Primer Grand Prix en Cannes, ¿no?
Así es. Parece mentira, pero es el primero. Hemos tenido en otro festivales, pero en Cannes es el primero. Y es el primero mío y el primero de ellos dos, que están conmigo en la foto, Dante Zamboni y Jorge Zacher. De modo esto es un montón, un montón. Estamos completamente desbordados de alegría. ¡Es que se tienen que alinear todos los planetas para que la pieza llegue tan lejos! Es una campaña a la que le tenemos mucho cariño y nos parecía que se lo merecía, pero comprobar que realmente ocurre es mucho: estamos súper emocionados.
¿Cuánto hace que trabajan con Magnum?
Casi diez años. Diez años de un crecimiento sostenido. Y en este caso trabajamos todos palo y palo, porque el germen de la idea es una bomba, porque la pudimos producir bien, como corresponde, porque la sacamos en el momento justo y, por lo que parece, coincide con que es el tiempo de esta idea.
¿El germen es una bomba porque puede dar para más cosas?
Bueno, sí. Básicamente porque la idea es rascar para adentro en el mundo del placer y encontrar más angulos, más momentos de consumo y más oportunidades de conectar con la gente. Y este momento de consumo era inesperado, porque consistió en empujar la categoría en un momento en que está fatal, que es el invierno, y hacerlo con un insight muy real, que es acurrucarse en uno de esos calorcitos mínimos que te permite el invierno y animar a la gente a tomarse un helado. Es simbólico, pero me parece que te toca, que te lleva a ese momento.
Finalmente, ¿qué significa un Grand Prix en Cannes?
Es un montón. Y es lo que decía: es una muy buena idea y que tuvo la suerte de encajar justo en el marco de un jurado que se enamoró de ella. Cambia el jurado y posiblemente cambie por completo la película. Fue lo que pasó en esa sala. Pero insisto con que las cosas no avanzan porque sí: algunas ideas llegan más lejos porque era su momento.
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