Cuando los estudiantes me dicen que quieren ser creativos en publicidad, les pregunto por qué. A menudo les cuesta responder, como si solo hubieran pensado superficialmente en el mundo de la publicidad o hubieran visto demasiados episodios de "Mad Men". De vez en cuando, un estudiante dispuesto a sumergirse en el mundo de la escuela de arte dice que quiere ser redactor publicitario o, con menos frecuencia, director de arte, pero no puede nombrar a sus favoritos. Sería bueno que los jóvenes mencionaran a Bill Bernbach, Dan Kennedy o David Ogilvy como redactores publicitarios en lugar de creadores de agencias. ¿O que tuvieran en cuenta a redactores publicitarios modernos como Taro Taniwaki o Daniela Jeschkeit y a directores de arte como Helmut Krone o George Lois? En algún momento de las conversaciones con aspirantes a creativos, les recuerdo que solo tienen un arma secreta: la idea. Ojalá, muchas. En los últimos 10 años, las herramientas digitales han revolucionado el mundo de la comunicación y la IA ha revolucionado el campo creativo. Según John Hegarty, la IA no es una herramienta, sino un colaborador. Estoy de acuerdo. Aun así, a los estudiantes les preocupa que la tecnología acabe con la publicidad. Les digo: La IA explorará nuevas opciones, ofrecerá indicaciones visuales y ayudará a crear imágenes fotorrealistas. Pero aún le falta la parte más importante: La idea.
Muchos estudiantes piensan en la publicidad como el producto final: el anuncio rodado en Bali para Nike con esos atletas tan chulos y un presupuesto interminable.
Publicidad Global
(AD AGE) JEROEN BOURS
La IA no reemplazará a los creativos publicitarios que aportan grandes ideas
En un contexto en el que la IA parece arrasar con todo, es importante detenerse a pensar que siempre le faltará aquello que hace girar la rueda de la creatividad: la idea.
