Anteayer, martes 2 de julio, casi todos los diarios argentinos registraron la presentación de la nueva muestra del artista performático Leandro Erlich, al que muchos llaman “el Banksy argentino”. La nota presentaba una foto en que se veía un cartel de “Se vende" colgado sobre la fachada del Malba, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, fundado por Eduardo Costantini en plena crisis de 2001.
Tras la confusión y el estupor iniciales, y superado el temor de que los días del museo estuvieran contados ―aparentemente su fundador llevaba un tiempo hablando de lo difícil que es mantenerlo―, la respuesta terminó siendo que se trataba de la inauguración de una nueva muestra de Leandro Erlich, el mismo artista performático que hace cuatro años “robó” la punta del Obelisco porteño para instalarla en la entrada del Malba en su muestra anterior.
Ya en aquella nota del martes la redactora de la nota, Celina Chatruc, señalaba la similitud de la acción con la que el año pasado había realizado el Museo de Arte Moderno de Bogotá, cuando colgó de su fachada un cartel que anunciaba “Se arrienda. “La diferencia fue que entonces no se trató de una intervención artística, sino de una acción impulsada por la dirección del museo para generar conciencia sobre una crisis real”, concluía Chatruc.
Aquella había sido la campaña de DDB Bogotá para dar una mano al Mambo y que viene de ser, el mes pasado, premiada con cuatro Effies de oro en Colombia. Y eso también lo contó Chatruc en otra nota publicada ayer, esta vez junto a la firma de Constanza Bertolini. “El Grupo DDB, de Colombia, reclama al Malba la ‘originalidad’ de la acción realizada, con referencia a una campaña publicitaria similar que realizó el año pasado para el Museo de Arte Moderno de Bogotá (Mambo) ―señala la nota de La Nación de ayer, para luego aclarar―: En una comunicación al Malba, el presidente de esa agencia, Borja de la Plaza, se refirió al trabajo de Erlich para reclamar que no es una idea original del artista argentino. ‘Nuestra campaña se llama Se arrienda y logró ganar cuatro Effies de oro el mes pasado’, explica el CEO, preocupado por el impacto que pueda causarle el caso argentino con miras a futuros premios en los que se postulan este año con la misma pieza. En diálogo con La Nación, el español, que reside en la capital colombiana, consideró además que “por tratarse de museos, que deben ayudarse entre sí”, le hubiera gustado que se comunicaran para decir que harían lo mismo, y que les dieran el crédito”.
Las autoras del artículo ya habían recordado en su nota anterior que en el catálogo de la intervención de Erlich en el Obelisco en 2015 aparecía una foto de Leandro Katz frente al monumento, tomada en 1972, sosteniendo un cartel de “Se vende”, y en la nota de ayer también recordaron que en la Bienal de Venecia de 2009 los artistas Michael Elmgreen & Ingar Dragset habían “puesto en venta” el pabellón danés y nórdico de la muestra.
¿Es entonces que el arte se repite y se copia a sí mismo y coincide en sus búsquedas tanto como parece hacerlo la publicidad? Todo parecería indicar que así es, para tranquilidad de DDB Colombia.