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LUEGO DE SUMARSE AL ROSTER DE DIRECTORES DE LA PRODUCTORA

Clan: “Queremos potenciar nuestro aspecto cinematográfico y narrativo con lo disruptivo y vanguardista que vemos en Landia”

Nicolás Uboldi y Federico Telerman conversaron con Adlatina sobre su carrera, las historias que les interesan contar y cuál es el diferencial que proponen. Además, destacaron cuál es el trabajo que más los motivo este último año.

Clan: “Queremos potenciar nuestro aspecto cinematográfico y narrativo con lo disruptivo y vanguardista que vemos en Landia”
Clan: “Siempre admiramos de Landia que es una productora que se caracteriza por buscar lo disruptivo, los nuevos lenguajes, las nuevas maneras de decir las cosas”.

Adlatina conversó con la dupla que conforma Clan, Nicolás Uboldi y Federico Telerman, directores que se sumaron recientemente al roster de Landia. Ambos venían de trabajar en Primo.

¿Cómo comenzaron a dirigir?
La realidad es que dirigir fue la consecuencia natural de una fascinación que compartimos ambos por el cine, por construir mundos y contar historias, como también lo es pintar o hacer música, disciplinas a las que de hecho nos dedicamos además del trabajo en dupla. Empezamos agarrando cámaras hogareñas que encontrábamos por ahí o que le mangueábamos algún familiar, y simplemente registrábamos la vida. El cine en particular además tiene un carácter interdisciplinario que nos sienta muy bien, como si fuese un gran lienzo en blanco para explorar todos estos lenguajes que nos gustan. Y a partir de ahí fuimos llegando, entre mucho trabajo, estudio y un poco de suerte, a dirigir.

¿Qué cosas les atraen para convertirlas en historias dignas de ser contadas?

Solemos pensar que las ideas tienen un “alma”, una especie de núcleo, como si fuese un ADN. Y nos suele pasar que cuanto más simple es ese núcleo, más potencial tiene y más espacio hay para que crezca. Hay algo de las buenas historias o ideas que nos dan una sensación como si siempre hubiesen estado ahí, pero ahora las ponemos en palabras (o imágenes). Esto nos inspira, es como cuando escuchás un chiste y te reís: en el fondo no se dijo nada nuevo, pero nadie nunca lo dijo de esa manera. Suelen ser cosas bastante concretas: un personaje, un clima, un concepto, un mundo e incluso un simple estado de ánimo. En este sentido, lo que más nos gusta de la publicidad es el desafío de retratar un concepto concreto y que, por algunos minutos o segundos, nos movilice. Creemos que en eso se basan las buenas campañas, pero también las buenas obras de arte. En que nos permitan viajar por un rato mientras las vemos, y en el mejor de los casos, dejarnos algo cuando terminan.

¿Qué diferencial buscan a la hora de dirigir una historia?
Muchas veces se dice que está todo hecho o que la comunicación se volvió tan visual que ya no quedan imágenes nuevas por hacer. No podemos estar más en desacuerdo. Creemos que justamente ahora que vivimos en esta era nos toca explorar más a fondo las imágenes. Lo que más nos entusiasma es transmitir la sensación (o ilusión) de veracidad. De que eso que estás viendo es de verdad, que tiene vida propia, porque solo así podemos alcanzar eso que anhelamos cuando vemos o filmamos lo que nos gusta: que las imágenes te lleven de viaje, que te hagan vivir una fantasía. Sea donde sea que la estés viendo, que mientras la veas te olvides un rato de donde estás o de quién sos. Ese es el poder de una buena historia, movilizarte. Es algo atemporal y no tiene que ver con las modas ni las capacidades tecnológicas de la época.

¿Cómo nació Clan? ¿De qué manera se complementan?
Nació de manera gradual y orgánica. Empezamos haciendo trabajos juntos de todo tipo, de distintas disciplinas artísticas. Nico viene de la música, Fede de la pintura. Eso nos hizo darnos cuenta de que nos encanta trabajar con el otro, porque hay un complemento muy fuerte que había que llevar al siguiente estadío. Obvio que está el factor humano, si no nos admiráramos ni nos llevásemos bien sería imposible. Pero creemos también que hay algo que excede a las decisiones y la empatía, y es que realmente pensamos mejor siendo dos. Cada uno aporta su grano de arena y en general son “arenas” que vienen de mundos diferentes, lo que hace que todo crezca. Es una fórmula dinámica porque los roles se van adaptando según quien se siente más identificado con el proyecto o quién logra verle el mayor potencial.

¿Qué expectativas tienen tras su incorporación al roster de Landia?
Siempre admiramos de Landia que es una productora que se caracteriza por buscar lo disruptivo, los nuevos lenguajes, las nuevas maneras de decir las cosas. Esa libertad y apertura creativa nos interpela porque es la vanguardia y el riesgo que buscamos. Creemos que lo mejor que podría pasar en esta nueva etapa es que se de una sinergia entre lo que nosotros somos y lo que vemos de Landia. Nuestro objetivo es potenciar el aspecto cinematográfico y narrativo que nos es propio, con lo disruptivo y vanguardista que vemos en Landia.

¿Tienen predilección por alguna/s categoría/s en particular a la hora de dirigir? ¿Por qué?

Nos cuestan las categorías, al igual que los géneros. Sentimos que las mejores cosas se logran mezclando lenguajes, géneros y disciplinas. Sin embargo, donde más cómodos nos sentimos es contando historias. Historias de muchas personas, de uno solo o de ninguno, como podría ser la historia de un maletín, de un robot o de una ventana. Es difícil decir que la categoría de bebidas es mejor que la de autos, o las de deportes más visuales que las de electrodomésticos. Lo que sí tenemos claro es que si del otro lado la campaña logra “llevarnos de viaje” por un rato, es decir contarnos una historia, entonces estamos hablando de la misma categoría: buenas campañas.

¿Qué trabajos de los realizados durante el último año destacarían y por qué?
Una de nuestras últimas experiencias fue filmar la campaña de Facebook “Good Ideas”. De base estaba buena la idea: dar a conocer la increíble herramienta que puede ser Facebook Groups para dar a conocer al mundo tu negocio o servicio. Otra cosa buena es que decidimos usar emprendimientos, artistas o productos reales. Siempre nos gusta meternos en proyectos cuya causa nos parece noble. Además, fue realmente un desafío por lo nuevo que implicó para nosotros un proyecto con tantos equipos de marketing de distintos países, cada uno con sus intereses, pero al fin y al cabo, todas apuntaban a lo mismo: crear mundos que deslumbren por su impacto visual. Este proceso nos hizo entender algo clave: si bien había cientos de personas opinando en distintos idiomas del otro lado, todos inconscientemente querían lo mismo: encontrar su distintivo personal que los lleve a comunicar de la manera más bella posible y enaltecer su mensaje con lo que Facebook tiene para ofrecerles a sus comunidades. Un tiempo después nos dimos cuenta que, en el mejor de los casos, la publicidad te permite eso: dialogar con un montón de gente hasta entender cuál es tu objetivo, y una vez que lo encuentres que eso sea lo que va guiando tu proceso creativo. Es algo que (cuando sucede) es muy disfrutable.

Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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