Por Ximena Díaz Alarcón
CEO y cofundadora de Youniversal
“The beyond” y autos con piel de rinoceronte: en la clásica Key Note anual de la futurista Amy Webb, se presentó la 18ª edición de su Tech Trends Report, destacando las tendencias emergentes que moldearán el futuro de diversas industrias. Webb abrió su presentación asegurando que dada la velocidad de la realidad actual, ya no vivimos en el presente ni el futuro sino un espacio liminal al que llamó “The Beyond” (el más allá, pero no en el sentido religioso, sino un presente “que va más alla”). Toda esta velocidad sin dudas nos asusta y por eso ella considera que estamos en tiempos donde los CEO reaccionan en vez de anticipar, las compañías iteran en vez de innovar y temen el futuro en vez de planificar. Pero la realidad es que futuro va a llegar más allá de qué tanto incomode o asuste y, por eso, mejor estar preparados.
Mencionó muchísimos ejemplos (¡su último reporte tiene mil charts!), pero me quedo con la idea de un Superciclo Tecnológico donde múltiples innovaciones, lideradas por la inteligencia artificial (IA), convergen para impulsar cambios profundos. Habló desde una suerte de “fitbit para espermatozoides” o neuronas, un pequeño motor que guía a la célula y permite la liberación de medicamentos al lugar del cuerpo justo, sin afectar otros tejidos, hasta de metamateriales y biomateriales que se adaptan a su entorno (por ejemplo, autos hechos con piel de rinoceronte). Pero entre tanta novedad, hizo un llamado a la reflexión: poder hacer algo, poder fabricarlo, no implica tener que hacerlo y menos aún, desatenderse de las consecuencias de lo que se crea. En línea con Spiderman, concluyó con que “con grandes posibilidades, vienen responsabilidades”.
¿Jurassic Park 2030?: la charla de Colossal Biosciences tocó el tema de la des-extinción, reescribiendo las reglas de lo posible. En esta charla Ben Lamm (fundador de la empresa) y Joe Manganiello (actor fan de la Biología) compartieron avances de tecnologías revolucionarias como la edición genética, la clonación y los úteros artificiales que están restaurando especies extintas. Dicho muy simplemente: con una muestra de ADN de un animal extinto, colocado en el útero de un animal actual compatible, se podría traer a la vida, por ejemplo, a un Mamut.
Aseguraron que de aquí a 2050 vamos a perder el cincuenta por ciento de la biodiversidad del planeta mientras avanza el cambio climático, y que los esfuerzos de conservación no son suficientes. Ahí es donde entra la ciencia de la “des -extinción”. Flora, fauna y humanos estamos mucho más conectados de lo que creemos, por lo que aseguraron que traer a la vida animales extintos podía ayudar a reconstruir ecosistemas. La pregunta en la mente de todos los asistentes era si la gente de Colossal vio Jurassic Park. Pero parece que por el momento no habrá des-extinción de dinosaurios porque no hay ADN de dinosaurios disponible para clonar.
Skills are the new data: dentro de las muchísimas charlas que trataron sobre AI, destaco la del tecnólogo Ian Beacraft de Signal and Cipher, que sostuvo que el ochenta y siete por ciento de las transformaciones de IA fracasan porque la mayoría de las organizaciones abordan este nuevo paradigma tecnológico con cabeza de productividad industrial. Para Beacraft, se trata de la reinvención y no de la optimización, pero para lograrlo, hay que considerar que el talento futuro, en cualquier industria, tendrá que ser fuerte en adaptación más que en expertise específico.
Este nuevo paradigma implicará cambios en la educación, ya que será necesario un life long learning constante (para una vida que, además, durará más y para la cual deberemos estar productivos más años) por lo tanto, más que experiencia, más que credenciales, por la sangre del nuevo talento debe correr la capacidad adaptarse al cambio (y rápido) e incorporar nuevos skills.
El futuro ya no espera, y SXSW 2025 lo dejó claro: estamos en un umbral donde la ciencia ficción se cruza con la realidad a una velocidad vertiginosa. Entre superciclos tecnológicos, la posibilidad de revertir la extinción y un mundo donde la adaptabilidad será el mayor capital, la pregunta ya no es qué viene después, sino qué tan listos estamos para recibirlo.