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EL DIRECTOR GENERAL CREATIVO DE LA SEMANA

Gustavo Rodríguez: “Toda publicidad es reflejo de su sociedad”

A principios de este año -y después de más de una década en Quórum Nazca Saatchi & Saatchi- se animó a dar un paso difícil: renunció a su cargo en la agencia y fundó su propia empresa, Toronja Comunicación Persuasiva. Hoy, algunos meses después, dice que se siente tranquilo porque "la tranquilidad viene de hacer cosas en las que uno cree". Es narrador y aparte publicista o viceversa. Una de sus o

Gustavo Rodríguez: “Toda publicidad es reflejo de su sociedad”
“Quienes sólo se proponen metas como escalones, corren el riesgo de quedarse en uno de ellos. Yo prefiero subir una rampa sin darme cuenta”, dijo Rodríguez.
- A principios de este año dejó Quórum Nazca S&S para fundar su propia empresa. ¿Qué significó esta movida para usted? ¿Qué siente hoy, algunos meses después?
- Gustavo Rodríguez: Salir de Quórum me trajo dos consecuencias. La primera es la más trivial: le dije adiós a la comodidad para encontrar más comodidad. Cuando se trabaja doce años en un mismo lugar y en un puesto directivo, es fácil que tus nalgas se resistan a dejar el cuero del sillón. Lo que tus nalgas no saben en ese momento es que, luego de ese paso difícil, hasta podrían posarse sobre la lona de una hamaca. La segunda consecuencia es más importante, y se desprende de haber dejado el concepto de agencia tradicional: yo era como esas lombricitas que sólo conocen el ancho y el largo de una superficie plana. De pronto descubrí el concepto de altura, y todo un territorio nuevo se alzó bajo mi vista. Hoy lo estoy recorriendo agradecido, pues buena parte de mis ingresos provienen de experimentar nuevas maneras de comunicar ideas. Por ejemplo: ayer en Toronja presentamos el piloto de un programa de TV. ¿Crees que en una agencia tradicional, que trabaja compulsivamente hasta las diez de la noche cosas que debieron estar ayer, hubiera podido hacerlo? Lo dudo. 
 
-En una entrevista publicada en adlatina.com en febrero de este año, usted asegura que "ahora (con la nueva agencia) tengo una tranquilidad que no había tenido nunca". ¿Sigue sintiéndose así? 
- GR: La tranquilidad es la consecuencia de hacer sólo aquellas cosas en las que crees. Por lo tanto, sigo tranquilo. En Toronja trabajamos en los proyectos que nos gustan. Y trabajamos en los lugares que nos gustan. Y esto es  literal: los profesionales que laburan en Toronja trabajan desde sus casas, y nos reunimos a través de una oficina virtual a la que se accede desde cualquier computadora.  Los publicistas hemos olvidado que nos contratan para fabricar ideas, y que las ideas se fabrican en cualquier parte. ¿Por qué voy a obligar a gente talentosa a que marque una tarjeta y a que se circunscriba a un mobiliario corporativo? ¿Quién nos ha metido eso en la cabeza? Quienes buscan esto último antes que lo primero, han olvidado cuál es el verdadero valor agregado de nuestra profesión. Dejémosle esa verborrea del servicio total y las oficinas corporativas a los estudios de abogados. Primero son las ideas, luego todo lo demás.
 
-¿Cuál es su próxima meta? ¿A qué aspira en el corto plazo?
- GR: Cuando me invitan a dar alguna conferencia, los organizadores no saben cómo denominar a Toronja. Algunos le dicen “agencia Toronja”. Otros, “Toronja producciones”. Otros, “la consultora Toronja”.  Esto me gusta, pues significa que no nos encasillamos en nada. El mes pasado lanzamos una campaña publicitaria para una empresa del Estado, y el anterior estuvimos visitando a los campesinos y pescadores de Piura para hacer comunicación social. Hoy estamos patrocinando una Escuela de Comunicación Estratégica. Y mañana estaremos produciendo un programa de TV.  Mi próxima meta es sencilla: mantenernos así, aprendiendo, experimentando; disfrutando el momento. Quienes sólo se proponen metas como escalones, corren el riesgo de quedarse en uno de ellos. Yo prefiero subir una rampa sin darme cuenta. 
 
-Aparte de la publicidad, usted tiene otros intereses relacionados con el arte y la literatura. ¿Es una válvula de escape o viene todo de la mano? 
- GR: Durante mucho tiempo yo pensé que era un publicista que escribía literatura. Hasta que hace un año, un diario publicó una crítica de mi última novela y bajo mi foto escribió: “Rodríguez también es publicista”. Esto fue un mazazo para mí. Y reflexioné: toda mi vida he sido un narrador. Sólo que siendo muy joven encontré en la publicidad una manera de narrar mi mundo, y yo no lo sabía. Los primeros relatos que luego escribí como ­un escape a las imposiciones de la publicidad fueron, sin yo saberlo, las manifestaciones más claras de mi esencia. Mi esencia radica en compartir mi forma de ver el mundo, traduciéndolo de maneras inesperadas. Mi literatura y mi publicidad comparten esa misma esencia.
 
-¿Cree que ser una persona muy curiosa y con muchos intereses lo convierte en un mejor publicitario?
- GR: Me dan pena los publicistas que solamente devoran anuarios de publicidad. La publicidad que se alimenta de sí misma termina matándose. Como en toda autofagia. Un comunicador debe estar pendiente de toda manifestación humana, pues es a la humanidad a quien se debe. Aquel comunicador que no tiene curiosidad genuina por las artes y los fenómenos sociales, es como aquel arquitecto que te diseña una casa por teléfono: un estafador que sólo quiere gratificarse a sí mismo, y no a quienes debería.
 
-Hace algunas semanas adlatina.com publicó un correo de lectores en el que Luis Pierola Mellet -de Latina Communications Group- se defendía de una acusación que criticaba "el racismo existente en la publicidad peruana". ¿Qué opina al respecto?
- GR: Hace un tiempo le colocaron a un hermoso puente de Lima unas terribles barandas porque de él se solían lanzar los suicidas. ¿Es acaso el puente el culpable de esas muertes? No. La culpa es de la frustración de los suicidas. En vez de pretender ponerle barandas a la publicidad, deberíamos trabajar para que la sociedad tenga menos frustraciones. Los acusadores deben entender que toda publicidad es reflejo de su sociedad. Por eso deberían ponerle atención a la persona, en lugar de ponerle atención al espejo. Para terminar este tema, dejemos de darle a la publicidad más importancia de la que en verdad tiene. En el caso del racismo, ¿qué influye más en uno? ¿Un comercial que muestra a un chofer negro? ¿O la mano de tu madre que te aprieta más de la cuenta cuando un negro se acerca por la vereda? ¿Qué influye más? ¿Un comercial, o las noticias que muestran bandas de secuestradores cholos en lugar de mostrar a los ladrones blancos de cuello y corbata? 
 
-¿Cómo le fue a la publicidad peruana en el 2004? ¿Con qué perspectivas encara el 2005?
- GR: Este año he escuchado a mis colegas comentar que trabajan más de la cuenta, y que casi no tienen tiempo de ver a sus familias. Esa debe ser una buena señal para un economista. Pero es pésimo para el alma. ¿Mis perspectivas para el 2005? Seguir ignorando a ese economista.
Redacción Adlatina

por Redacción Adlatina

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