Una nueva campaña publicitaria que muestra a gente común –no actores- discutiendo a favor y en contra de su derecho a fumar en espacios públicos acaba de aparecer como parte del intento del gobierno británico de ganar las mentes y corazones en el tema de las prohibiciones de fumar que se van a implementar este año en Inglaterra y Gales.
Los avisos, filmados por un cineasta de Hollywood, muestra a fumadores y no fumadores en un salón de peluquería, un café y un bar. Los personajes hacen las mismas declaraciones, tales como Yo pagaré los impuestos, yo tengo derechos, pero mirando al tema desde puntos de vista opuestos. Los comerciales cierran con la misma frase: “El acto de fumar pasivamente mata. La nueva prohibición no matará a nadie”.
Los mensajes reconocen que hay todavía una gran controversia en torno de la prohibición, que arrancará en Gales el 1º de abril y en Inglaterra el 1º de julio.
El director Barry Ackroyd utilizó miembros del público en lugar de actores para los avisos. “La investigación ha arrojado que usar gente del público le da más poder a los spots de tv para llegar a los hogares”, dijo un vocero de Golley Slater, la agencia que realizó el trabajo. “Ya estamos en plena recta final antes de la prohibición, y la publicidad va a obtener el máximo impacto”, vaticinó.
En un casamiento
El primer corto de la campaña muestra un casamiento y el efecto indeseado de un único cigarrillo en los integrantes de las familias, incluyendo a los niños.
La ministra de Salud Publica, Caroline Flint, dijo: “Lo que esta campaña transmite muy claramente a los hogares es el fuerte impacto de humo entre quienes no fuman. Alrededor de 85 por ciento del humo puede ser invisible e inodoro, pero igualmente daña la salud de la gente. Expulsar al humo del lugar puede parecer el mejor camino de evitar el riesgo, pero en los hechos hay muy poca diferencia con el humo que inhalan quienes están al lado del fumador”.
La investigación oficial, realizada entre 1.600 adultos en Inglaterra el mes pasado, mostró que 90 por ciento de la gente cree que el humo “de segunda mano” puede dañar al organismo. No obstante, 56 por ciento de los fumadores dijo que lo harían en un ambiente de no fumadores, y 24 por ciento de ellos afirmaron que fumarían en una habitación en la que hay niños.
El profesor Martin Jarvis, experto en respiración de la University College London, sostuvo que “los chicos son particularmente afectados por respirar los venenos del humo que hay en el ambiente, porque sus cuerpos están todavía en la faz de desarrollo. Sus tubos bronquiales y sus pulmones son más pequeños, y los sistemas inmunitarios menos desarrollados, lo que los hace más vulnerables a las toxinas del humo del tabaco”.
El lobbying del tabaco
El consumo pasivo de cigarrillos está vinculado a más de doce mil muertes por año, e incrementa el riesgo de enfermedades coronarias en un cuarto de casos. Pero el grupo de presión Forest replicó que los avisos están “exagerando los riesgos”.
“Hay una línea fina entre la educación y la propaganda, y una vez más el gobierno ha cruzado esa línea –dice ese grupo de lobbying–. La implicancia de que los no fumadores están en serios riesgos por la existencia del humo de segunda mano no ha nacido de la evidencia. La prohibición de fumar, junto a este tipo de campañas, están fuera de proporción con lo que sólo es un riesgo menor para la salud”.
Los miembros de Forest argumentaron además que la nueva campaña “es otro intento de estigmatizar a los fumadores y volcar a los no fumadores en su contra”.
Fuentes cercanas al ministerio de Salud les salieron rápidamente al cruce: “Ante este tipo de declaraciones se hace más obvia la necesidad de seguir insistiendo con campañas como la que acaba de lanzarse en el país, para compensar el producto del lobby surgido de las empresas tabacaleras”.