Por Roberto Ramírez Laverde
SVP de marketing y comunicaciones de Mastercard Latinoamérica y Caribe
Me parece muy relevante el trabajo que realiza Jorge en su columna, al resaltar la necesidad de apalancar la creciente conciencia del consumidor por el cuidado del planeta. Es imperativo actuar, y hacerlo de manera consistente, ya que sólo a través de la suma de los esfuerzos individuales se podrá lograr un cambio sostenido que nos permita garantizar un mejor lugar en el que vivan las generaciones del presente y futuro.
Es cierto que durante los últimos veinticuatro meses las iniciativas de aquellas marcas y empresas con un propósito mayor han tomado aún más relevancia en la sociedad. Si bien no existió la capacidad de enfrentar un problema global de manera integrada, sí se detonó un comportamiento universal sobre la revaloración de lo que realmente es importante para los seres humanos, dando mayor prioridad a temas profundos como la amistad, la familia, la sociedad y nuestro planeta.
Durante esta época de incertidumbre y reflexión, se detonó una mayor conciencia de la responsabilidad social que tienen las marcas, que debe ir más allá de ofrecer un producto y servicio. Es una responsabilidad que no debe ser sólo una iniciativa que se haga por moda, o que sufra ser la última prioridad dentro de un plan anual, que ante cualquier eventualidad deja de realizarse: por el contrario, debe de ser parte esencial de la estrategia corporativa, y estar integrada de manera orgánica en las actividades de las marcas.
Esta es una responsabilidad que debe ser compartida por todos los actores involucrados en la industria del desarrollo de marcas, como empresas, medios, agencias, promotores, etcétera, ya que cada uno tiene la oportunidad de influir la propuesta de valor en fondo y forma, durante el proceso de creación, producción y amplificación, para así lograr la entrega de un propósito mayor al de únicamente satisfacer la necesidad para el que un producto o servicio fue diseñado.
Una regla de oro en mercadotecnia es la de no generalizar; sin embargo, ante toda regla siempre existirá una excepción, y en este caso me parece que la realidad a la que nos enfrentamos hoy nos muestra un deseo común en los consumidores, el de comprometerse más con aquellas marcas que compartan sus valores, entre los que la conciencia por el bienestar social y el planeta han tomado un rol prioritario. Es momento de actuar, no se trata de una oportunidad o una moda para atraer más clientes, sino de una gran responsabilidad para toda la industria.
