Este singular texto, colmado de imágenes, se estructura en dos partes muy bien diferenciadas. La primera es un fiel reflejo de las imágenes callejeras de la ciudad de Buenos Aires. La segunda es un generoso e ilustrativo racconto de la creatividad tal cual como la concibe y practica Ernesto Savaglio.
Cada uno de los muchos casos elegidos está abundantemente fundamentado e ilustrado. Y en buena parte de ellos con notas y comentarios periodísticos de Alberto Borrini y otros colegas.
Savaglio comenzó su actividad publicitaria en 1989, un año muy complicado en
A todo lo cual hay que sumarle las campañas para Carrefour, Suzuki, Adidas, Brahma, Sail y otras marcas. Una de las mas notables es la que instrumentó para Absolut Vodka que en el texto está ricamente ilustrada con casi todas sus piezas gráficas.
También en el texto se detalla todo el proceso creativo de Boliviana, un comercial de Snapple que mereció un grand prix de radio como también otros para la revista Viva de Clarín. Savaglio, además, incursionó en las campañas política y muy particularmente para el candidato López Murphy.
Entre otros aportes de este texto vale destacar la concepción que tiene el autor de las marcas. “Defenderlas como un abogado, construirlas como un arquitecto, tratarlas como un médico, investigarlas como un arqueólogo y venderlas casi sin querer venderlas”.
El libro concluye con una detallada cronología que va desde 1958, año en que nació el autor, hasta 2009 cuando recibe un effie de oro por Pedrigee. También año en que Savaglio y TBWA deciden desvincularse.
En cada capítulo, las palabras impresas no solo cuentan vida, obra y milagros de la creatividad que se ve. También hurgan, con el beneplácito de sus protagonistas, pero sin transigencia alguna en lo que no se ve. O, mejor dicho, en lo que no se vio.
Campañas, estadísticas, anécdotas, mediciones, viajes, conversaciones, repercusiones, estrategias, premios, sentimientos, miradas, comidas, cafés, avances, retrocesos, felicitaciones...
