He estado tratando de expresar cómo me siento desde mi corazón, pero mi corazón está demasiado roto para escribir.
Así que me ceñiré a cómo comenzó mi historia con Dan.
Hace muchos, muchos años estaba sentado frente a un adivino en un oscuro barrio de Buenos Aires. “Tendrás una gran carrera internacional, y alguien con el pelo blanco, mucho pelo blanco, te ayudará mucho”. “Claro, como sea”, pensé, y seguí viviendo mi vida que en ese momento estaba muy lejos de la predicción. Siete años después estaba trabajando en Ratto BBDO, una de las mejores agencias de la Argentina en ese entonces, cuando sonó el teléfono y alguien hablando en inglés dijo: “Oye, soy Dan Wieden, he oído hablar de ti y me gustaría invitarte a que vengas a Portland a conocerte”. “¿Quién es, de nuevo?”, dije con incredulidad. No puede ser Dan Wieden, el Dios de todos los creativos de todo el mundo y el tipo que creó Just do it. Bueno, resultó que esa fue la única llamada que cambió mi vida para siempre. Un mes después, en medio de la entrevista en la lluviosa Portland, me di cuenta: pelo blanco, patillas blancas, barba blanca. ¡Este es el tipo del que hablaba la adivina! La certeza de que iba a ocurrir me hizo relajarme y tuvimos la mejor de todas las charlas.
Regresé con una oferta de trabajo, y ahora tenía que hablar con David Ratto, el Dios de la Publicidad en la Argentina, para quien trabajaba y con quien tuve la suerte de tener una relación muy estrecha. “David, esta es una de las cosas que pasan una vez en la vida, me tengo que ir o siempre me preguntaré qué hubiera sido”. A lo que David respondió: “No, Pichi, esto nunca pasa en la vida, ¡si no vas te mato!”.
Siempre estaré agradecido de haber tenido cinco años de Dan en mi vida. El mejor mentor, el líder más reflexivo, el héroe más humilde, el consejero más sabio, el mejor amigo, la mejor fuente de inspiración para el resto de mi vida.
Te amo, Dan. ¡Y ni siquiera puedo comenzar a describir cuánto te debo!
Esto no es un final. No hay final para alguien que inspiró, y siempre inspirará, tantos grandes comienzos.
Mary, ¿puedo subir a verlo?
José Mollá
2 de octubre de 2022
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