A principios de este año, tuve la semana más intensa de mi carrera: una inesperada conferencia y convención con cuatro eventos (CultureCon, Blackweek, Advertising Week, New York Comic Con). Mi cuerpo: exhausto. Mi batería social: agotada. Mi línea de LinkedIn: brillante.

Al reflexionar sobre la semana, hubo tres temas centrales que creo que definirán el próximo capítulo de nuestra industria.

La ineludible cuestión de la IA y la equidad

Es innegable que el impulso en torno a la IA está en auge. Está transformando industrias y abriéndose paso en nuestras rutinas diarias. ¡Por Dios, mis padres están enviando memes de IA al chat familiar! Nos dirigimos hacia la eficiencia y a construir una imagen de marca cercana mediante la hiperpersonalización. Pero como socios de marcas culturalmente innovadoras, nuestro trabajo no es solo subirnos a esta ola, sino también trazar el rumbo hacia un futuro responsable.

Al acercarnos a una nueva era tecnológica, debemos afrontar una dura realidad: nuestro avance hacia el futuro no será equitativo. Sin una perspectiva proactiva sobre la equidad y el acceso, corremos el riesgo de profundizar las disparidades existentes en comunidades que estuvieron excluidas durante mucho tiempo de las revoluciones tecnológicas pasadas.

Piense en los conjuntos de datos con los que se entrenan los modelos de IA y cómo los sesgos en sus resultados serán cada vez más pronunciados. O bien, a medida que surgen nuevos centros de datos para impulsar el crecimiento de la IA, ¿qué responsabilidad ética tenemos con las generaciones de familias que construyeron sus vidas sobre esas mismas bases? En zonas de escasos recursos donde la conectividad y la alfabetización digital siguen siendo bajas, ¿cómo garantizamos que esos consumidores sigan el ritmo?

La pregunta ineludible ya no es qué podemos crear con la IA, sino quiénes se quedarán inevitablemente atrás con su crecimiento. La postura de una marca sobre la IA ética se está convirtiendo rápidamente en un tema clave entre los consumidores. A medida que aumentan las tensiones culturales, las prácticas responsables de IA se convertirán en el nuevo referente de rendición de cuentas. Si la IA busca ampliar las posibilidades, ¿cómo se extiende esto a quienes están en riesgo?

Las marcas que tracen estas aguas con una brújula inclusiva y equitativa serán reconocidas no sólo como innovadoras, sino como verdaderas disruptoras que equilibran intencionalmente el progreso tecnológico con la responsabilidad humana.

Redefiniendo la masculinidad aspiracional en la era del streaming

En la Blackweek, Cindy Gallop presentó una fantástica sesión sobre masculinidad positiva y su importancia para los profesionales del marketing. Me salté el desayuno y corrí bajo la lluvia con mis Air Force Ones nuevos para asistir temprano.

Para muchos jóvenes, existe una tensión interna entre la identidad y la pertenencia. Es un campo de batalla complejo que requiere una gestión delicada, especialmente en un mundo hiperdigital.

En la economía de la atención, figuras destacadas exploran cómo conectar con los jóvenes en su contexto actual, como los podcasts y la memeificación. Sin embargo, existe una oportunidad sorprendente para reinventar la masculinidad aspiracional a través de voces en las que los jóvenes confían: los streamers.

En el mundo del streaming, crear contenido tóxico para conseguir clics y visualizaciones no es raro, por lo que es importante entender que la influencia no se define por ser el más ruidoso. El streaming puede ser una jugada inteligente cuando las marcas se asocian con creadores menos conocidos, cuyos valores coinciden con los suyos, y pueden catalizar un impacto positivo y duradero en el público más joven. Estos creadores pueden devolverle un toque de humanidad a internet al liderar con empatía, responsabilidad e inteligencia emocional, cualidades que el statu quo a menudo ignora.

Con el streaming como tendencia, ¿cómo podemos dar vida a los valores de marca en tiempo real y de forma que entretengan, eduquen y atraigan? Para las agencias, esto implica desarrollar estrategias que integren las narrativas de marca en contenido dirigido a la comunidad, como torneos de videojuegos, transmisiones benéficas, etc. De este modo, los valores positivos se convierten en parte del entretenimiento.

El poder del reconocimiento de patrones para trazar el futuro

Finalmente, la habilidad más valiosa que se destacó en estas conferencias y eventos: el reconocimiento de patrones. Como estratega cultural, quizá sea un poco parcial. Sin embargo, es la mejor manera de predecir el futuro basándonos en nuestra experiencia y nuestra situación actual.

Los millennials, la generación Z y la generación Alfa se encuentran en una posición privilegiada como las generaciones más informadas digitalmente de la historia. Pueden identificar patrones en tiempo real y desafiar a gran escala lo que hemos aceptado durante mucho tiempo como "lo habitual". En medio de la creciente turbulencia social, es hora de imaginar cómo podría ser una era renovada de responsabilidad cívica y rediseño institucional después de 2028 y más allá.

Este momento refleja el propósito performativo. Con los jóvenes cada vez más orientados a los valores, su atención se extiende a todo el ecosistema empresarial. Las agencias pueden ayudar a las marcas a superar esa brecha, convirtiendo las plataformas en motores de empoderamiento mediante la mentoría, la educación y la acción colectiva.

Estoy inmensamente agradecido por el nuevo conocimiento y la claridad que aportaron estos eventos. El futuro del crecimiento de las marcas está profundamente ligado a la competencia cultural, la equidad tecnológica y el bienestar cívico. Mantengamos vivas estas conversaciones cruciales.

Porque nuestro próximo movimiento es todo.