Cine Publicitario Argentina

DIÁLOGO CON UNA DE LAS DIRECTORAS DE LANDIA

Maureen Hufnagel: “La clave es ser inteligente con el mensaje”

La profesional conversó con Adlatina sobre su visión del cine en el ámbito publicitario y su recorrido y trayectoria.

Maureen Hufnagel: “La clave es ser inteligente con el mensaje”
Maureen Hufnagel, directora de Landia: “Es responsabilidad del director realmente conectarse con el guion y profundizar como ninguna otra persona va a hacerlo”. (Foto: Gentileza Landia)

─¿Cómo empezó a trabajar en Landia? ¿Qué le gusta de la productora?
 ─Por suerte, tuve ofertas de muchas productoras, lo que me permitió evaluar con cuál matchearía mejor. Landia es un espacio súper interesante, que está siempre conectado con lo moderno y la calidad del craft, que me inspira y me empuja a querer ser mejor. Todos puntos que buscaba para crecer. Es un gran lugar para tener exposición y tener, también, la posibilidad de crecer en muchos otros mercados. Y no sólo en el mundo de la publicidad. Andy (Fogwill, fundador de Landia) es un impulsor constante de no quedarnos sólo en eso; sino en pensar en otros formatos, contenidos, en desarrollar algo propio. Landia me da ese espacio y depende de mí aprovecharlo. Por otro lado, Adrián (D’Amario, managing partner & EP) fue la primera persona que me propuso dirigir mientras todavía ni siquiera lo había pensado estando en agencia, y se materializó varios años después, con ambos en Landia. Mis mejores amigos son de agencias en las que trabajé. Fueron lugares llenos de personajes creativos, divertidos e inteligentes. Me divertí mucho trabajando en agencias, para montones de clientes diferentes, y me dieron un gran training para presentar. Pero sobre todo el no parar de pensar las ideas. Poder actualmente seguir pensando en función del concepto del guión para hacerlo crecer, y no solamente en cómo quiero filmarlo. La idea es el centro de lo que estamos haciendo y lo que proponga tiene que potenciarla, narrativa y estéticamente hablando.

─¿Qué le atrae de ser directora?
 ─Claramente me atraía el craft, la traducción cinematográfica de un guión. Y encontrar la forma de hacerlo crecer desde el storytelling y la producción. Vengo de la dirección de arte, por lo que la estética es un norte muy fuerte en mis procesos, y en la agencia esa dirección de arte la veía un poco limitada. A medida que fui creciendo dentro de las agencias y luego de la dirección creativa, mi rol era cada vez menos craft y más “empresarial”, por llamarlo de alguna manera. Necesitaba recuperar la artesanía de hacer las cosas. Estoy continuamente investigando para poder nutrirme de cosas que me inspiren. Creo que en la agencia se me había acabado la inspiración. Había pasado, justo antes de tomar la decisión de dirigir, por una fase de experimentación con la fotografía y con grandes oportunidades, como la de hacer un libro para las tiendas de Nike en Europa con mis lomografías superpuestas, y también hacerles la campaña gráfica a una marca de jeans en Amsterdam. Pero eso fue sólo un disparador que me llevó a terminar dirigiendo. Y podía seguir conectada con las agencias, seguir pensando, seguir haciendo dirección de arte, pero sobre todo seguir haciendo. Y volvió el hambre.

─¿Cómo ve la industria del cine publicitario? 
 ─Depende del país. Pero en general adaptándose un poco a las economías y la educación de cada mercado. ¿Por qué Japón hace las locuras que hace en las pantallas? Hoy pareciera que tenemos menos oportunidades y tienen que actuar bien. Esta situación lleva a las marcas a ser más safe y a tomar menos riesgos, lo que está siendo plasmado en la tanda, que se ve más aburrida. Pero la Argentina es un mercado que siempre confió en la creatividad y la construcción de marca, quizás sea solo un impasse. Tenemos una herramienta para divertir también, para entretener, y no hay que olvidarse de eso. Hay mucha gente talentosa con grandes ideas y en quien confiar. Es un momento de grandes cambios a nivel social, con el rol de la mujer entre otros, y todos están tendiendo a hacer lo mismo, a empoderar mujeres en sus comerciales y ya. Y una vez más la búsqueda de ser coyuntural los tiene a todos repitiéndose y haciendo lo mismo. Otra cosa que viene pasando es que la publicidad está pasando a manos de influencers. Que tendrán millones de likes, pero con un contenido más corto y superficial.

