Horacio Genolet, CEO de Ogilvy Latinoamérica
Coincido totalmente con Aníbal Carmona: esto no es una revolución tecnológica, es una revolución cultural, que debemos adoptar, pero no para reemplazar la raíz de nuestra industria, que es la creatividad. No cabe duda de que la automatización y la eficiencia en los procesos serán hechas por AI. Pero ese final, el human touch, que tiene el proceso creativo, no creo que por el momento pueda ser reemplazado. Me gustó leer a muchos referentes de nuestra industria apoyando esta visión. Lo que es una realidad es que hoy AI es un gran justificativo para reducir costos, y eso tendrá un gran impacto en las agencias de marketing. Como hemos hablado en más de una oportunidad, invertir en estas herramientas no es algo que las pequeñas agencias puedan hacer, más allá de la comoditización de herramientas de IA. ¿Cómo una agencia pequeña/mediana va a poder competir con “los fierros” que tiene Meta en IA? Es una gran duda.
Arnaldo Garnier, presidente de Grupo Garnier
Un tema delicado, que, si bien tenemos que abrazarlo e incorporarlo a todas nuestras áreas, nos ha hecho más eficientes y rápidos en todos los temas tácticos de producción. La parte del “pensamiento” y agregar valor de las ideas de negocio sigue intacta y más necesitada ante la gran alternativa de medios y el consumidor disperso en un mundo de alternativas. Seguimos optimistas del valor agregado que aportan las empresas creativas y de medios.
Igualmente, todo el cruce con la data ocupa de mucho análisis y aporte de talento humano.
Ximena Díaz Alarcón, cofundadora y CEO de Youniversal
Asumir que la AI es y será parte de nuestra vida no implica aceptar acríticamente sus impactos o incluso cuestionarlos. El diferencial que aún tenemos los humanos es precisamente el poder creativo, la originalidad, la curiosidad y la capacidad de empatizar con otro. Me parece saludable preguntarse estas cosas, ponerlas en valor, no ponernos “vagos” y privilegiar eficiencia y rapidez por sobre impacto real y creación de valor. Seguir entrenando nuestras capacidades, no resignar roles y a la vez tener conocimiento suficiente para discernir en qué fases o etapas de la conexión con un consumidor la AI puede ayudar. Pero nunca perder la pregunta, sentido crítico y la valoración de nuestro rol humano en el marketing, la publicidad y la comunicación.
Eduardo Fernández Ribeiro
Coincido absolutamente con que el asunto fundamental es no perder de vista que la IA es una poderosa herramienta que le dará los mejores resultados a quien sepa usarla mejor y para eso, se necesita inevitablemente del mejor pensamiento creativo y estratégico. De esa chispa creativa que hace la diferencia. Eso no lo podrá hacer la IA, en tanto siga siendo "Artificial" y no veo posible que deje de serlo y que, de ser una herramienta por cierto muy poderosa y práctica, pueda convertirse en un pensador estratégico que marque rumbo y en un creativo que, con sorpresa y originalidad, tenga esa maravillosa capacidad de seducir.
Mariano Pasik, presidente de Liebre Amotinada
La columna va al punto de lo que todos nos estamos preguntando. ¿Seremos reemplazados por la IA? Las agencias, los talentos. Haremos los trabajos o sólo "curaremos" lo que dice la IA. Y luego, ¿tendremos la capacidad de curar a la IA o después perderemos la capacidad de ponernos por delante de ella? Depende un poco de lo que podamos valorarnos como seres humanos y entender que la empatía sigue siendo lo que realmente nos moviliza. Somos más felices cuando nos relacionamos con otros. Eso es imbatible, y aplica para nuestro negocio. Cómo herramienta sí, como el wifi o la electricidad.
Karely Munárriz Sánchez, brand building
Este artículo lanza una alerta necesaria pues, en medio del boom de la IA, la verdadera ventaja no está solo en usarla, sino en saber pensar con ella.
Me conectó mucho la idea de evitar el "sedentarismo cognitivo profesional" que parte de la reseña a Aníbal Carmona.
Porque la inteligencia aumentada necesita criterio, análisis, y "human judgment".
Y por eso creo que debemos pensar que:
- La productividad sin reflexión nos empobrece.
- Automatizar sin cuestionar, nos vuelve irrelevantes.
Entonces, el valor está en lo que interpretamos, no solo en lo que generamos.
Por eso pienso que debemos seguir nutriéndonos de conocimiento, impulsando/despertando nuestra creatividad y pensamiento crítico. Es ahí donde está la diferencia.