“Hace siglos que los bancos prometen buena atención en sus publicidades ―explica el equipo de marketing de Santander―. Por eso nosotros preferimos hablar menos y demostrar más. Contarle a la gente historias reales de cómo algunos empleados del banco ayudaron a sus clientes. Porque atender bien, atiende cualquiera. Pero ayudar implica un compromiso mayor”.
La campaña cuenta tres historias basadas en hechos reales: la de Antonio, que invitó a su casamiento a los empleados de su sucursal y hasta nombró como testigo a María Inés, su oficial de cuentas; la de Rubén, representante de servicios al cliente que inspiró a Juan a comprarse un auto; y la de Natalia, que ganó el viaje para ver la Champions, pero Gustavo tuvo que ir a hablar con el jefe de ella para que ella lo aceptara.