En una columna publicada en AdAge el pasado 8 de octubre, el crítico Bob Garfield se despacha con la habitual idoneidad de su pluma, mojada –como siempre- en su particular humor entre irónico y vitriólico.
Es una pena que esta vez blanda la espada de su santa indignación, en nombre de la ética, contra un comercial de Santo Buenos Aires para Arnet, la banda ancha de Telecom. Y digo que es una lástima porque, a lo largo de su amena escritura, no logra explicar qué clase de violación a las normas éticas comete el vilipendiado spot.
Dice Garfield que el aviso es acerca de Gary Brolsma, el joven de New Jersey que se transformó en una sensación de internet al subir a YouTube un video de sí mismo haciendo play-back de una pegadiza canción pop rumana, Numa-Numa. Fue tan irresistible, que pronto otros miles subieron imitaciones que incluso usaban parte del video original.
Y acá está el primer error: el aviso no es sobre Gary, sino sobre la banda ancha. Y utiliza al Numa-Numa porque “vino a representar la esencia de la atracción de YouTube y de la convergencia cultural misma”. El entrecomillado es de la propia columna de AdAge.
Luego, cuenta el aviso. (Aunque hay un link para verlo). Nosotros vamos a obviar la narración, ya que nuestros lectores también tienen un link con la pieza en cuestión.
¿Por qué tanta ira?
Dice el columnista que hay algo muy extraño en el aviso: “La estrella no es Gary Brolsma. Es un fulano local, gordito y vagamente parecido. Entonces, ¿de qué se trata todo esto?”, se pregunta. Nosotros también. Porque a continuación cuenta que el verdadero Gary no disfrutó de las consecuencias de su video original, rehuyó la publicidad y se refugió en la casa de sus padres. Aunque –nos sigue ilustrando- tres años más tarde decidió hacer dinero con una nueva canción y su propio site NewNuma.com, del que se puede bajar el ringtone por 2,50 dólares. Pero, aclara, no ha hecho avisos para terceros.
Tampoco ha sido “obligado a participar en este sin su consentimiento”, como plantea. Eso que antes señaló como “algo raro”, que no fuera Gary quien lo protagonizaba sino alguien “con un vago parecido”, seguramente se debió a la voluntad, el cuidado, de no utilizar su verdadera imagen con fines comerciales. ¿Que todos se van a acordar de Gary al ver el aviso con el Numa-Numa? Sin la mínima intención de herir la autoestima de Gary (que a partir de su nuevo emprendimiento económico parece felizmente haber recuperado), se van a acordar de Numa-Numa, que, como se plantea en la columna, se transformó en un ícono de YouTube.
“Las reglas del universo online son una cosa (dice Garfield), -cuando subes algo a YouTube sabes que tu trabajo puede ser parodiado, machacado o lo que sea, y está bien-, pero esas reglas no se transfieren al Viejo Modelo. Los espejos opuestos reflejan éticas opuestas”. (¿..?)
Pero acá lo único machacado es un aviso que puede gustar o no, pero sin duda no transgrede ningún principio ético.
Ni mucho menos lo que dice el título, que utiliza los verbos “aprovechar” y “atracar”, y en la bajada ironiza: “Bienvenidos a la convergencia cultural, al estilo argentino”.
¿Por qué tanto enojo? La globalización –fuertemente impulsada por el norte anglosajón- tiene estos efectos. De ida y vuelta. Del centro a la periferia. Y viceversa. Such is life. Los latinos -Argentina queda al sur del río Grande- tenemos un estilo, sí. El de una creatividad fresca, inteligente, llena de humor y emoción.
Y, por cierto, los muros no detienen el ingreso de las ideas.