Juan Lavista: Hicimos un campañón juntos.
Franco Colapinto: ¡Unos cuantos!

JL: Te paso data concreta: el comercial de tu llegada a Alpine tuvo 12 millones de reproducciones en las primeras 24 horas.
FC: ¡Uau!

JL: ¿Cómo te preparás para eso?
FC: ¡No me preparo! Yo sólo me preparo para las carreras, eso sí. Pero todo este Hollywood que me rodea no deja nunca de sorprenderme. Yo en el colegio, en los actos, quería actuar de árbol.

JL: Pero ahora te acostumbraste a actuar, ¡te obligamos!
FC: ¡Un montón, y veo que me gusta! Es más: creo que sirve. Para los fanáticos, para que se enganchen. Y le estoy descubriendo el gusto. Mirá que hicimos con ustedes aquel comercial en Arizona, con un calor infernal, y a pesar de ese recuerdo hoy me levanté, recordé que tenía este compromiso y me dije “¡qué ganas de filmar!”.

JL: Acaba de estrenarse la película de la Fórmula 1 y venís de estar en Nueva York con Brad Pitt por ese estreno. ¿Cómo fue?
FC: Un sueño. Eso sí, ¡estaba afeitado, casi no lo reconocí! Pero fue muy lindo. Por supuesto, soy consciente de que todo eso es Hollywood. Es mucho más ciencia ficción que vida real. Pero también es cierto que la filmación de los pilotos en los autos sí transmite lo que uno siente corriendo. Los tipos saben muy bien cómo poner las cámaras, cómo usar los sonidos, es increíble.

JL: Volviendo a la publicidad y a las marcas, y más que nada sabiendo que hoy todas te buscan, ¿qué buscás vos?
FC: Marcas que estén cerca de la gente, que sean cotidianas. Renault, por ejemplo: mucha gente tiene un Renault en la Argentina. ¿Pero quién va a tener un Ferrari? Pero los pilotos de Fórmula 1 y muchos deportistas se van más para ese mundo. Leclerc, por ejemplo, tiene todas cosas con glamour, que no son las que yo tendría. Quizás tiene que ver con su origen.

JL: ¿Y en lo creativo?
FC: A mí me gustan las marcas que arrancan de abajo y que hacen una diferencia desde ahí. Eso me une a Mercado Libre: los dos nos hicimos de abajo. Por eso me siento cómodo trabajando con ustedes. El esfuerzo estuvo siempre en mí: cuando corrí en Fórmula 4 mi viejo vendió su casa para que yo corriera y no teníamos guita que nos alcanzara ni para que corriera al año siguiente.

JL: Pero llegaste.
FC: Es que además pasaron cosas que me ayudaron y que ni siquiera dependieron de mí, soy consciente de eso. Y me encanta haber ayudado a que en la Argentina haya vuelto a ponerse de moda un deporte que estaba un poquito olvidado.

JL: Siempre lo soñaste.
FC: ¡Siempre, desde que era chiquito! Yo quería correr en Fórmula 1, pero no tenía ni idea de cuánto costaba ni de cuánto era el esfuerzo que había que hacer. Hoy entiendo mucho más, y hasta pesco muy bien el costado político, fuertísimo, que tiene la Fórmula 1.

JL: Gracias enormes por este rato, Franco.
FC: ¡A ustedes!