La consultora Nielsen realizó la Encuesta Global Online 2011, que fue respondida por más de 25.000 consumidores de 51 países. La misma se avocó a algunas de las preocupaciones de las marcas y retailers que, viendo sus costos en alza, evalúan las alternativas posibles. El resultado más significativo fue que le 61 por ciento de los encuestados afirmó que el hecho de conseguir un buen valor por el dinero invertido es un factor altamente influyente en la compra. El bajo precio fue elegido por el 58 por ciento que, si bien lo ubica en segundo lugar, lo equipara a otras variables como la cercanía al punto de venta (57 por ciento), buenas liquidaciones o promociones (55 por ciento), buen stock (54 por ciento) y la calidad deproductos frescos (52). Sólo en la región Medio Oriente / África el menor precio (59 por ciento) fue prioridad ante el valor (54 por ciento).
Para los minoristas que buscan el camino de la demanda del consumidor, Nielsen encontró que la tendencia es aumentar el valor, incluso con leves aumentos de precio. Todd Hale, vicepresidente senior de insights del consumidor y del comprador de Nielsen expresó que para seguir siendo rentables, los minoristas y fabricantes tienen pocas opciones: “aumentar los precios para cubrir los aumentos, modificar los ingredientes para bajar costos, o reducir el tamaño”.
Entre comprar packs de mayor valor a menor precio por porción y comprar packs de menor tamaño a un menor precio, los consumidores globales votaron 2 a 1 por la primera: el 36 por ciento prefirió paquetes económicos de mayor tamaño que reduzcan el precio por unidad (excepto en EEUU, que fue el 39 por ciento), mientras que el 18 por ciento eligió menor tamaño y menor precio. Sólo el 12 por ciento afirmó que preferiría paquetes modestamente reducidos en tamaño que conservaran el precio existente.
Sin embargo, Hale aclaró que la reducción de tamaños ha sido una estrategia de fabricantes y minoristas que, tomada en tiempos económicamente difíciles, tuvo resultados exitosos.
Como conclusión, Nielsen destaca que los consumidores dejan en claro que la calidad no debe ser comprometida, aunque su reducción mantenga el precio.