Publicidad Argentina

LA ACADEMIA ARGENTINA DE LA PUBLICIDAD RECONOCIÓ A SUS ACADÉMICOS DE HONOR 2025

Martín Mercado, Luis Puenzo, Darío Straschnoy y Jorge Raúl Martínez Moschini fueron distinguidos en la Biblioteca Nacional

En un acto realizado ayer en la Biblioteca Nacional, la Academia Argentina de la Publicidad otorgó la distinción Académicos de Honor 2025 a Jorge Raúl Martínez Moschini, Martín Mercado, Luis Puenzo y Darío Straschnoy. Además, se entregó un reconocimiento in memoriam a Silvia “La Tana” Mazza, recibido por su hijo, Sebastián Carenzo.

Martín Mercado, Luis Puenzo, Darío Straschnoy y Jorge Raúl Martínez Moschini fueron distinguidos en la Biblioteca Nacional
Martín Mercado, Luis Puenzo, Darío Straschnoy y Jorge Raúl Martínez Moschini, los cuatro académicos de honor de la Academia Argentina de la Publicidad en 2025. (Fotos: Pablo Macaro / Prensa AAP)
  • Martín Mercado, Luis Puenzo, Darío Straschnoy y Jorge Raúl Martínez Moschini fueron distinguidos en la Biblioteca Nacional
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El auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional fue el escenario donde la Academia Argentina de la Publicidad celebró ayer una nueva edición de sus reconocimientos anuales. La jornada reunió a figuras históricas de la industria, familiares y colegas, en una ceremonia marcada por la emoción, los recuerdos y la reivindicación del valor cultural y profesional de la publicidad argentina.

Tras las palabras iniciales del presidente de la Academia, Santiago Olivera, y de la presidenta del jurado que decidió las distinciones, Anita Ríos, llegó el momento del escenario, en que los académicos de honor subieron, posaron con su diploma para las fotos y dijeron lo que sigue.

Sebastián Carenzo — Distinción in memoriam a Silvia “La Tana” Mazza
“Gracias por este reconocimiento a mi mamá. La Tana vivía todo con una intensidad rara, linda y agotadora. Era pasional en sus amores y también en sus desencantos, y la publicidad no fue la excepción. Le dolía cuando se despreciaba el valor del trabajo creativo, cuando se regateaba por debajo de lo que significaba pensar una idea. Pero también era profundamente agradecida con quienes la acompañaron, los mismos que nos ayudaron a criar a mi hermano y a mí”.
“Si tengo que resumir su legado, diría que siempre creyó que, si la vida te regala encontrar algo que amás, tenés que descubrir tu propio modo de hacerlo y después entregarte por completo. Ella hizo eso con la publicidad: la construyó y deconstruyó mil veces, y en ese hacer también se construyó y se deconstruyó a sí misma. Amaba el conocimiento; creo que ahí estaba el fuego que la mantenía unida a esta profesión. Para ella, la publicidad era un espacio donde aprender y enseñar”.
“Por eso estoy seguro de que este homenaje la habría hecho muy feliz, incluso siendo como era, un poco alérgica a las instituciones. Porque se trata justamente de aprender y enseñar, de compartir. Recibo esta distinción en su nombre, con orgullo y con la certeza de que la Tana dejó una huella enorme en quienes trabajaron con ella y también en nosotros, su familia. Muchas gracias”.

Jorge Raúl Martínez Moschini — Académico de Honor 2025
“Buenas tardes a todos”.
“Antes que nada, una mención para la Academia Argentina de la Publicidad por su importante trabajo en la difusión y posicionamiento de una actividad muchas veces vapuleada, sobre todo en estas épocas de crisis económicas globales. En la que muchos la defenestran como una herramienta del marketing que genera gastos, cuando es pura inversión”.
“También deseo manifestarles que siento un gran orgullo al compartir esta importante distinción con tres cracks de la industria”.
“Mi querido Martín, a quien conozco desde que usaba pelo largo y era cadete, redactor y director de arte en la agencia de Beba Trigo y Jorge Dell’Oro. Martín es talento en estado puro”.
“Darío, el más importante empresario de la historia de publicidad argentina”.
“Y Luis, de quien recuerdo su magia detrás de cámara en infinidad de pequeñas obras de arte al servicio de la publicidad. ¿Cómo olvidar la función privada de La historia oficial, no sé si un sábado o un domingo por la mañana? Cuánta emoción”.
“También, recordar a las personas que más me ayudaron en mi recorrido y de quienes más aprendí, fueron mis jefes directos en distintas etapas. Juan Gujis, por su capacidad organizativa, su creatividad y su alegría. Eduardo Eurnekian, por su increíble visión de negocios y su emprendedurismo. Y siento un gran orgullo al ser distinguido por esta entidad luego de Alberto Borrini, mi maestro en el periodismo cuando trabajaba para El Cronista Comercial y el semanario Mercado desde fines de los 70 del siglo pasado”.
“Un agradecimiento a la familia Adlatina, cuyos integrantes líderes todos tienen más de quince o veinte años empujando para hacer diariamente el mejor medio del sector en habla hispana”.
“Finalmente, un agradecimiento a toda mi familia directa, en su mayoría presente, mi verdadero sostén en la vida y mi fuente de felicidad. La que se vive agrandando con la llegada de nietos. Aquí están Julia, Isabella, Francesca. Un poco lejos, en Australia, Bjorn y Sienna, y recién llegado, el benjamín de dos meses, Felipe”.

