―¿Cómo sintió que fue el cambio de pasar de estar en su propia agencia, VSP, a DraftLine?
―He tenido la suerte de haber trabajado en algunas de las mejores agencias del mundo: Agulla & Baccetti en Buenos Aires y, después, Lowe en Colombia. Posteriormente me fui a experimentar en diferentes áreas y fundé VSP (Very Special People), una agencia independiente con la que tuvimos la suerte de manejar marcas como Red Bull, Audi y varias marcas de Mondelēz; además, fue plataforma para lanzar otros proyectos, como el congreso de innovación y creatividad Movimiento Clic, el Festival Infantil AlPeluche, la marca de artículos para el hogar Tipolove, entre otros. En todas las agencias me llega un momento en que siento que tengo que avanzar y seguir aprendiendo, y decido moverme. La sensación siempre ha sido de mucha nostalgia, felicidad y, sobre todo, nervios, todo a la vez; nunca me siento preparado para el próximo paso y eso me da tranquilidad de vida porque si estuviera preparado no estaría avanzando, sino repitiéndome. Procuro siempre ir hacia adelante, hacia algo nuevo, y DraftLine es lo nuevo.
―¿Cuáles son sus expectativas para este nuevo proyecto? ¿Qué cree que le aportará usted? ¿Cómo se siente con su nuevo grupo de trabajo?
―Los que pertenecemos a DraftLine tenemos la oportunidad de reinventar la manera de trabajar en comunicación. De hecho, le estamos dedicando mucho de nuestro tiempo a ver cómo desarrollamos nuevas metodologías y generamos la integración entre la tecnología y lo humano. Esto lo están liderando Daniel Muñoz y Alejandro Benavides. Al principio no entendí por qué me habían llamado a mí para este cargo, ya que venía de estar en diferentes startups y proyectos nuevos donde me encargaba de comunicar, pero no necesariamente eran de publicidad; pero después descubrí que esa era precisamente la razón: este cargo, además de criterio creativo, necesita rápida adaptación al cambio, nuevas metodologías, pensamiento de startup. Las vueltas que he dado profesionalmente me han enseñado un poco de todo esto. Aunque en DraftLine, al ser un proyecto nuevo y diferente, tengo la sensación de no saber nada, de que voy desde cero, y eso me emociona más. Por suerte, para manejar este ejercito de casi 200 profesionales voy acompañado: las personas que me acompañan son Valentina Hoyos y Ana Murillo, dos mujeres brillantes. Valentina conoce el negocio a fondo y es una gran líder, y Ana, por su lado, es una mente brillante de la planeación, pero además, una nerd llena de conocimiento. Por otro lado, el equipo de creativos está sólido, y también pasa por un momento de metamorfosis y aprendizaje: todos tenemos que empezar de nuevo, adaptarnos al cambio. Hay grandes creativos colombianos, algunos con los que ya había trabajado y otros con gran experiencia; sin embargo, las nuevas formas nos sacan de la zona de comfort. En DraftLine la creatividad no es el centro, sino el resultado de una cadena que la gente no ve. Es imposible lograr data driven comunication y personalization at scale sin un equipo de bussiness inteligence, de planeación, de productos digitales, de listening and responding y de paid media, entre otros. El gran reto es integrarnos de la manera más ágil.
―Usted comenzó su carrera como creativo en la Argentina y luego volvió a Colombia. ¿Nota alguna diferencia entre ambos mercados?
―Son dos culturas sumamente creativas que hacen trabajo de talla mundial. Ver los comerciales de la Argentina es maravilloso, y por el lado colombiano, los nuevos usos de creatividad están siendo reconocidos en todos los festivales y en medios de comunicación, construyéndoles a las marcas importantes cifras de earned media.
―¿Qué cree que son los componentes más importantes para comenzar un proceso creativo?
―En DraftLine tenemos la data y la planeación como algo fundamental para desarrollar cualquier proceso creativo. Esta data nos ayuda a entender el negocio y los objetivos con más claridad, conocer lo que estamos solucionando y las tensiones del consumidor, insights entre otros. Con nuestra nueva metodología prácticamente nos hacen un pase para el gol y nosotros tenemos que empujar la pelota al arco. Por el lado humano, tenemos que alimentar el cerebro todos los días: me parecería ilógico tratar de crear si no tenemos contenido en la cabeza. Por eso, procuro que el equipo creativo y yo tengamos constantes estímulos externos. El que tenemos a mano más fácilmente es la lectura. Personalmente leo todos los días.
―¿Qué es lo que más lo motiva de ser parte de DraftLine?
―Lo lógico es creer que el mayor motivo para estar en DraftLine es tener la mejor cerveza gratis, que claro que sí, o que es por las marcas también, o el equipo de marketing liderado por Thor, Velásquez y Álvaro de Luna, que están esperando siempre ser sorprendidos; pero lo que realmente me motiva es poder trabajar al lado del equipo high performanece que armó Daniel Muñoz; tener a Valentina, Ana, Christian (Ramírez), Julián (Ospina) y Paola (Álvarez) te da tranquilidad para meterte en lo que sea. Este es un proyecto demasiado ambicioso y hay que tener el mejor equipo posible al lado. Además de esto, poder reinventar la manera de trabajar, de experimentar con nuevas metodologías, de generar nuevos resultados y de aprender, aprender y aprender.
