Hedi Slimane fue el responsable de la modernización de la línea masculina de la famosa marca Dior, dándole una vuelta de tuerca y una nueva identidad: moderna, andrógina y extremadamente reconocible en la industria y en el mundo. Sin embargo, tras siete años de bonanza, días atrás el diseñador de 38 años anunció que se alejaba de la cabeza de Dior Homme para empezar su propio proyecto.
Y en seguida la casa francesa salió a anunciar el reemplazo: Kris Van Assche, un belga de 30 años, que fue hasta 2004 la mano derecha de Slimane. Él será encargado de la línea de caballeros, pero en principio no gozará de tanta libertad sobre algunos de sus productos como lo hacía su antiguo camarada. “Kris ha trabajado en Dior durante muchos años y, como en el caso de John Galliano, su creatividad encaja perfectamente con las raíces y la historia de la marca. Con él vamos a poder desarrollar muchos y excelentes productos”, dijo en un comunicado. Bernard Arnault, presidente del grupo LVMH. Lo extraño fue que la casa dijo que no dirá ni una palabra del diseñador responsable de la suba de más de 10 por ciento de las ventas de la firma.
El ex director creativo de la casa dijo en su web: “Me siento mucho mejor ahora que todo se ha hecho público. Tengo que dar las gracias a mi equipo por permanecer siempre a mi lado y me gustaría también agradecer el apoyo que Bernard Arnault, presidente del grupo LMVH, me ha brindado durante todos estos años. Me considero muy afortunado por haber tenido la oportunidad de dirigir este proyecto. Espero que Bernard comprenda los motivos que me han llevado a tomar esta decisión”. Y agrega: “En julio del año pasado -fecha en la que finalizaba mi contrato con Christian Dior- ya sentí que era el momento de efectuar cambios sustanciales en mi vida y dejar mi puesto. Se me propuso lanzar mi propia firma con el fin de continuar en Dior Homme y así poder buscar un compromiso creativo entre mi propio sentido de la estética y el proyecto de Dior Homme. Durante un año intenté que ambos proyectos funcionasen pero, cuando se trata de mi nombre, hay ciertos aspectos artísticos que no estoy dispuesto a sacrificar. Siempre tuve en mente todos aquellos diseñadores a los que admiro, que en momentos cruciales como éste eligieron seguir su propio camino. Siento que es más importante mantenerme firme en mi concepto sobre la moda y mis principios. No me queda otra alternativa que rechazar una renovación de mi contrato con Dior Homme. Así lo transmití a mediados de febrero tras el desfile de Dior Homme en París.”
Ésta es la despedida del que ha sido responsable de llevar el underground a la pasarela, así como de reconvertir la imagen decadente del rock star de los ’90 en sinónimo de lujo y exclusivismo.
Un nuevo rumbo
¿Qué ha pasado para que el hombre que convirtió en la cara visible del símbolo de la elegancia francesa al rockero Pete Doherty -más famoso por ser el novio de Kate Moss y por su desmedida afición a las drogas- haya acabado así con sus jefes, antes encantados con su rebeldía? Desde luego, nada que no se viera venir.
Hace un año, Women's Wear Daily publicó que existían serios problemas para la renovación del contrato. Ya entonces se había hablado de Van Assche, que había dejado Dior dos años antes para montar su propia empresa, como del hombre ideal para un eventual relevo. Finalmente, se alcanzó un acuerdo y Slimane continuó. Eso sí, diseñando desde su casa y pisando lo justo las oficinas. En enero, tras su último desfile, Slimane rompió su silencio para declarar que no estaba “dispuesto a vender su nombre”.
En la prensa internacional hay varias versiones sobre las posibles razones de la brusca interrupción del contrato y el silencio de Dior. Lo seguro es que Slimane aterrizó en Dior en 2001, tras haber sido expulsado de la división masculina de Yves Saint Laurent por la llegada de un ego poco dispuesto a compartir gloria: Tom Ford. Desde el principio, el francés expresó su deseo de diseñar para la mujer. Una pretensión lógica si se tiene en cuenta que sus escuálidos trajes se convirtieron pronto en objetos de deseo para el público femenino, pero que lo llevaba al enfrentamiento frontal con otro ego duro de pelar: John Galliano, director creativo de las líneas de mujer de Dior.
“Asumir que nunca podría diseñar para mujer y que siempre estaría a la sombra de Galliano fue muy frustrante para él”, dijo Michel Chevalier, profesor del Instituto Superior de Empresa y Moda en Madrid (ISEM) y de Sup Deluxe en París. “Para superarlo, puso dos condiciones: un enorme aumento de sueldo y la creación de su propia marca, ésta sí, para hombre y mujer”.
Según el Herald Tribune, Slimane no estaba dispuesto a ceder la totalidad del control de esa línea a LVMH, como han hecho los diseñadores que compaginan su puesto en una de las grandes marcas del grupo con su propia enseña, como Marc Jacobs o el propio Galliano. Aunque, controlada totalmente o no, la marca Slimane no era algo fácil de fabricar para LVMH.
De hecho, de las catorce etiquetas de moda y marroquinería que engloba el principal grupo mundial de lujo, ninguna ha sido creada desde cero. La especialidad de Arnault es comprar nombres existentes y de ser posible, con una dilatada historia. La única marca que creó, Christian Lacroix, en 1984, fue vendida hace dos años por su escasa rentabilidad.
En todo caso, la reivindicación de un nombre propio no ha sido lo único que ha distanciado al amo del lujo del hombre por cuyos trajes adelgazó Karl Lagerfeld. Un experto, que prefiere no ser citado, calcula el sueldo anual de Slimane entre 800.000 euros y un millón. Arnault, se dice, estaba dispuesto a negociar una suba de hasta 50 por ciento. El diseñador aspiraba a una cantidad de entre dos y tres millones de euros. “Es un gran talento, pero era imposible acceder a sus demandas; cada vez eran menos razonables”, declaró una fuente anónima a Le Figaro. Y un portavoz del diseñador dijo: “Hedi cree que todo es imagen. Ésta es su definición de la moda hoy: creación y negocio no son entidades separadas. El público de la moda sabe cuándo las cosas tienen alma y cuándo son puro producto.” Slimane está ahora volcado a su trabajo como fotógrafo y artista. En su comunicado, termina citando a los músicos, cineastas y artistas que lo han acompañado desde que aterrizara en Dior.