En general en estos veinte años he visto críticas y celebraciones. Algunos cuestionan si buscar ser el número uno es noble como la evolución o un tema de narcisismo colectivo. En general, unos ganan, muchos pierden y otros no participan por temas de convicción, finanzas, trabajo realizado o sencillamente no lo ven relevante. Salen al aire tiros sin nombre pero con destino, las redes toman un nivel de odio superior al cotidiano y seguramente las cuentas anónimas ayudan a quienes desean sangre en la mesa. Por eso mismo espero que este mensaje no se vea así. Al menos no era la intención inicial.
Siempre recordaré las derrotas y las victorias. Quisimos ser agencia del año y en 2009 se logró. Tomó seis años sin descanso. También nos soñamos ser agencia número uno en el Festival El Dorado y se logró, pero tomó diez años. En 2017 creímos que íbamos como una ráfaga a Cannes Lions y nos volvimos con uno o dos llaveros de Niza y muchas preguntas sin respuesta. En 2023 creímos que seríamos agencia número uno del Top 10 de PyM y no, ganó Sancho BBDO (felicidades) y creo que fuimos segundos, con lo cual no era el resultado esperado después de los logros con siete clientes claves de la agencia.
Unos años son mejores que otros, pero no por eso cambiaré de opinión. Es decir, si estoy en los años que no voy a premios o no tenemos el resultado esperado no cuestionaré a quien está en los años en que sí va o tiene el sticker ganador. El respeto no son solo modales. Y sumando a esa dura afirmación, el posicionamiento de cada cliente y cada agencia no es cuestionable sin toda la información. Sería una acción algo prepotente, sería casi como hacer la campaña sin brief y además cuestionar que te la cuestionen.
De pronto los premios son algo de ego, de pronto es para seguir ganando proyectos globales y regionales. De pronto, solo de pronto, son una estrategia de awareness y bueno, también de pronto ayudan a que más y más creativos colombianos estén en tantos lugares del mundo. Es un hecho que ayudan como marca empleadora (Great Place to Work nos lo confirmó) y muchos clientes ven en el tema un indicador relevante en sus temas internos a nivel regional y global.
En DDB, se nos van más equipos a otros países que a agencias locales. Y eso es exportar. Y eso es bueno para Colombia, la persona y su grupo de influencia dado que nadie se va sin quererse ir. Y los que se van, curiosamente, son los que más han figurado y obtenido premios internacionales. Dudo que sea una coincidencia aunque no lo sé.
En lo personal, siempre he tenido aprecio por los premios. Creo que es un medidor interesante, nos abre mercados lejanos, nos ayuda a subir el nivel de lo que hacemos. Nos evita pensar que somos mejores porque somos “nosotros” y nos recuerda que para ser mejores, es mejor mirar la competencia y evidenciar que “siempre hay gente que lo hace diferente y pareciera que el otro 99, 99% del mundo lo ve mejor”.
Buscar ser el mejor, o serlo por un instante, no te hace el posicionamiento, pero reafirma tus posibilidades. Si una aerolínea habla de ser la número uno en cumplimiento y una agencia habla ser la número uno en efectividad pues seguramente no quiere decir que todas las campañas sean efectivas y que todos los vuelos estén a tiempo y para siempre. Sí quiere decir que ese es un medidor importante para sus clientes, consumidores y talento. En una licitación quieres ser el mejor, el número uno, no para posicionarte, si no para ampliar tus posibilidades y el bienestar de tu equipo.
Muchos años vi una cerveza de Colombia celebrar el premio Monde Selection (¿Se acuerdan cuál es?). Y lograron su compromiso de excelencia y valor percibido muchos años más. Y así pasa en los deportes, indicadores de marca, agencias y todo en la vida. Muy pocos se ganan la beca de estudio sin haber demostrado que pueden ser los mejores, los número uno de algo. Es decir, esto inicia en la primaria.
Todos tenemos estrategias de posicionamiento mixtas. Unos en el servicio, otros en su método de trabajo, mantras como “Power to Move” de DDB, otros en su historia, en Effies, conexiones personales, amigos políticos, nuevos negocios e inclusive algunos consideran la propiedad de la agencia como diferencial para un cliente o un empleado (multinacional, local, regional, etcétera). Y seguramente, cada una de esas posibilidades tiene sentido para quienes dirigen sus marcas y sus agencias. Seguramente algunas no las entiendo, pero en reflexión, no las entiendo por qué no tengo toda la información, eso es todo.
De pronto, solo de pronto, es mejor la prudencia y entender que lo que pasa a la interna de una marca, un cliente o una agencia en estos temas es algo que sencillamente no conocemos y consecuentemente juzgar puede ser apresurado. De pronto.
Lo que sí es fijo, es que seguiré apostando y apoyando el tema de buscar ser los mejores. Y los premios. Si bien los resultados son diversos y cambian por año, calidad, presupuesto e inclusive algo de suerte, cambian por cliente. Pero el buscar ser el número uno a sabiendas de que el logro dura pocos segundos y cinco posts, es un impulso para tratar de ser mejores, como profesionales y como líderes que debemos halar a una sociedad en todas sus posibilidades.
Y en la escena mundial, donde nuestros resultados financieros son pequeños en comparación con los Estados Unidos y Europa (sin Brasil) veo en los premios una posibilidad para ser vigentes en competencias regionales y globales.
Así que le deseo lo mejor a todos los colegas en esta temporada, a cada cliente en este objetivo si lo tiene, y espero que sean los número uno en lo que se propongan y seguro nos vemos en algunos de los caminos que también DDB ha elegido.