─Si bien no van a desaparecer los comerciales en la televisión, por lo menos en un futuro cercano, ¿cree que necesitarían adaptarse a nuevas plataformas o a otro tipo de sistemas? 
 ─Cualquier plataforma es un medio para llegar a la gente con el mensaje que tenemos que comunicar, sin olvidarnos del valor del craft. El error está en pensar que si es para digital, lo hacemos con dos pesos con cincuenta porque total se ve chiquito. La mayoría de las marcas en nuestro país son muy tradicionales con su pauta. El mundo de las series está en un momento de pleno auge. Es el momento de los contenidos y la tecnología. Hoy más que nunca estamos en el mundo del streaming y la inmediatez. Tenemos acceso a lo que queremos. Y con nuestro entrenamiento creativo estamos muy capacitados para hacer un buen producto, sin importar el contexto ni cuál sea el medio que elegimos para comunicar. La clave es ser inteligente con el mensaje. Y ser valientes. Es la única forma de ser escuchado en medio de tanta información, y ser menos efímeros.

─¿Cómo es su proceso creativo cuando le llega una nueva campaña?
 ─Creo que lo más difícil es el tono en donde uno quiere situarse. Eso es lo primero que busco. Luego, pensar cómo va a quedar cada parte de ese guión filmado y aportarle ideas. Traducirlo a imágenes visuales y si algo siento que puede quedar mejor de otra forma, pienso qué proponer y se lo planteo a la agencia. Hay escenas que pueden seguir siendo iguales de buenas que en los guiones, pero se les puede dar la vuelta para no caer en los lugares de siempre. Es un momento de tanta información y acceso visual que uno tiene vistas muchas cosas y todo se empieza a repetir. Ahí es donde el director puede dar una mirada diferente sin perder la esencia del guión. Las agencias nos dan ese espacio para hacer crecer los guiones, por lo que es responsabilidad del director realmente conectarse con el guión y profundizar como ninguna otra persona va a hacerlo. Creo que cuanto más esté uno conectado con la historia, más intuitivo se vuelve todo después. El guión es una base para que uno pueda empezar a trabajar. Pienso en cómo quiero que sea el resultado final y me rodeo de quien pueda aportarme para lograr eso o más. Soy perfeccionista y obsesiva. Le pongo mucho amor a cada proyecto, y le dedico mucho tiempo. Duermo poco en los procesos. Estoy hasta el día anterior a filmar pensando, buscando, cambiando cosas. Mis procesos de pensamiento no terminan, los interrumpe el timing.

─Usted también se desempaña como fotógrafa, de hecho ha sido seleccionada entre los 27.000 fotógrafos del mundo como la International Champion of the Absolut Lomo Competition. ¿Cómo se siente con ese reconocimiento? ¿Cómo cree que esta habilidad la ayuda en su trabajo?
 ─Fue una gran sorpresa y lo mejor fue viajar a Londres para participar de ese Congreso, exponer mis fotos allá y conocer a cientos de lomógrafos de todo el mundo. Almas interesantísimas, en continua búsqueda, que estaban experimentando al igual que yo. Incluso el Malba montó una expo con mis lomografias cuando volví, así que fue bastante más que sólo ganar ese concurso. La fotografía fue un buen comienzo para la dirección. Pero el cine son veinticuatro fotogramas por segundo (o veinticinco fps para TV) y un equipo de ciento cincuenta personas para lograrlo. La fotografía fue un buen entrenamiento para encuadrar naturalmente, que sea intuitivo casi. Pienso la película encuadrando, dibujo el comercial encuadrando. Sin embargo, en el cine el desafío es pensar en los movimientos de cámara primero y después, desde qué encuadre quiero partir y a cuál quiero llegar.

─¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo? ¿Podría elegir uno de sus comerciales como el que más le haya gustado? 
 ─Que nunca es igual. Que todos los proyectos son desafíos para poder hacer algo diferente, y que depende de uno que eso suceda. Es una continua búsqueda, con mucha adrenalina. Y es divertido. Uno no sabe qué va a pasar en dos semanas. Si voy a estar filmando acá o en la otra punta del mundo. Si voy a hacer algo sensible o que haga reír. Todos los proyectos y sus combinaciones diferentes de equipos y agencias dan resultados y puntos de vista distintos. Y eso está bueno. Es un trabajo que no tiene horarios y demanda mucho tiempo y es muy físico. Pero al mismo tiempo es poco claustrofóbico, cosa que va muy bien con mi personalidad. Es un trabajo en el que uno puede redefinir su perfil continuamente. No le veo techo, por ahora, cosa que me mantiene motivada, algo que busco constantemente. Con respecto al comercial que más me haya gustado es una pregunta difícil. Soy muy exigente conmigo misma. Siempre pienso que pude haber hecho algo mejor. No me la juego (risas).

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

Compartir nota