Grey Global Group, el séptimo grupo publicitario del mundo, estaría en conversaciones con tres de los principales holdings globales del sector. El inglés WPP, el japonés Dentsu y el francés Publicis se encuentran, cada uno por su lado y con diferentes estilos y argumentos, en una etapa de crecimiento y consolidación, y ninguno estaría dispuesto a abandonar la contienda demasiado pronto.
Grey, de capitales estadounidenses, era hasta hoy la única agencia que había logrado mantenerse incólume ante los embates compradores de empresas que poco a poco fueron convirtiéndose en holdings con varias agencias publicitarias bajo su órbita, como Publicis (que hace cuatro años adquirió Saatchi & Saatchi), Interpublic (dueña de McCann-Erickson, Lowe y todo el ex holding BCom3), Omnicom (BBDO, DDB y TBWA) y WPP (J. Walter Thompson, Ogilvy y Young & Rubicam).
La noticia
Pese a que internamente el tema venía conversándose desde hace un par de meses, la agencia había logrado mantenerlo en secreto hasta el momento. Sin embargo, no contaron con el intensísimo nivel de intercambio de información que un festival como el de Cannes supone para un mercado como el publicitario, en el que los medios periodísticos son pocos pero bien informados y en que los constantes enroques de gente entre una agencia y otra –la publicitaria es una de las industrias más especializadas y, a la vez, con menor cantidad y variedad de marcas fuertes– generan una familiaridad ciertamente riesgosa para la conservación de un secreto empresarial y financiero de esta envergadura.
En años anteriores, durante mucho tiempo y sin que jamás se arribara a un acuerdo, Grey mantuvo conversaciones con el grupo también francés Havas (dueño de Euro RSCG y de Arnold Worldwide). Fundada en 1917 por Larry Valenstein bajo el nombre de Grey Studios, rebautizada Grey Advertising en 1925 y con el honor de haber contado entre sus filas a dos leyendas publicitarias como Ned Doyle y Bill Bernbach (dos de los fundadores de Doyle Dane Bernbach, actual DDB), la agencia es hoy la séptima en el mundo por volumen, emplea a 10.500 personas en 88 países y en 2003 tuvo ganancias por 1.300 millones de dólares, 9 por ciento más que el año anterior. Su chairman y ceo global desde 1967, Ed Meyer, de 77 años, posee el 13 por ciento de las acciones de la empresa, ostenta un mandato que por contrato durará hasta el 31 de diciembre de 2005 y es uno de los pocos directivos de la agencia que en estos días no se encuentra en Cannes (estaría en Suiza).
La pista
A principios de esta semana, la prensa estadounidense ya había remarcado algo poco usual para un grupo que, como Grey, no está pasando por su momento más brillante: las acciones de la compañía habían alcanzado su mayor precio histórico, 833 dólares. Además, la actividad bursátil de Grey el pasado lunes 21 había involucrado a 48.282 acciones, la tercera mayor cantidad en toda la historia de la compañía y el récord desde 1995, cuando lo habitual era que las operaciones de compra y venta involucraran diariamente a menos de 3.000 acciones.
Y la carrera no se detuvo: el miércoles, el precio de la acción alcanzó un nuevo récord, 869 dólares, para terminar bajando levemente entre jueves y viernes.
Sin embargo, lo que ahora los medios están tomando como una de las pistas más claras de lo que este fin de semana está anunciándose, no fue tomado como tal en un comienzo: las notas de principios de la semana únicamente hablaban de los records bursátiles, pero no mencionaban la posibilidad de una venta global.
Los candidatos
Según una fuente de primera mano, lo que se comentó anoche en una cena privadísima entre los directivos de Grey y los de su principal cliente, Procter & Gamble (su presidente mundial, A. G. Lafley, y su director de marketing global, Jim Stengel, se encontraban en Cannes como delegados y conferencistas a la vez), fue que cada uno de los compradores tiene puntos a favor y puntos en contra prácticamente por igual.
WPP necesita rápidamente recomponer una situación poco favorable en la evolución de sus negocios y está impelido a concretar una adquisición de peso como podría ser esta, pero tiene en contra que varias de sus agencias manejan cuentas de Unilever, competidoras de P&G, la cuenta número uno de Grey, equivalente –afirman– al 30 por ciento de su facturación global.
Dentsu tiene el dinero y viene manteniendo una estrategia de expansión en los mercados occidentales –posee un porcentaje de Publicis–, pero dentro de Grey no estarían dispuestos a dejar todo el management en manos de ejecutivos llegados de la otra punta del globo y, a la vez, no sería fácil que Dentsu misma consintiera en lo mismo con respecto a sus pares occidentales.
