Cuando le digo a alguien que soy redactora publicitaria, su respuesta suele ser: “Entonces, usas IA todo el tiempo, ¿verdad?”.
Al principio, esta reacción me sorprendió (y, seamos honestos, hirió un poco mi ego creativo), pero cuanto más crece la IA, más la escucho.
Soy parte de la minoría de la generación Z en la fuerza laboral. Claro, la pruebo de vez en cuando, pero principalmente uso la IA a diario para tareas de redacción y para responder preguntas. Entonces, ¿por qué no soy tan fanática del chat como mis compañeros de oficina? Fácil: soy creativa.
No estás atrasado
Desde primero hasta octavo grado, asistí a lo que mis amigos llaman cariñosamente "la escuela hippie". Aprendíamos de forma diferente, sin una computadora a la vista. No fue hasta que entré a la preparatoria local que escribí mi primer trabajo a máquina e hice mi primera investigación fuera de una biblioteca.
Mis compañeros llevaban recibiendo clases de informática desde los primeros años de primaria, pero resultó que yo no estaba atrasado en absoluto. La tecnología se ha creado para ser fácil de usar; algo que siempre se puede aprender.
Abordar la IA es muy diferente a desenvolverse en el primer año de universidad, pero el principio sigue siendo el mismo. La tecnología está hecha para ser útil. Es normal que te genere inquietud, como me pasó a mí. Está diseñada para aprender a usarla como recurso, no como solución.
La creatividad no se puede replicar
Más allá de nuestras peculiaridades y cierta terquedad, cada creativo aporta algo único. Cada estratega piensa de forma distinta y cada ejecutivo de cuentas puede encontrar un enfoque novedoso. La experiencia humana sigue siendo fundamental y la base de toda buena publicidad.
La tecnología jamás se ha inspirado en un paseo matutino ni ha tenido una idea repentina que se haya convertido en algo especial. La IA jamás experimentará la ansiedad de empezar un nuevo trabajo, el dolor de una ruptura amorosa ni la alegría de hacer un amigo. Pero tú sí. La IA es lógica, pero no espontánea. Puede escalar una idea, pero no puede generarla como lo harías tú.
La IA es tu compañera de trabajo
Sinceramente, todos recurrimos a la IA de vez en cuando. Es un buen espacio para generar ideas e incluso para participar en alguna sesión de lluvia de ideas. Pero no es alguien en quien confíe plenamente ni con quien me gustaría tomar algo después del trabajo. Debe manejarse con precaución y cuestionarse constantemente.
Cuando permitimos que la IA sea la fuerza creativa dominante, perdemos. Se necesita el toque humano para crear esos momentos de inspiración que tanto apreciamos. Pero en el mundo de la publicidad, ¿qué significa realmente el toque humano?
Chat, ¿qué es el “contacto humano”?
El factor humano se ha convertido en un concepto clave en el desarrollo de la IA. Es más que una simple explicación de por qué el mundo creativo no ha quedado obsoleto; es algo que debemos definir y redefinir activamente a medida que evoluciona. A menudo, se percibe como una red de seguridad que usamos para disimular los anuncios sobre el desarrollo de la IA o las dudas sobre la seguridad laboral, pero a medida que crece y cambia, nosotros también debemos hacerlo. En principio, el factor humano puede parecer un detalle final o un pequeño añadido, pero es necesario asumir una mayor responsabilidad.
No soy desarrollador de tecnología ni un genio de la programación, pero eso no significa que tenga que aceptar sin más la inevitable incorporación de la IA a mi trabajo. Este año, pude comprobar cómo funcionaría una inmersión total en este campo.
Por supuesto, he probado y puesto a prueba las opciones de chat con IA más populares, pero también tuve la oportunidad de probar un programa de IA en desarrollo. Cuando me pidieron que colaborara en este proyecto, dudé. Mi lado analógico, que aún toma apuntes a mano y se niega a dejar de comprar libros de bolsillo, sinceramente, encuentra la IA bastante intimidante.
Pero cuanto más la probaba y exploraba sus capacidades, más la comprendía. Esto no iba a dejarme atrás. Es simplemente otra herramienta, pero sigo siendo el autor y el cerebro detrás de todo esto.
Es genial hacer preguntas
Una de las grandes virtudes de la Generación Z es su capacidad para cuestionarlo todo. Si bien esto puede resultar molesto, es precisamente lo que mantendrá el proceso creativo bajo control. No soy un experto en IA ni un profesional con amplia trayectoria, pero mis preguntas son importantes. Definir la relación del mundo publicitario con la IA es algo en lo que la Generación Z debe trabajar a diario: priorizar a las personas sobre la tecnología.
La IA no es nuestra mejor amiga, ni algo en lo que estemos rezagados, ni algo que funcione sin nosotros. Son nuestros pensamientos y sentimientos los que crean un gran trabajo. La IA nos necesita para crear un buen trabajo, pero no la necesitamos para generar algo grandioso. La próxima gran idea está a la vuelta de la esquina, y está en tus manos hacerla realidad.