Martín Mercado — Académico de Honor 2025
“Gracias a la Academia por este reconocimiento. Siempre me cuesta hablar poco y bien, porque cuando uno mira hacia atrás aparecen demasiadas imágenes juntas. Recuerdo los años compartidos en la agencia, cuando ninguno de nosotros tenía hijos o nietos, cuando la vida era otra. Eso habla del tiempo que pasamos juntos y de lo importante que fue para mí estar rodeado de esa gente”.
“De chico dormía rodeado de muñecos. Los acomodaba a mi alrededor y los tapaba con la frazada para que no tuvieran frío. Mucho después entendí que no era un gesto de generosidad, sino de búsqueda de protección. Había perdido a mi papá muy temprano y, de alguna manera, necesitaba sentir cerca a seres con poderes especiales. Ya de grande, en esta profesión, me pasó algo parecido: trabajé con personas únicas, algunas con el poder de la dulzura, otras con el talento, otras con combinaciones misteriosas que las volvían superhéroes reales”.
“Ellos me protegieron, me sostuvieron y me permitieron crecer. No sé si me volvieron un superhéroe, seguramente no, pero sí me hicieron sentir acompañado y capaz. Estar bien rodeado en el trabajo es también estar bien rodeado en la vida. Por eso recibo este reconocimiento en nombre de todos ellos: los que me dieron mis primeras oportunidades, los que me enseñaron, los que me hicieron sentir que podía. Gracias por este honor”.

Luis Puenzo — Académico de Honor 2025
“Me emociona profundamente este reconocimiento. Me hace viajar en el tiempo y recordar a tantos compañeros”.
“Vuelvo a mis inicios, cuando empecé en Martín Propaganda con Silvia Mazza, allá en los hermosos años 60, siendo todavía casi un adolescente. Después de eso vinieron mis primeras lecciones reales: trabajar con David Ratto como director, filmar comerciales, filmar con Hugo Casares. Los nombro a ellos como ejemplo, pero fueron muchos los que me enseñaron”.
“Quiero reconocer públicamente, acá, frente a esta Academia y a mis colegas, que yo aprendí cine primero en la publicidad. Treinta y pico de años filmando desde los 18 o 19 me enseñaron a manejar el tiempo —que es la base del cine— pero también el gesto, la mirada, el cuadro”.
“Aprendí a hacer cámara aunque al principio me daban miedo. Hasta que un día, filmando uno de los primeros comerciales de Suflair, Aníbal González Paz, un viejo director de fotografía que venía del cine argentino de los años cincuenta, me dijo: ‘Agarre la cámara, Luis’. Yo me resistí: ‘No, yo cámara no hago’. Pero él insistió: ‘Que no se salgan del agujerito’ (risas). Ese fue mi bautismo. Traté de seguir esa directiva, y fue una gran lección de cine: filmar cuidando que nada se saliera ‘del agujerito’ (más risas). Así aprendí a mirar”.
“Fue hermoso hacer aquello que llamábamos cine, ese cine publicitario que honraba el oficio. No sé cómo se llama ahora, pero sigo sintiéndolo heredero de aquello que hicimos. Por todo eso, hoy agradezco formalmente este premio”.

Darío Straschnoy — Académico de Honor 2025
“No soy un gran orador, pero tengo algunas cosas claras sobre mi camino. Siempre me gustó lo que hago y nunca me costó levantarme a la mañana para trabajar. Hay un ‘monstruito’ interno que me empuja y que me hace disfrutar del proceso. Sigo adelante porque me entusiasma construir algo cada día, aunque sea un ladrillito más”.
“Creo que la publicidad vive un momento difícil y, al mismo tiempo, extraordinario. Nunca fue tan complicado conseguir atención: lograr que alguien nos regale un segundo de su tiempo es casi una hazaña. Eso vuelve al trabajo creativo más valioso que nunca. También estamos en medio de un cambio enorme: la transición de los grandes grupos hacia las agencias independientes y hacia nuevos formatos. Las personas quieren estar más cerca del impacto de lo que hacen; buscan relevancia, sentido, no sólo resultados económicos”.
“Y aparece la inteligencia artificial, que asusta y fascina. Para mí es una herramienta más, como lo fueron la computadora o el teléfono inteligente. Va a facilitarnos el trabajo, pero todavía —y tal vez siempre— le falta empatía. Y la empatía es la base de una idea que conecta a una marca con sus consumidores”.
“A pesar de los días difíciles, sigo creyendo que la publicidad argentina tiene un prestigio enorme y un escenario único para crear. Este reconocimiento lo recibo con gratitud y con la convicción de que todavía tenemos mucho por hacer. Muchas gracias”.

Pancho Dondo

por Pancho Dondo

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