Publicis, finalmente, aparece como un comprador interesante. El problema, en este caso, es que Procter ya tiene varias de sus cuentas adjudicadas a la agencia francesa, y al anunciante número uno del mundo no le agrada concentrar sus adjudicaciones en sólo una o dos agencias: prefiere trabajar con, al menos, tres (la tercera agencia de P&G en el mundo es Leo Burnett).
Grey, de capitales estadounidenses, era hasta hoy la única agencia que había logrado mantenerse incólume ante los embates compradores de empresas que poco a poco fueron convirtiéndose en holdings con varias agencias publicitarias bajo su órbita, como Publicis (que hace cuatro años adquirió Saatchi & Saatchi), Interpublic (dueña de McCann-Erickson, Lowe y todo el ex holding BCom3), Omnicom (BBDO, DDB y TBWA) y WPP (J. Walter Thompson, Ogilvy y Young & Rubicam).
La noticia
Pese a que internamente el tema venía conversándose desde hace un par de meses, la agencia había logrado mantenerlo en secreto hasta el momento. Sin embargo, no contaron con el intensísimo nivel de intercambio de información que un festival como el de Cannes supone para un mercado como el publicitario, en el que los medios periodísticos son pocos pero bien informados y en que los constantes enroques de gente entre una agencia y otra –la publicitaria es una de las industrias más especializadas y, a la vez, con menor cantidad y variedad de marcas fuertes– generan una familiaridad ciertamente riesgosa para la conservación de un secreto empresarial y financiero de esta envergadura.
En años anteriores, durante mucho tiempo y sin que jamás se arribara a un acuerdo, Grey mantuvo conversaciones con el grupo también francés Havas (dueño de Euro RSCG y de Arnold Worldwide). Fundada en 1917 por Larry Valenstein bajo el nombre de Grey Studios, rebautizada Grey Advertising en 1925 y con el honor de haber contado entre sus filas a dos leyendas publicitarias como Ned Doyle y Bill Bernbach (dos de los fundadores de Doyle Dane Bernbach, actual DDB), la agencia es hoy la séptima en el mundo por volumen, emplea a 10.500 personas en 88 países y en 2003 tuvo ganancias por 1.300 millones de dólares, 9 por ciento más que el año anterior. Su chairman y ceo global desde 1967, Ed Meyer, de 77 años, posee el 13 por ciento de las acciones de la empresa, ostenta un mandato que por contrato durará hasta el 31 de diciembre de 2005 y es uno de los pocos directivos de la agencia que en estos días no se encuentra en Cannes (estaría en Suiza).
La pista
A principios de esta semana, la prensa estadounidense ya había remarcado algo poco usual para un grupo que, como Grey, no está pasando por su momento más brillante: las acciones de la compañía habían alcanzado su mayor precio histórico, 833 dólares. Además, la actividad bursátil de Grey el pasado lunes 21 había involucrado a 48.282 acciones, la tercera mayor cantidad en toda la historia de la compañía y el récord desde 1995, cuando lo habitual era que las operaciones de compra y venta involucraran diariamente a menos de 3.000 acciones.
Y la carrera no se detuvo: el miércoles, el precio de la acción alcanzó un nuevo récord, 869 dólares, para terminar bajando levemente entre jueves y viernes.
Sin embargo, lo que ahora los medios están tomando como una de las pistas más claras de lo que este fin de semana está anunciándose, no fue tomado como tal en un comienzo: las notas de principios de la semana únicamente hablaban de los records bursátiles, pero no mencionaban la posibilidad de una venta global.
Los candidatos
Según una fuente de primera mano, lo que se comentó anoche en una cena privadísima entre los directivos de Grey y los de su principal cliente, Procter & Gamble (su presidente mundial, A. G. Lafley, y su director de marketing global, Jim Stengel, se encontraban en Cannes como delegados y conferencistas a la vez), fue que cada uno de los compradores tiene puntos a favor y puntos en contra prácticamente por igual.
WPP necesita rápidamente recomponer una situación poco favorable en la evolución de sus negocios y está impelido a concretar una adquisición de peso como podría ser esta, pero tiene en contra que varias de sus agencias manejan cuentas de Unilever, competidoras de P&G, la cuenta número uno de Grey, equivalente –afirman– al 30 por ciento de su facturación global.
Dentsu tiene el dinero y viene manteniendo una estrategia de expansión en los mercados occidentales –posee un porcentaje de Publicis–, pero dentro de Grey no estarían dispuestos a dejar todo el management en manos de ejecutivos llegados de la otra punta del globo y, a la vez, no sería fácil que Dentsu misma consintiera en lo mismo con respecto a sus pares occidentales.
Publicis, finalmente, aparece como un comprador interesante. El problema, en este caso, es que Procter ya tiene varias de sus cuentas adjudicadas a la agencia francesa, y al anunciante número uno del mundo no le agrada concentrar sus adjudicaciones en sólo una o dos agencias: prefiere trabajar con, al menos, tres (la tercera agencia de P&G en el mundo es Leo Burnett).