Este ensayo forma parte de la serie "El Futuro de la Publicidad 2030" de Ad Age, que explora cómo evolucionarán el marketing, los medios y la creatividad en los próximos cinco años. Descubre el paquete completo aquí.
La publicidad no está pasando por otra revolución. La IA ha activado un botón de reinicio. Durante décadas, nuestra industria ha evolucionado en oleadas: de la televisión lineal al cable, de la prensa escrita a la programática, de las búsquedas a las redes sociales. Cada cambio parecía importante en su momento, pero seamos sinceros: eran solo nuevas versiones de una estrategia antigua.
¿Esta vez? No se trata de una modificación, sino de un desmontaje. La IA y el comercio impulsado por agentes no son la próxima ola. Son un cambio radical que lo reescribe todo. ¿El embudo que adorábamos? Aplanado. ¿El recorrido del consumidor? Fracturado. ¿Y el futuro guardián? Un agente de IA que decide qué marcas pasan el corte.
Las señales nos indican que el poder ha cambiado, de los clics a las consultas, de comprar espacio a moldear la intención. Lo cierto es que el tiempo avanza: no puedes abandonar lo que funciona hoy, pero si esperas a construir para el futuro, ya estás retrasado.
Nadie sabe exactamente cómo será esto dentro de dos años, pero sí sabemos esto: los datos, la conectividad, la interoperabilidad y la colaboración con una potente red de socios diferenciarán a los ganadores del resto. Lo innegable es que los datos son el motor, la personalización explotará y la agilidad superará a la precisión.
Así que, deja de predecir y empieza a iterar. Los ganadores no serán quienes adivinen el futuro. Serán quienes lo construyan, experimento a experimento.