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UNA VUELTA DE TUERCA AL TEMA DE LA FUGA DE TALENTOS

Preguntarnos cómo hacer para ‘no tener’ que retener el talento, postula Diego Gueler Montero

Como un nuevo aporte a la discusión que el director de Adlatina instaló hace algunas semanas con su editorial La publicidad debe evitar la fuga de talento y recuperar la mística, el chief creative officer de Draftline se pregunta: “¿Es realmente una retención lo que queremos lograr? ¿Queremos dificultar el curso normal de algo?”.

Preguntarnos cómo hacer para ‘no tener’ que retener el talento, postula Diego Gueler Montero
“No hay nada de malo en aceptar que hay lugares más atractivos y profesionales mejores que uno”, dice el CCO.

Por Diego Gueler Montero
CCO de Draftline, estudio in-house de AB InBev Argentina

Creo que, más que preguntarnos cómo podemos hacer para retener el talento, debemos preguntarnos qué podemos hacer para no tener que retenerlo.

Según la RAE, la palabra retener significa “impedir que algo salga o se mueva” o “interrumpir o dificultar el curso normal de algo”. ¿Es realmente una retención lo que queremos lograr? ¿Queremos dificultar el curso normal de algo? Todas estas definiciones tienen connotaciones que rozan lo coercitivo y  justamente lo que siento que hay que hacer es todo lo contrario, es darle a la persona el lugar que está buscando.

No hay que darles ascensos para los que aún no están preparados, porque cuando no estás listo para un puesto es muy probable que te frustres cuando lo ejerzas. Esta y otras estrategias muy utilizadas hoy en día, en vez de buscar mejorar el contexto en el que trabajan las personas creativas, tienden a emparchar una situación determinada para lograr un efecto rápido que no busca mejorar nada, sólo retener.

En lo personal, pienso que generar y diseñar contextos para que las personas creativas se sientan inspiradas y estimuladas es lo que mejor funciona. Y esto incluye cómo reaccionamos con aquellas personas que prefieren irse.

En mi experiencia siempre me resultó mejor aceptar los deseos de cada integrante del equipo. Entender que si ya no hay más para dar, no hay qué te inspire de esta propuesta, lo mejor es tomar otro camino y ayudar a la persona que se quiere ir. Y acá es donde más hay que acompañar. No hay nada de malo en aceptar que hay lugares más atractivos y profesionales mejores que uno, o que la gente se cansa y quiere cambiar o le ofrecen una fortuna en dólares.

Además, el talento que se queda seguramente se siente mejor cuando sabe que si alguna vez prefiere tomar otro camino lo va a poder hacer sin pasar por una situación desagradable. Estoy convencido de que, a la larga, eso va a hacer que más personas quieran trabajar con uno y que va a ayudar a no tener que retener a nadie.

Redacción Adlatina

Por Redacción Adlatina

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