tarde desarrollaron la primera videograbadora compacta del mundo.
En 1968, los terribles muchachos revolucionaron la televisión color creando el espectacular tubo Trinitron, que se basa en un sólo cañón lumínico que dispara los tres colores que forman las imágenes.
Pasaron unos años. Una calurosa mañana de 1979, Morita salió a correr y tuvo ganas de escuchar música mientras transpiraba. Eureka: había inventado el walkman.
Unos meses después, él y su gente crearon el nuevo formato en video, revolucionando el mercado con su cinta de 8 mm y alta resolución de imagen. Y siguieron adelante. Porque en 1980 Sony fue una de las dos marcas que desarrolló el prototipo del compact disc con su correspondiente reproductor. Estaban frente al comienzo de la era de la digitalización en imagen y sonido. Y no tardó en llegar la gran idea que, en poco tiempo, cambiaría la forma de trabajar de millones de operadores de computadoras: el CD-ROM (Read Only Memory). El gran aporte de Sony al mundo de la informática.
Entonces, como era de esperar, le llegó la hora al maravilloso MiniDisc: el disco óptico compacto que puede ser regrabado más de un millón de veces sin alterar su calidad de reproducción.
Fuente: Sony Corporation.
Fue fundada en Tokio el 7 de mayo de 1946, a sólo un año de Hiroshima. Ese día, en el tercer piso de un edificio calcinado por la guerra, se reunió un pequeño grupo de jóvenes optimistas para fundar una empresa de alta tecnología. Uno de ellos se llamaba Akio Morita, un prometedor ingeniero de apenas veinticinco años. Hoy, 57 años más tarde, la pequeña compañía se ha transformado en una de las corporaciones internacionales más poderosas del mundo.
Pasaron muchas cosas en el medio. Comenzando por aquella brillante idea de Morita, cuando en 1950 él y su equipo crearon el primer grabador de cinta magnética. Algo realmente grande: treinta y cinco kilos y forma de cajón.
Obviamente, Morita y su equipo también crearon la primera cinta magnetofónica, para lo cual se valieron de largas tiras de celofán de un cuarto de pulgada cortadas a mano con hojas de afeitar y recubiertas con diferentes materiales.
En la década siguiente, entre otras pequeñas ideas por el estilo, aquellos inquietos chicos de Sony crearon el primer televisor a transistores. Y apenas unos años más tarde desarrollaron la primera videograbadora compacta del mundo.
En 1968, los terribles muchachos revolucionaron la televisión color creando el espectacular tubo Trinitron, que se basa en un sólo cañón lumínico que dispara los tres colores que forman las imágenes.
Pasaron unos años. Una calurosa mañana de 1979, Morita salió a correr y tuvo ganas de escuchar música mientras transpiraba. Eureka: había inventado el walkman.
Unos meses después, él y su gente crearon el nuevo formato en video, revolucionando el mercado con su cinta de 8 mm y alta resolución de imagen. Y siguieron adelante. Porque en 1980 Sony fue una de las dos marcas que desarrolló el prototipo del compact disc con su correspondiente reproductor. Estaban frente al comienzo de la era de la digitalización en imagen y sonido. Y no tardó en llegar la gran idea que, en poco tiempo, cambiaría la forma de trabajar de millones de operadores de computadoras: el CD-ROM (Read Only Memory). El gran aporte de Sony al mundo de la informática.
Entonces, como era de esperar, le llegó la hora al maravilloso MiniDisc: el disco óptico compacto que puede ser regrabado más de un millón de veces sin alterar su calidad de reproducción.
Fuente: Sony Corporation.