Gonzalo Vecino, socio fundador de Niña
No es la primera ni la última tormenta que nos va a tocar atravesar. El contexto económico cambió en un lapso muy corto de tiempo. Adaptarse y mutar es el juego de la época. Pero temas como la retención y calidad del talento, los venimos arrastrando hace varios años y en estos momentos tumultuosos se hacen más visibles.
Me preocupa más la calidad del talento que emigra o se ve seducida por otras actividades.
Fuimos perdiendo competitividad en los últimos meses, pero entiendo que es algo que va a fluctuar por las dinámicas cambiarias. Pero a pesar de los nuevos vientos de cambio seguimos siendo competitivos en comparación con muchos mercados, no solo de la región.
En un mundo donde la globalización está naturalizada, trabajar para varios mercados es una consecuencia de algo más grande. El desafío que tenemos las agencias de dar valor y no comoditizarnos sigue intacto. Hay categorías que se están sofisticando, y las marcas necesitan cada vez más de la especialización y la experiencia.
Fernando Sarni, ex CEO & partner de Mercado McCann
Estoy hace dos meses en Oceanía y Asia y puedo entender que este es otro mercado, donde latinos y argentinos en particular podrían destacarse y seguramente lo hagan en la próxima década. Con solo decir Argentina, Messi y Maradona nos dan la primera mano, pero lo más importante que tienen los argentinos para hacer un negocio próspero no es un mejor tipo de cambio, sino que nacieron, crecieron y vivieron en la inestabilidad constante de su país y eso nos otorgó súper poderes de flexibilidad y adaptabilidad a cualquier cosa.
Nos hicimos expertos en mercados locales, regionales y globales, en pesos uruguayos, mexicanos, dólares o euros; pero, por sobre todas las cosas, tenemos la capacidad de conectar emocionalmente con cualquier mercado para demostrar que podemos hacer un trabajo igual o mejor a cualquier agencia local del mundo. El talento y la adaptabilidad nos ayudan a siempre estar a vigentes.
Marcos Golfari, ex líder regional de Ogilvy
Esa rayuela ya la vivimos en los 80 y 90. Quizás la retención de talentos era más fácil pero el resto, un sube y baja. Muy acertado lo de Gastón, hay que buscar en todas las latitudes. Eso es clave.
Horacio Genolet, CEO de Ogilvy Latam
Excelente y profunda nota. Muy interesante los puntos de vista de los colegas.
Miguel Daschuta, cofundador de Amantes de lo bueno
En realidad, las cosas no cambian mucho dentro del juego. Creo y sostengo fervientemente que la diferencia para sostener el trabajo es el talento.
Talento que permite encontrar la diferencia en un resultado original y singular.
La industria está inmersa en un contexto de constante transformación y desafíos.
Es crucial reconocer que, más allá de los requerimientos que los “nuevos” medios exigen y de los cambios culturales en curso, el núcleo de nuestra actividad debe siempre ser la generación de ideas y creatividad.
Esto, sin duda, es el elemento diferenciador que distingue a las empresas y profesionales destacados.
Sin embargo, la búsqueda de talento aplicado para alcanzar este objetivo se presenta como encontrar una "aguja en un pajar".
Es innegable que persiste una tendencia hacia resultados estándar y, en general, mediocres en la industria.
Esto suscita interrogantes sobre si el temor al fracaso y la falta de seguridad en lo que se hace, limitan el potencial creativo.
Es fundamental cuestionar la noción de que "todo tiempo pasado fue mejor", ya que ello podría menospreciar el valor del talento en un contexto donde, a pesar de la disponibilidad de tecnología y datos, no se garantiza necesariamente un mejor desempeño.
Un punto crucial es la inversión en talento frente a los requerimientos de marketing.
La disminución de recursos destinados al talento, en favor de otras áreas, puede ser un punto de inflexión que afecta la calidad de los resultados.
No obstante, es necesario reflexionar sobre la idea de que el error y el fracaso son parte inevitable del aprendizaje, ya que no siempre se valora adecuadamente esta experiencia en un currículum.
La rapidez con la que evoluciona el conocimiento en la actualidad genera incertidumbre y desafíos constantes.
La proliferación de nuevos actores en la industria, como agencias digitales, influencers y consultoras, refleja esta dinámica cambiante.
En este contexto, la empatía emerge como un factor crucial para impulsar la efectividad, tanto en el ámbito de las marcas
como en la relación entre cliente y agencia.
El mercado se encuentra atomizado y estandarizado, lo que ha llevado a la extinción de modelos tradicionales de colaboración entre cliente y agencia.
Sin embargo, es posible que este fenómeno marque el inicio de una vuelta a prácticas más centradas y personalizadas, donde la calidad del servicio prime sobre la expansión a cualquier costo.
Es esencial reconocer que, a pesar de las transformaciones en curso, la esencia de la comunicación publicitaria radica en la planificación creativa de las agencias.
El talento y la capacidad de generar ideas innovadoras deben ser valorados y remunerados adecuadamente por parte de los clientes, quienes deben entender el rol fundamental de las agencias como asesores en comunicación publicitaria.
En última instancia, la industria se enfrenta a desafíos y oportunidades que requieren una adaptación constante y un enfoque centrado en la creatividad y el talento como pilares fundamentales para el éxito en un entorno cada vez más competitivo y cambiante.
Ximena Díaz Alarcón, cofundadora de Youniversal
Qué gran tema. Mas allá de los vaivenes del contexto (¡y sabemos de eso!), lo que no se pone en duda es el imperativo de crecer, por un lado, y por otro, la gran capacidad del talento argentino como diferencial a seguir consolidando.
Daniel Reynoso, creativo publicitario y docente
El análisis es pertinente. Los testimonios de algunos protagonistas le suman respaldo a ese análisis. Pero los hechos no son para nada nuevos. Hace años que el negocio de la publicidad avanza, pero “en llanta”. Estúpido es decir hoy que la época dorada pasó y no vuelve. Aunque sea cierto. Después de la escisión de las agencias de medios, las agencias de publicidad conservaron la magia, pero perdieron la rentabilidad.