El costo de ser “beige”: Jon Evans, de System 1, aseguró que en sus estudios globales1 los datos son contundentes: solo se recuerda el 50% de la publicidad que vemos. Por lo tanto, el verdadero peligro no es ser arriesgado, sino ser blando, vainilla, beige o como queramos decirle a esas comunicaciones que no generan el impacto buscado.
En un mundo saturado de estímulos, con atomización de comunicaciones y multiplicidad de plataformas solo queda una forma de aglutinar y de atraer, y eso es a través de la emoción. Según Dan Murphy, SVP Marketing de Liquid Death, y James Kuczynski, creative director de Duolingo, las verdaderas métricas que valen no son las views, sino los saves y los forward. ¿La salsa secreta? Contratar a gente realmente divertida y a la que le interesa y sepa de la categoría en cuestión y dejarlos crear (dejando a los abogados patalear, pero avanzar de todas formas). Y saber que si algo te asusta, estás en el buen camino para generar impacto.
El secreto está en generar una conversación con punto de vista, honestidad y sobre todo, personalidad. En un mundo cada vez más acelerado, los features de un producto son copiables, pero la onda y la personalidad son lo que cuenta. Arriesgarse es correr la línea de la cultura, pero en palabras de Liquid Death: “No sabemos dónde está la línea hasta que no la corremos”. Y hablando de correr líneas, Duolingo agradeció las flores que mucha gente les mandó a la oficina luego de que “mataran” a Duo, su mascota. Algo que habla de sentido del humor compartido y de una verdadera conversación en comunidad.
Marketing sináptico y el poder de las experiencias para el bienestar: los estados elevados de conciencia reducen el estrés y mejoran el bienestar general. Submersive es una experiencia inmersiva de bienestar que combina los últimos descubrimientos en neurociencia con terapias de agua, luz y sonido de vanguardia. Su creador, Corvas Brinkerhoff, estuvo en un panel con Joseph Pine, el autor del libro ya clásico “The Experience Economy” y con Susan Magsamen (Arts + Mind Lab), en una conversación moderada por Mikey Siegel (Consciousness Hacking). Hablaron de la importancia de crear experiencias que curen, eleven y transformen en un mundo con demasiadas pantallas. El marketing sináptico no es ni más ni menos que ayudar a la gente a volver a conectar con sus sentidos y, de esta forma, alcanzar un mayor bienestar. Pero no se trata solo del cuerpo, sino de la comunidad, de los rituales, de hacerlo junto con otros que nos ayuden a sentir que no estamos solos. Y las marcas tienen mucho para hacer en este sentido, fomentando espacios y experiencias de encuentro entre seres humanos.
Construyendo mundos para los consumidores: The Future of World-Building tuvo como protagonistas a representantes de Disney de la mano de Josh D"Amaro, Alan Bergman, Pete Docter y hasta Tony Stark (Robert Downey Jr). Desde la marca explicaron cómo los imageneers ayudan a directores y storytellers a construir mundos donde la gente pueda interactuar con las historias que ama y vivirlo desde adentro. ¿El secreto para generar la emoción? Ser súper específicos e incorporar esos detalles que hacen sentir al consumidor que se trata de un mundo auténtico en el que puede creer y en el que le gustaría poder estar. Todo lo que se ve tiene que contribuir para la historia porque en un parque o espacio “Los ojos de la gente son la cámara y todo puede ser un close up”. Comentaron varias primicias: están construyendo Monstrolopis, las ciudad de Monsters Inc, expandiendo la historia en rides que permitirán que la gente pase por las famosas puertas, como los monstruos. Y también mostraron droides de The Mandalorian, con los que los visitantes de los parques podrán interactuar en su recorrido de distintas experiencias.
En un mundo donde la AI y la tecnología avanzan a pasos agigantados, lo único que sigue marcando la diferencia es lo más humano: la emoción, los recuerdos, los rituales y el sentido de comunidad. Porque, al final, lo que realmente nos mueve no son los algoritmos, sino las historias que nos hacen sentir vivos.