El director de cine mexicano Simón Bross fue muy crítico y comentó: “Hay muchos puntos en relación con las prácticas desleales de competencia en el país. Pero una fundamental tiene que ver con las casas productoras extranjeras que traen a directores que no tienen permisos de trabajo en el país. Esto les permite ofrecer un roster inmenso de directores, que no tienen permiso de trabajo, a quienes incluso, en algunos casos, les pagan con dinero que no se va a reportar, no se van a pagar los impuestos. Entonces, automáticamente, tienen por lo menos una ventaja del 35 por ciento sobre las casas productoras locales”.
Bross advierte: “Esto no tiene que ver con una cuestión xenofóbica, México siempre ha sido un país que ha recibido a directores de otros países con muchísimo gusto y hemos aprendido de ellos. En mi casa productora han trabajado talentos como Pucho Mentasti, Diego Kaplan, pero lo han hecho de manera totalmente legal. Asimismo, hay muchos directores de otros países -Argentina, Uruguay, Venezuela, Colombia, España- que se han establecido en el país, tienen casas productoras, pagan sus impuestos y eso me parece totalmente legal, fantástico y además enriquece a la producción del país”.
Esta realidad que vive la industria de México tiene otra secuela para considerar, según Simon Bross, que tiene que ver con el desarrollo de talento. En este sentido, sostiene: “Si se trae a fantásticos directores de otros países a hacer grandes proyectos y se compite con casas productoras de otros países que pagan sus impuestos, me parece que eso enriquece el país. Pero el principal problema está con el futuro de los jóvenes de la industria mexicana. ¿Qué va a pasar en el futuro? Lo dije al presentar los premios de la categoría técnica del Círculo de Creativos de México: Cuando hay una competencia desleal y se puede traer a jóvenes de otros países a foguearse, de manera ilegal, sin permisos de trabajo y prometiéndoles salarios que son aparentemente muy bajos pero que cuando esas divisas se cambian en otros mercados esos salarios se vuelven altos, sumado a que no pagan impuestos, ellos empiezan a sustituir a los jóvenes del país. Y no digo que sea necesariamente mexicano, sino que viva en el país. Estoy hablando de producción digital, cosas muy sencillas, cosas de bajo presupuesto. Y evidentemente, la práctica hace al maestro”.
Bross reconoce que esta situación se agravó con la pandemia, época en la que “se vivieron situaciones muy difíciles en Hispanoamérica y donde todo el mundo tuvo que buscarse el pan como pudo”, opina. Sin embargo, en este caso, foguear en el país a directores de afuera, para realizar campañas que pueden hacerse a nivel local, estima, va en detrimento de la propia industria.
“¿Qué tenemos que hacer?”, se pregunta. Y responde: “Regularizar esta práctica. Países como Brasil la tienen bien clara. Esto se parece mucho a cuando los chinos mandaban prendas baratísimas a México y el área textil, de confección local, se estaba muriendo. Hubo que poner reglas de importación e incluso algunos aranceles para proteger a la industria nacional. Creo que en México se necesita un andamiaje legal para proteger a la propia industria, para que no se acabe y no sea simplemente explotada y depredada como una mina”.
Y se mostró esperanzado de que el talento local vuelva a “tomar el orgullo, las ganas de hacer las cosas, el fogueo, el entrenamiento y a demostrar que el trabajo que hacemos, que tiene que ver con ideas y con el contenido es súper importante, más ahora que la IA se viene como el imperio en Star Wars”.
