En el marco de la Ceremonia de los UK Creative Circle Awards 2024, Gabriela Scardaccione le traspasó el mando como presidenta de la entidad a Charlene Chandrasekaran, ECD de The Or.
“Quiero agradecerle a Jeremy Green por haberme dado el espacio y la libertad de poder decir lo que para mi es importante, aunque a veces eso no sea lo que la gente quiera escuchar”, dijo.
“Aburrí a los jurados hablando de Krishnamurti y escribí manifiestos sobre el dolor, la alegría y el silencio, para despertar una industria que, sinceramente, tiene mucho que ver con los grandes problemas del mundo; pero que también tiene las herramientas para cambiar las cosas. ¿Cómo? Centrándose en utilizar el poder de la creatividad y la persuasión para cambiar comportamientos por el bien de la humanidad. Cuando la publicidad está en su mejor momento, nos llena de alegría y esperanza y nos hace sentir humanos y vivos, y parte de algo más grande”, agregó Scardaccione en su discurso.
También se refirió al trabajo que realizaron por lograr un Círculo con una representación más diversa, y los beneficios de haberlo hecho.
Acto seguido, anunció el President’s Award, que le entregó a Robert Saville. Dado que el fundador de Mother no pudo estar presente, le leyó una emotiva carta: “Todos te llaman Bob, excepto yo. Supongo que te respeto tanto que nunca me he atrevido a llamarte por tu apodo, ni siquiera tras haber pasado juntos Navidad”, dijo Scardaccione. Y agregó: “Robert, me preocupa mucho que la gente olvide lo que es ser humano en los negocios. Eres uno de los líderes más imperfectos que he conocido en toda mi carrera. Eso también te convierte en uno de los líderes más humanos”.
Y concluyó: “No hay atajos para la alegría y la felicidad. Para llegar a ellas, también debemos estar dispuestos a atravesar el dolor. Al otorgarte este premio, quiero asegurarme de que la gente sepa lo que se siente ser humano en el lugar de trabajo, permitirnos cometer errores constantemente y decir cosas equivocadas; poder tener arrebatos en la oficina; poder llorar sin sentir vergüenza; ir a reuniones de recursos humanos con el fundador de Cicada (que es un bar) y emborracharnos; alejarnos de la agencia durante semanas y regresar solo cuando levantaste el teléfono; ir a sesiones de coaching y arrojarnos cojines unos a otros hasta que todos lloraran tanto que no quedara nada más que hacer que reír. Quiero que tú también recuerdes eso”.
