Publicidad Gran Bretaña

NUEVAMENTE LA SECRETARIA DE CULTURA DEL GOBIERNO DE BLAIR QUEDÓ EN EL MEDIO DE LA CONTROVERSIA

Sigue la pelea en torno a la prohibición de la publicidad de comidas rápidas

Un debate público entre la funcionaria y el dueño de una de las mayores compañías de publicidad exterior puso otra vez en primer plano el tema de la prohibición (o no) de las campañas de los restaurantes de comidas “chatarra”.

Sigue la pelea en torno a la prohibición de la publicidad de comidas rápidas
La señora Jowell (foto) se negó a discutir en detalle la propuesta del empresario, y solamente comentó que esperaba que el resto de la industria publicitaria fuera “igual de creativa en su enfoque del problema”.
Un nuevo round se acaba de disputar en Inglaterra entre los partidarios de la prohibición de la publicidad de la comida “chatarra”, los anunciantes de ese rubro y –en el centro–, la secretaria de Cultura del gobierno de Tony Blair, Tessa Jowell.
Todo se reavivó cuando Jean-Francois Decaux, propietario de JC Decaux, una de las mayores compañías de publicidad en vía pública del país, desafió al gobierno (y especialmente a la señora Jowell) a construir una red de circuitos de ciclismo en la ciudad de Londres, en cuyo caso su empresa ofrecía entregar un número de bicicletas sin cargo a la población.
Las declaraciones de Decaux fueron en respuesta a la funcionaria, que en una reunión con anunciantes había apelado a “la famosa creatividad publicitaria” para producir soluciones al problema de la obesidad en Gran Bretaña.
Decaux dijo que el suyo no era un gesto vacío destinado a ganar espacio en los diarios o revistas, y mencionó el éxito que tuvieron en Austria y Alemania esquemas similares, en los que su grupo entregó 3.000 bicicletas gratis.

El mecanismo
“Al recibir la bicicleta, la gente tiene la primera hora libre; después paga dos euros por hora y el esquema se financia con la publicidad exterior”, dijo Decaux. “Mi planteo es que el gobierno construya las rutas ciclistas que Londres necesita, y en ese caso nosotros nos haremos cargo de proveer los rodados”, agregó.
La empresa JC Decaux tiene una larga historia de innovaciones publicitarias para los centros urbanos. La compañía financió la construcción de cientos de paradas del transporte en todo el país, y estuvo detrás de la invención de los llamados “superbaños públicos”, que han reemplazado a la gran mayoría de los sanitarios municipales de Gran Bretaña.
Según Decaux, la falta de circuitos ciclistas hizo perder a Londres su antigua condición de ciudad segura para quienes se movilizan en esos rodados.
La señora Jowell se negó a discutir en detalle la propuesta del empresario, y solamente comentó que esperaba que el resto de la industria publicitaria fuera “igual de creativa en su enfoque del problema”.

“No hay respuestas rápidas”
La secretaria de Cultura había advertido frente a los empresarios de la alimentación que no estaba en absoluto de acuerdo con una prohibición tajante de la publicidad de ese sector, porque, dijo, “no hay respuestas rápidas” para el problema de la obesidad.
Pero igualmente reclamó a la industria proponer ideas para solucionarlo. “Sé que ya se ha avanzado un buen trecho, pero no podemos darnos el lujo de detenernos, porque el peligro es que al final ganen la discusión por abandono los que exigen una prohibición lisa y llana”, dijo en la oportunidad.
La secretaria Jowell viene siendo objetada desde algunos sectores precisamente por oponerse a la veda de la publicidad de las comidas rápidas.
“Así que ese es su desafío –continuó frente a los anunciantes-. Prueben nuevamente que la publicidad no necesita ser adversaria de aquellos que quieren un país más sano. Háganlo con la creatividad que los ha hecho famosos y pongan sus productos en un contexto de comida más sana”.
A su vez, el plan Decaux tiene también sus críticos. Sobre todo, señalan que esquemas similares de entrega de bicicletas por parte de las comunas han fracasado varias veces en Inglaterra.
Hace diez años se aplicó un esquema de ese tipo en Cambridge, con un parque y un circuito especial para ayudar a mejorar la congestión de tránsito, pero las bicicletas gratuitas –unas 300- desaparecieron literalmente en pocos días: terminaron en manos de ladrones organizados. Un segundo intento también terminó mal, y no duró más de un año.
Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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