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HABLA EL COFUNDADOR Y EXECUTIVE CREATIVE DIRECTOR DE NIÑA

Gonzalo Vecino: “Uno puede tener una filosofía de agencia, pero la agencia termina siendo lo que pasa con cada cliente”

Entrevistado por Zoom, el publicitario argentino habla de su agencia, las marcas y los clientes, y puntualiza que es un momento para ir a lo particular y no caer en generalizaciones.

Gonzalo Vecino: “Uno puede tener una filosofía de agencia, pero la agencia termina siendo lo que pasa con cada cliente”
“Pienso cómo haces para laburar en dupla hoy, cómo hacés para pensar”, reflexiona Vecino.
—Hace unos años en Adlatina habló de las agencias como socio estratégico del cliente. ¿Esta relación se puso en evidencia hoy a raíz del contexto?
—Hay que tener en cuenta que todas las categorías son diferentes. Generalizar es un grave error, porque no todas las marcas están en el mismo estadio, no todas tienen la planta parada, no todas tienen el ecommerce listo para implementar la comercialización online. Después, hay muchos estudios de las marcas que toman un rol más protagónico en una crisis como esta y se ponen al servicio de la comunidad: ese termina siendo un punto a favor, la gente lo reconoce, le da valor y agradece que haya estado y colaborado en ese momento. Y eso aplica también para los países: no hay una metodología para aplicar en una pandemia, porque son todos distintos o con problemas distintos. Creo que es un momento para ir a lo particular.
 
—¿Mantuvieron los mismos clientes?
—Por suerte los clientes que tenemos siguen en su mayoría muy activos y comunicados y, de alguna manera, están llevando adelante la situación. Hay algunos, como dije, que tienen la planta parada; otros esperan para ver cómo evoluciona todo y ver qué medidas tomar: hay un espectro de situaciones muy variado. Pero creo que las marcas están con la necesidad de salir a hablar y comunicar. Estamos trabajando con Todo Pago, con Banco Patagonia, con Danone, y todos están por sacar sus campañas.
 
—¿Qué pasa internamente en la agencia, con el equipo, con la forma de trabajar?
—La parte humana es muy importante y cómo queda el equipo, porque hay situaciones muy diversas que empiezan a impactar en lo laboral y en lo anímico —sabemos que hay varios casos de depresión—. Hay que estar encima, entender, escuchar, ser empático. No es acostumbrarse a trabajar en casa, sino acostumbrarse a trabajar en el medio de la pandemia. Incorporamos herramientas para poder hacer conexión remota, sin desconocer que esto es particular y que te pone a prueba. Pienso cómo haces para laburar en dupla hoy, cómo haces para pensar. Por ejemplo, el silencio del otro está generando algo, ves qué está pensando y te cuenta y te dispara algo. Toda esa dinámica no se da: cada uno piensa por su cuenta, después hacen un Zoom y se cuentan. Ahora pasamos de Zoom a Zoom, se perdió el espacio en que la cabeza para.
 
—Referentes de diversas agencias, en notas que salieron en Adlatina, aseguraron que muchos procesos se aceleraron, en algunos casos porque los clientes empezaron a compartir más información y eso colaboró con este proceso. ¿Qué opina?
—Sí, con algunos se hizo más pragmático y concreto, pero la carga laboral subió un montón. Por eso, a la gente le pedimos que respete el horario de trabajo, que no coman al lado de la computadora, que se toman una hora u hora y media para almorzar y distraerse. Porque si no, se hace como un continuo que no sabés qué día es, si es sábado o domingo. Ser rigurosos con los tiempos hace que te ordenes. Estamos contentos porque el equipo funciona bien y estamos contentos porque en octubre cumpliremos el octavo año.

—¿Hubo cambio de objetivos? ¿Les terminaron dando prioridad a algunos antes que a otros?
—Tenemos un plan de expansión regional, pero hoy está más supeditado a la apertura de cada país; igual el intercambio está sucediendo. Lo que aprendí de la agencia es que uno puede tener ideología, filosofía, un sueño de cómo quiere que siga siendo la agencia, pero después la agencia termina siendo lo que pasa con el cliente. Muchas veces uno piensa que va a ir para allá, pero viene un cliente con una metodología de laburo y te empieza a entrenar para algo que vos no tenías ni pensado que iba a pasar por lo que va necesitando, más allá de que hay como una visión y un plan, siempre lo charlamos y validamos. También hoy, después de estos casi ocho años de laburo, me relajo cuando hay una desviación de plan porque el cliente te pide otra cosa: dejo que pase, y siempre terminan pasando cosas buenas.

—Al principio de la entrevista hablaba del rol protagónico de la marca. ¿Qué pasó con el propósito de marca?
—Cuando escucho hablar tanto de propósito me parece que es algo que lo vamos construyendo a medida que uno es consecuente con eso que dice. No creo que todas las marcas lo tengan claro, es que lo siento como muy general: algunas pueden tener propósitos más austeros. Son pocas las que llevan a cabo los propósitos grandes: depende de cada categoría, cada categoría tiene su problema, su dinámica.

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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